En momentos de la vida, generalmente cuando vamos al pedo en el micro o en la espera de algún consultorio, nos ponemos a plantearnos problemas existenciales que abruman nuestra conciencia. Es raro, pero a mí me pasa seguido; yo lo llamo “grandes porqués de mi vida”. Son esas cosas que uno hace y dice día a día, y nunca se para a pensar en su significado…o en su sentido. Hasta que te toca alguna situación de esas al pedo en las que no te queda otra que hurgar dentro de tu cabeza porque las revistas del consultorio son más viejas que la injusticia.

En mi caso, me puse a pensar en amigos. En cómo evolucionan los amigos en el tiempo y la amistad que tenemos con ellos. En porqué a veces seguimos juntándonos con gente del pasado, cuando lo único que compartimos es eso…pasado. La añoranza no debe ser un buen motivo para seguir una amistad. Lo importante es el presente, lo que vivimos ahora y lo que queremos vivir en estos segundos que se nos vuelan. Y me planteé una situación en la que dejara a esos amigos ir, porque ya no hay vínculos que nos unen ni ideas que compartir; y en mi imaginación sólo aparecían peleas y habladurías relacionadas. Cuando en realidad lo que uno trata es de ser genuino en cuanto a lo que le dicta su ser.

Y después cayó el tema de los noviazgos. Del tiempo en el cual es correcto decir te amo, cuando dejar de salir y empezar a ser novios, cómo antes era todo forzado y hoy en día lo continúa siendo. Es como si en cualquier relación en la que estemos hubiera pasos que sí o sí cumplir. Tantos meses saliendo para ser novios, tantos años de novios para comprometerse…y cuando la soga tira al cuello hay que casarse. Incluso hasta para tener hijos la gente te apura.

Todo me suena a una sucesión indefinida de títulos y nombres. El estrés de nombrar la situaciones sentimentales en lugar de dejarlas ser, la manía de atarlas a una palabra y a una cantidad de requisitos a cumplir. ¿Cuál es la necesidad de catalogar a un amigo como “mejor amigo”, “amigo” o “conocido”? Si te llevás bien con una persona, no le debés ningún tipo de pasado y sólo te dan ganas de juntarte cada tanto… ¿en qué categoría lo ponés? ¿Y si lo mismo te pasara con una persona del sexo opuesto? Si no da para novio porque no surge…o estás de novio y casarte puede llegar a complicar las cosas… ¿cómo nombrás todos estos estados intermedios sin arruinar lo lindo del sentir?

¿Por qué catalogar, porqué definir? ¿No sería mejor dedicarse a sentir y hacer lo que ese sentimiento mande, sin prejuicios y sin justificarse ante el juzgado de la vida? ¿Quién es qué para juzgar cuál es el momento correcto para vivir cada situación? Nadie es modelo de vida, nadie es perfecto y por lo tanto criticar estas cuestiones es absurdo.

Aún así la gente te acusa y te critica, sin revisar el tacho de la ropa sucia que tienen como vida. Amigos a los que no les gusta que estés con alguien, cuando sus relaciones son también dañinas. Personas que dicen pero no hacen. Gente que no entiende que todo se aprende de la experiencia y que por más teoría que nos intenten inyectar en el cerebro, así como entra sale por el corazón, que siempre la rechaza. Nadie entiende que el ser humano nació para ser autodidacta, por más muros de Berlín tenga que masticar con los dientes.

Todos estos modelos de vida, de amor y demás sentires no tienen sentido alguno cuando uno los piensa, pero en el día a día no nos queda otra que aceptarlos…porque rechazarlos sería ir en contra de una corriente de costumbres y prejuicios culturales los cuales pueden aplastar incluso al más fuerte de esta cadena alimenticia de la jungla del cemento. Porque ¡¿cómo le decís a tu mamá que no te vas a casar nunca?!

No me malinterpreten, no existe en el mundo mujer más Susanita que yo; sólo pienso que a veces forzar estos títulos son la causa real de que lo lindo termine rápido o al menos creo que el contenido de la peli es mucho más importante que el nombre que le pusieron a las apuradas.

Me llama la doctora para pasar, mientras toda la sucesión de pensamientos quedó en el mismo lugar que antes, igualita que la bici fija del comedor: sin usar hasta que no haya nada más para hacer.

También podes leer:
Dígame ingeniero

El año pasado escribíamos:
HorósKopo oficial