–          ¿Te acuerdas de Antonymou?
–          Más o menos…
–          ¡Volvió! ¡Y en forma de fichas!!

Hola soy Antonymou, tal vez me recuerden de libros como “El Código da Vinci”, “El Pelegrino”, “Don Quijote” o “Martín Fierro”, sino no importa.

Nuestro estudio de hoy nos lleva a analizar a la raza humana de sexo femenino, muy bien llamada mujer. La misma, a la hora de elegir su amor, para su “vivieron felices para siempre” termina eligiendo cualquier cagada, o al menos así me lo dice siempre mi señora.

¿Cuál es la razón? No tengo la más puta idea…chau, hasta la próxima.

Naaaaa, mentira, acá entre nos, te tiro la posta.

Por miles de años las mujeres has admirado y creado amores platónicos a lo largo de la historia, por seres famosos, carilindos o con atributos especiales, ejemplo: El hombre de Neandertal, Vilas, El negro Baltasar, Judas Iscariote, Colón, Sarmiento, Fernando Hidalgo, entre otros.

Siempre mirando la tele y babeándose con los tipos que salen en los programas, novelas, noticias, etc., mirándonos con desprecio y diciendo “¿Cómo no te pereces un 10 % a ese?”

No todo lo que brilla es oro muchachas, y al que madruga Dios lo ayuda… no todo lo que ven es real.

¿Qué pasaría si los que ustedes admiran se convierten en hombres comunes?

¿Seguirían enamoradas de ellos? ¿Dejarían de pedirnos perfección? ¿Se encariñarían de nuestras buzardas?

Averigüémoslo a continuación… (Todo parecido a la realidad es mansa coincidencia)