El mundo está atravesando tiempos de mucha movilización religiosa. En nuestras oficinas, cargados de la melosa rutina y rehenes de nuestras pequeñas y domésticas jerarquías no quisimos quedarnos fuera de estas épocas movilizantes para el alma.
Cada mes vemos como un dueño o jefe al que odiamos con gran pasión y desenfreno es siempre centro de nuestras charlas ¡¡¡y encaja con cualquier temática!!! Nos vemos envueltos en un sistema de trabajo que nos demuestra, o eso parece, que los impuros somos nosotros, pecadores de escritorios, inmorales del horario de entrada o salida, de dudosa palabra si caes enfermo, entre tantas posibles “acusaciones”.
¡¡Pero reconozcámoslo!! Somos pecadores desde que nacemos. Somos el verdadero “pato criollo“ que pese a sus apósitos, logramos avanzar, crecer y empujar los cimientos de nuestras empresas. Somos inmorales porque realmente no trabajamos una gran parte de nuestra verdadera dieta laboral y desperdiciamos el capital invertido por la empresa en nosotros con charlas al pasar, redes sociales, llamadas telefónicas (vaya a saber con quién) escapaditas en horarios laborales o faltazos estratégicos para armarnos nuestro propio finde largo.
Es por eso que hoy quiero impartirles, mis queridos borregos, una verdadera ley que los conduzca por el sendero del buen empleado y sepan compartir esta palabra entre sus compañeros tentadores de pecados empresariales. Sepan identificar el mal y ponerlo de rodillas para que todos tengamos una empresa sana y purificada para nuestros superiores.
Lean a conciencia, recapaciten y levanten la frente.
Les dejo a ustedes los 10 mandamientos para empleados pecadores:
1- Amarás a (nombre de tu empresa) por sobre todas las cosas.
2- No dirás el nombre del “poderoso” en vano.
3- Recurrirás a su fiesta de fin de año.
4- Honrarás a tu jefe, a su jefe, al otro jefe, y al otro, y así, y así…
5- No matarás el ideal de enriquecer a tus jefes.
6- No verás imágenes de actos impuros en horario laboral.
7- No robarás minutos de almuerzo.
8- No darás falsos testimonios sobre tus tardanzas y/o ausencias.
9- No consentirás pensamientos malignos sobre “el poderoso”.
10- No codiciarás aumentos de sueldos, ascensos, sobrecitos marrones ni el sueldo de tu prójimo.
Sean todos ustedes proclamadores de estas enmiendas y háganla correr por todas las santas oficinas y zonas francas de Mendoza. ¡Agradezcan y quiéranse los unos a los otros!
Y mi consejo de siempre, no lleven esto en casa, ya que las patronas o patrones no sabrán entender el reino del pecado oficinístico.
Escrito por Maurcio para la sección:
OTRO: Tendrás que decir la verdad( o eso cree el Poderoso) de a donde se a retirado en horario laboral tu compañero.