Slavoj Zizek se acomodó en el sillón cama especialmente diseñado para sus casi doscientos kilos de masa abdominal y abrió la esquela con el sello papal, mientras pensaba quién se colgaría de las tetas de quién en caso de una hipotética visita al Papa.
Desplegó el papel, se puso los lentes y sorbió los restos de whisky en el vaso. El autor de la espléndida frase «el amor es el mal» tuvo a bien leer atentamente la misiva: «Estimado señor, dicen que dije en un diario digital que tengo dudas sobre la existencia de Dios. Yo ya ni sé lo que dije, cómo y porqué o si realmente lo dije o lo inventaron. Como también dicen que pronuncié: el Vía Crucis es el gran fracaso de Dios.
Así, sin vaselina y sin contexto, y que se interprete como se interprete, y tal vez coincidirá usted en qué contexto e interpretación son los grandes custodios de la barbarie. De todas maneras una minucia al lado de las bombas que lanza usted, a quien se le perdona todo, en cambio a mí si se me ocurre, por poner un ejemplo, dar misa en el dialecto boháirico, oooh ya van a decir que celebré una misa satánica o algo.
Zizek hizo rápida memoria y recordó que el Papa había lavado los pies a un travesti, entre otras que se mandó, todo ello sin contar que ha sido sospechado de masón. Bien por él, pero Zizek consideró que no ganaría un centavo perdiendo un día de su tiempo yendo al Vaticano, así que se sacudió la modorra, levantó la pluma del tintero y contestó: «Vuesa Excelencia, corren tiempos malos por aquí, los impuestos se han llevado casi todo mi dinero y estoy sin un cobre. No creo factible ir a tomar el té con Vuecencia, una gripe soberana me aqueja, tengo una fractura de tibia y peroné y, por si fuera poco, mis pares me acusan de apátrida y cada tanto la gente lanza cascotes contra mi ventana.
La respuesta del Papa no se hizo esperar, de puño y letra también: «Estimado señor, tengo el agrado de reiterar la intención de invitarlo a tomar el té, como representante y líder que es usted de los últimos estertores del modernismo europeo, centro y cuna de la civilización que estáse a punto de ir al joraca ante tanto mahometano suelto por ahí. Porque dicen: Detrás de la crisis de refugiados está la conquista silenciosa del Islam a Europa – no lo digo yo, es un secreto a voces entre los conspiranoicos. Por otro lado, considere usted que vivo en una soledad muy grande, amén de padecer la tara de ser considerado una especie de Duhalde tras la huida en helicóptero de… Pero no me quejo.
Venga a verme, necesito su consejo para unir a todas las religiones. A la espera de una pronta respuesta, que Baphomet lo bendiga.
Zizek recibió la esquela, no sin notar el lapsus, y esbozó una nueva respuesta: «Señor, corren rumores que ha celebrado usted una misa satánica en el Vaticano, lo cual es de mi agrado y muy mucho. Sugiero que la próxima vez le lave los pies -es una idea mía- a un hermafrodita. Vaya más allá del travesti, no se quede en eso, no se duerma en los laureles.
Por otro lado, es cierto, hay gente que ya no cree en nosotros y todo lo que hemos querido cuestionar, de pronto hay quienes nos cuestionan a nosotros y no nos toman en serio: anda por ahí un historiador, un tal Enrique Dussel que no me llega ni a los talones y que descree completamente de lo que llama un invento de la centralización europea: nuestro sacro y sagrado pensamiento, que tanto ha bogado por dar forma al futuro de un multiculturalismo neomarxista… No sé quién es el tipo ni de qué habla, pero empieza a hablarse de Transmodernismo. Quedaremos como las vacas sagradas de la India, con el culo al aire. Le aseguro que no es agradable escuchar esos rumores, le confieso que no estoy para nada contento, pues si seguimos así…
Antes de que la carta llegue a su poder, ya el Papa respondió: «…si seguimos así terminaremos por creer en Dios!, imaginesé, la Edad Media de nuevo entre nosotros… No sabe usted lo pesado que es liderar la Iglesia mientras me rompen los cocos con el aborto y la homosexualidad. Usted dice que los ateos son los únicos cristianos, qué fácil la hace usted eh. Pero es lo que yo digo: hay ateos que son buenas personas. Y respecto a esta y alguna que otra de mis frases que han causado cierto revuelo, y aquí recurro al pensamiento de Teun van Dijk: que el contexto no sirve de nada, es una excusa, es agrandar la ambigüedad, y que la mayor precisión está en el texto mismo, en la frase sin su contexto. Bueh, en ese caso estoy en el horno, ¿pero tanto cuesta entender que lo mío son las licencias poéticas? Pero: Ya no es suficiente leer y comprender los textos, sino también desarrollar estrategias de comprensión de los textos del discurso público, pues nunca antes el discurso se había percibido como un hacedor de hechos en donde la relación que se establece con la realidad es cada vez más lejana. Son palabras de van Dijk; ahora bien, cómo se ve que este van Dijk no vivió en Argentina… Usted sabe que soy argentino, hincha de San Lorenzo para más data… ¿sabe porqué soy de San Lorenzo y no de River, Racing o Rosario Central? Muy fácil: porque es el único equipo con un nombre de santo, pero también por el Nene Sanfilippo; ¿ve?, nombre de otro santo: SANfilippo… aunque dicen que el Nene y Pedrito Rico, en fin… Volviendo al tema, usted en una vereda y yo en la otra, batallamos entre nosotros, creamos artificios, y todo artificio es una batalla contra la naturaleza, que es un vacío; batallamos contra el vacío, ¿y en eso no estamos en la misma vereda? Por todo esto le escribo a usted, que lleva la mescolanza al punto máximo diciendo que el mejor cristiano es el ateo, o tal vez que la mejor izquierda es la derecha, en fin, hay que mezclar todo, crear confusión, hacer lío.
Zizek contestó a la misiva: «Entiendo que en este mundo tan veloz y per…”
Ni tiempo le dio el Papa de contestar y ya mandó la siguiente carta: «¡Y un sorongo! Usted, que ha apuntado sus cañones contra el cristianismo y que sus preguntas fueron incisivas al mango, diciendo que Cristo paga por nuestros pecados a quién, a qué… Vaya cuestionamiento en contra del dogma. Dios paga por nuestros pecados, ¿y se paga a sí mismo? Bueh, tampoco es tan descabellado pensar eso, ya que todos los gobernantes o los poderosos gobiernan para sí mismos, se pagan a sí mismos, ¿es Dios acaso menos que ellos? Si está por arriba de ellos, entonces también está en su derecho de hacer lo mismo y más. Estamos hablando de teología pura acá. Pero vea cómo nos parecemos: yo dije que el Vía Crucis es el gran fracaso de Dios (me refería al fracaso material).
El Vaticano tiene un banco y usted, deudas con el fisco. Yo no soy banquero y usted cuenta billetes por cada bestseller. ¿Me entiende cuando le digo que nuestras veredas son paralelas que se cruzan?; y que me llamen heresiarca por decir: “A Dios-Amor se lo anuncia amando: no a fuerza de convencer, nunca imponiendo la verdad, ni mucho menos aferrándose con rigidez a alguna obligación religiosa o moral”, hijos de mala madre, cuando me refiero a que la rigidez puede ser una propiedad del …buehmmm. Interpretación. Aunque aquí no veo nada que interpretar ni sacar de contexto, pero ya que estamos interpretemos a mi favor: es el ojo sucio que ve las cosas turbias. ¿Hemos de darle real importancia a la interpretación? Si es cierto que hay interpretaciones y no hechos, entonces tienen vía libre aquellos a los que sus hechos los condenan pero hay un discurso que los salvaguarda. Pero no nos pongamos densos; me interesa conversar con usted, preguntarle por el rol principal que en el pensamiento tienen los sociólogos, que cierto es, no vamos a debatir sobre ontología en este siglo pero digo, así como en algún tiempo esto se llenó de pedagogos, a cual más puto que el otro, y llevando siempre agua para su molino, que la educación es la base de la sociedad y blablá, ahora aparecen ustedes los sociólogos llevando agua a su molino, ¿y cuándo llegará?-digo- el tiempo en que nosotros, los clérigos, llevemos de nuevo agua a nuestro molino?
El filósofo, un tanto irritado, respondió: «¿De qué molino me habla??? Yo no sé nada..
Y la respuesta casi instantánea: «¡No se haga el gil! Mire, pongamos fin a esto. Ya le saqué la ficha, es usted un filósofo engreído, de una raza de bárbaros que provienen de los Cárpatos y que jamás dejarán de ser bárbaros, peleadores. Es inútil que se disfracen de seres civilizados… Ahora que lo pienso, la esposa de Donald Trump es de la misma raza ignominiosa que usted, ¡voy a invitarlo a él y a su mujer, qué coño! He perdido el tiempo con usted, he gastado pólvora en chimangos, ¡adiós! …y aflójele a la potizza!
Donald Trump recibió, dos días después, la invitación al Vaticano: «Señor Trump, venga a verme. Hablaremos de la paz en el mundo como se habla de bueyes perdidos. Tomaremos el té y esparciremos la vista en las ancas de su señora esposa. Pasearemos y comeremos a diestra y siniestra, y le mostraré la Capilla Sixtina, que tiene una rajadura en el techo y quizá usted pudiera aconsejarme.
Un mes después Trump entró al Vaticano como Pancho por su casa. Dio un par de indicaciones al azar sobre las reformas edilicias que él haría y hasta señaló el lugar donde, desde su mente de magnate inmobiliario, ubicaría un casino para jugarse los pesos después de la misa. Es más, miró hacia la parte oeste y dijo que ahí quedaría bien una planta de misiles nucleares. El Papa, faltaba más, celebró el chiste. Trump también sugirió poner escuchas telefónicas a Ratzinger, por si las moscas.
-Tiene usted un aire a Perón que…
-Lo siente, mí nou anderstanding (otra vez la sombra de JebBush…)