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Observaciones de un Mendolotudo en Buenos Aires

En Buenos Aires a los provincianos nos pueden pasar muchas cosas. Buenos Aires se puede vivir de muchas maneras distintas y la metrópoli puede generar en nosotros cientos de cosas diferentes. En el pasado, nuestro querido Ángel Gris, dio su visión al respecto (click acá). Hoy me toca a mí, que anduve por aquellos pagos. Guevón culiado.

Podemos sentirnos inferiores o superiores, con más o menos cancha y calle, con o sin miedo, sorprendidos, obnubilados, felices o tristes, ajenos o parte, culpables o inocentes. Lo cierto es que esta ciudad tiene un algo, un no se que, que no se puede explicar fácilmente, es como el tango, que aunque duele lo escuchas y te encanta hacerlo. Buenos Aires te atrapa, Buenos Aires no duerme, Buenos Aires te morfa sin que te apioles, te como de dorapa, como un panchito, te aplasta, te pasa por encima y sigue su camino sin siquiera mirar por sobre su hombro. Buenos Aires es mujer, como dice Cacho, es única, maravillosa y cuenta con el magnífico don de poder darte una nueva aventura a la vuelta de la esquina en cualquier momento del día, cualquier día de la semana, cosa que no pasa en ninguna provincia.

Anduve por esta extraña ciudad y tengo algunos puntos positivos y otros negativos para comentarles, de cómo ve un provinciano a esta enorme metrópoli…

  • Están politizados. Militan en partidos, se apasionan por un bando y lo defienden a muerte. Son elocuentes para las pintadas y al momento de arruinar la publicidad de la oposición. Tienen memoria política y conocen sobre la estructura política y sus personajes.
  • Son mugrientos. Generan tanta mugre que atiborran los tachitos de basura de la ciudad e igual tiran los papeles en ellos. Pegan papelitos de las putas por todos lados, en los teléfonos sobre todo. Hay panfletos de todo por todos lados, cajas de pizas, cartoncitos de los panchos, vasos de coca, colillas, paquetes de puchos, envoltorios, etc. Mucha mugre por todos lados.
  • Saben muchísimo de fútbol y lo viven apasionadamente. Se percibe en la calle, en la gente. Llevan sus camisetas y tatuajes a todos lados. Hasta las minas son re fobaleras al palo. Siguen a su equipo a todas partes y todos los domingos ven fútbol en vivo.
  • Está lleno de “raros” y “freaks”. Muchos pibitos y pibitas arruinados, escrachados, híbridos. Abundan los típicos matados que en Mendoza llaman la atención. Acá son costumbre. Incluso es una moda que está pasando, porque ya no son moda.
  • Leen en todas partes y a todo momento. Más allá de que tienen librerías abiertas las 24 horas, leen todo el tiempo, en cualquier lugar y momento. Ves gente leyendo en los cafés, en el subte, en los bares, en las plazas, en la calle. Leen mucho y no revistas, sino libros. Por eso están más instruidos. Parece como que están solos en un mar de gente.
  • Le falta una mano de pintura a toda la ciudad. Buenos Aires está gris de smog y mugre. Los edificios viejos se ven más viejos aún debido a que hace mil años que no les dan una mano de pintura. La ciudad está descolorida y opaca.
  • Tienen mucha calle. Es lógico cuando la posibilidad de relacionarte y el número de personas que conoces es tan amplio. Son una bocha y donde vayas son un montón y hay gente para todo. Te guste lo que te guste, probablemente va a haber mucha gente que le gusta lo mismo. Al relacionarse tanto, las experiencias abundan y eso genera el hecho de tener más calle. Lo malo es que este “pro” les juega en contra porque abusan de ello.
  • Son cholulos. Las obras de teatro de revista tienen tremendo éxito y alguien de provincia jamás va a entender porque. La gente hace colas para ver una y mil veces la misma obra. Pagan fortunas para una parva de imbéciles con un montón de gatos baratos en bolas. No debe haber algo más espantoso que el teatro de revista, nada más frío, patético y poco artístico y sin embargo ves colas y colas de porteños amontonados por ver un famoso en bolas. Incompresible.
  • Por otro lado, tienen obras de teatro increíbles, que lamentablemente jamás llegarán a las provincias a menos que se hagan ultra exitosísimas, como Baraka.
  • Le rinden culto a los contenidos generados en Buenos Aires. Escuchan sus radios, ven sus programas, siguen a sus bandas y cantantes, tienen su revista favorita, la cual compran todos los meses, su diario preferido y su actor ídolo. Son un público fiel y cálido. Se hacen fanáticos de algo y lo siguen.
  • Hay mucha buena gente, pero creo que hay muchos más matados y limados.
  • La clase alta se nota muchísimo más, gastan más, aparentan más, como que disfrutan más la plata que ganan, sin tantos prejuicios. Incluso la clase baja no lo aparenta tanto como en provincia.
  • No toman tragos raros, toman solo champán con speed o vodka con speed.
  • A la gente de provincia de Buenos Aires, le llaman “la gente de las provincias”. No tienen ni idea de que la verdadera gente de las provincias es toda la gente que no vive en Capital, ni en la provincia de Buenos Aires.
  • Esta lleno de locos. Y no hablo de los locos lindos, esos que falshean o hablan boludeces, sino locos posta. Locos que gritan, locos que hablan solos, idos, perdidos y matados. En las plazas, en las esquinas, por los pasillos. Muchísimos locos.
  • Tienen librerías por todos lados, muchísimas, incluso hay algunas que abren las 24 horas. Los libros son baratos y los hay para todos los gustos.
  • Hay mil cosas para hacer, de lunes a lunes, Buenos Aires no duerme jamás.
  • Hay un McDonalds cada cuatro cuadras y todos están hasta el orto.

Y como provinciano hasta los re mil huevos concluyo, no podes pasar más de dos o tres días ahí porque te estalla la cabeza.


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