/Motivo por el cual nunca hay que tirar un folleto

Motivo por el cual nunca hay que tirar un folleto

Estas vacaciones la pasé genial, hice todo lo que hay que hacer de vacaciones, más o menos en exceso, pero lo mejor no fue ni la playa, ni las comidas, ni encontrarme con amigos, ni nada, lo mejor fue que mi primo me enseño una nueva manera de asear el vagón de carne cuando las necesidades apremian.

Si vos sos de esos tipos como yo, que no pueden cagar en baño ajeno y que cualquier situación escatológica te complica la vida y te hace elevar el estrés a escalas kirchneristas, esta nota es para vos. Para esos casos extremos donde hay solo dos caminos: cagar en un lugar que no es tu trono casero o el suicidio.

Como se darán cuenta, aún les escribo, así que para tranquilidad de todos, tuve un pequeño incidente que me llevó a tomar la opción uno y cagar en un lugar donde no había papel, ni bidet, ni medias, ni nada…

Nos habíamos ido con unas parejas a unas playas alejadas, no había nada… salvo arena y mar. Como todo salió de pronto, ni siquiera llevábamos bolsos… o papel higiénico. En medio de la juntada me vinieron unas ganas tremendas de ir al baño. Al cabo de dos horas las ganas de tornaron insostenibles y mi cara lo delataba ampliamente. Por el orto la estaba pasando como el orto. ¡Gracias a Dios días estaba mi primo, quién me enseño este magnífico método que me salvó la vida! Ahora lo comparto con ustedes paso a paso así lo aprenden completo:

Jamás tires un panfleto callejero o boleta de pago, uno nunca puede saber cuándo las rabas fritas o el fernet caliente van a surtir efecto y transformar nuestra dignidad en un rabioso surtidor de heces.

Folleto que no hay que tirar, por más que te ofrezcan servicios de oráculo.

Primero se dobla el papel de manera vertical, así como en la imagen.

Doblamos el papel suavemente, controlemos la textura del mismo.

Luego lo doblamos de manera horizontal.

Palpamos poco a poco lo que dentro de instantes actuará cual barricada

Ahora hay que prestar mucha atención a esta puntita.

Esta es la puntita crucial, la cereza del postre de bosta que se viene.

La cortamos prolijamente como en la foto y nos la guardamos en el llobolsi.

¡Muy bien! Con el tiempo te haces experto en “punitas”
Importante no perder esta pieza fundamental en este rompecabezas fecal.

Si lo hemos hecho correctamente nuestro artilugio de limpieza debe quedar así.

Acá podemos ver el agujero, del tamaño de un dedo medio

Hecho el laburo fino, introducimos el dedo medio en el orificio.

Véase cómo recubre el 100% de la mano, salvo el dedo de “fuck you”

En el ejemplo muestro a mis rodillas cual culo recientemente cagado y el accionar del dedo, la mano y el papel cobertor.

Véase que la turgencia es similar

Introducimos en la parte inferior del recto el artilugio y lo pasamos “barriendo” toda la mandanga hacia arriba, utilizando nuestro dedo cual pala mecánica y protegiendo a nuestra mano de virus y bacterias, cual Lysoform natural.

A medida que pase el tiempo el dedo se vuelve un especialista en el hallazgo de apelotonamientos.

Aseada la superficie anal ya podemos subirnos el pantalón, no sin antes terminar nuestro asunto, ya que el artilugio aún está sucio.

Si todo salió bien las heces deben quedar esparcidas en el dedo y esta parte del papel.

Acá utilizo una sola mano porque la otra está sacando la foto, pero con ambas manos la dama o el caballero va quitando el papel, al tiempo que presiona alrededor del dedo, limpiándolo y dejándolo como nuevo.

Si lo hacemos bien el dedo queda tan limpio que hasta nos lo podemos llevar a la boca, en signo de triunfo del hombre sobre la naturaleza.
Vamos arrugando el pelpa a medida que lo quitamos.
Luego tiramos el papel al tachito de la basura.

Y ustedes se preguntarán… ¿para qué mierda nos hizo hincapié en guardar el pedacito de papel?

¿Se acuerdan? Este les dije que lo atesoraran cual llave de cofre de oro.

¡Pues para limpiarnos la uña gilastrunes!

¡Ahora si el trabajo esta completo!

¡Viva la vida, viva Perón!

ETIQUETAS: