El barrio Bombal está de luto por el deceso de uno de los más queridos profesores de la zona. Al enterarme del trágico hecho, me dirigí al colegio, que por razones de seguridad me prohibieron nombrar, para buscar luz en un asunto que solo tenía conjeturas y ecuaciones falsas.

Al llegar al lugar me dí cuenta que algo andaba mal por una sumatoria de hechos sospechosos en el entorno de los alumnos de sexto grado. Al parecer era día de examen y uno de los alumnos decidió ”machetearse”, todo un problema.

Las épocas cambian y también las formas de aprobar, según el “Chompi” (Así lo llaman sus compañeros) parece que machetearse es llevar un machete oxidado en la mochila.

La sádica intención del alumno, se juntó con la mala suerte del profesor, quien volvía de una fuerte operación por un cálculo renal. Al final del día, al entregar el examen, la sumatoria de factores termino dando saldo  negativo para el profesor, quien de un machetazo fue dividido en dos.

Cuando le preguntaron al alumno si estaba arrepentido por lo que había hecho dijo “más o menos”.

Durante la tarde del martes velaron los restos del profesor, quién ahora descansa entre los números imaginarios.  El alumno quedó a disposición de la justicia, donde evaluarán la condena.