/Para mí, tiene bigote

Para mí, tiene bigote

Más de una vez hemos escuchado este término, o se lo has dicho a algún amigo tuyo con hermana. Hay varias situaciones en la vida en la que te encantaría tener un padrino mágico, que te conceda el deseo de ponerle un bigote o algo que haga menos atractiva a esa mina que te pone como una salamandra a mediados de julio. Y es que no da que le tires el chamuyo, porque quedas como un sin código, o sea, no da man.

En esta nota, te expongo aquellos casos en los que un hombre standard, con el umbral de ética y códigos adecuado, desearía que una mujer tenga bigotes:

  • La hermana de tu amigo: la mina tiene un par de años menos que vos, la has visto crecer. Viste el proceso  en el que esa oruga (fea, ñoña, cargosa, mañosa y metida), se trasformó en una mariposa y desplegó sus alas. Ahora es la popular de la facultad y su muro está lleno de pajeros poniéndole “Me gusta” a cualquier boludes que postea. Antes la sacabas de vuelo porque interrumpía conversaciones con tu amigo, ahora te encantaría compartir una charla con ella, pero no te da ni la hora, de pedo te tira un: “He, que haces” o cuando te abre la puerta ni te saluda y le grita a tu amigo: “Marcos, te buscan” ni hola te dice la putita hermosa y eso te hace desearla aún más. La amas, la ves modelando por la casa o cambiándose para irse a bailar  y tratas de hacerte el choto, pero la mina es un imán para tus ojos, sabés que tu amigo se da cuenta, y que si la miras dos veces más, te calza. En este caso, sería ideal que la minita encontrara el bigote perdido de Ricardo Mur así te evitas andar con la nariz torcida por la vida.
  • La novia de tu amigo: Esta es la más arriesgada de todas, siempre que hay un amigo en el medio la cosa se torna complicada, está la carne y sus debilidades de un lado y tú hermano de la vida del otro. Pero si vamos a lo que es, tiene pedazo de orto, no es tu culpa que tus niveles de testosterona se vayan al carajo, contra la bilogía no hay nada que hacer. En este caso lo saludable es cruzar las piernas cuando la ves y pedir que le pongan el bigote de Anibal Fernandez.
  • Tu cuñada: Diosa, dueña de toda tu ratonera, esa que te preguntas como carajo no la conociste antes que tu novia. Tu cuñadita, está más rica, es más simpática, tiene mejores tetas, huele mejor y tiene menos complejos que la Susanita de tu novia, la ves y te hace estallar la cabeza. Más de una vez te has comido una trompada de tu novia por mirar más de lo que deberías, aun así es algo que no podés evitar. Te encantaría que venga el Mago Black y le haga aparecer los bigotes de Flanders.
  • La hija de tu jefe: acá estás jugando con fuego, es más, la mina ni siquiera esta tan buena, lo que en realidad te encanta es imaginar el veneno corriéndole por las venas a ese tipo que te da órdenes, el que te rompe las bolas, el que día a día te recuerda que está un paso más arriba, es por eso que agarrarías a la hija y la dejarías empapelada a la pared, pero sabés que si lo haces te quedas en la calle y con tres dientes menos. En este caso en particular, si la mina esta buena, lo mejor es pedirle a Los Reyes que le regalen los mostacholes del cocinero de Dannete, por tu propio bienestar económico, físico y mental.
  • Tu suegra: No se puede negar, que tu suegra, con sus 45 años está más buena que comer una pata de pollo con la mano. Es la voz de la experiencia, sabes que tiene varias batallas ganadas y que con ese físico te dejaría seco como una estrella de mar. Cuando la ves volver del gimnasio empieza en tu cabeza una Creamfield de ratones. No podés ocultar los 40 grados de calor que sentís y empezás a sudar, cuando te habla tartamudeas y te tiritan las manos. Te encanta verla cuando se va a trotar al parque y tenés grandes sospechas de que se tira a su personal trainer 20 años menor. Dicen que si querés ver cómo va a ser tu novia dentro de 20 años, tenés que ver a tu suegra, y esta feliz de la vida. Por eso tenés que ser más discreto y no mirar tanto a la mama de tu novia, por eso le pediste a la bruja del barrio que le haga florecer los bigotes de Anibal Pachano.
  • La amiga de tu novia: Esa chica con la que compartís gustos, con la que te cagas de la risa, la que te acepta charlatan y tacaño como sos. La que se pone de tu lado en un debate, la que te comprende y te trata bien, no hablo de tu novia, sino de la amiga, es la mina perfecta y vos sentís que por alguna razón terminaste con la mujer equivocada. Tu novia te vive criticando todo y los que a vos te gusta ella lo odia y viceversa. En cambio esta su amiga que se ríe de tus chistes ordinarios, se tira pedos con vos, le encanta El Mendolotudo y además de eso pesa 15 kilos menos que el matoste que te estas clavando. Sentís que vos y ella son tal para cual y cual para tal, pero sabes que es un imposible, por eso le pedís a Alá que por favor ocasione algún  desorden hormonal que le haga crecer los bigotes de Fredy Mercuri.
  • Tu prima: Si hay una fantasía que tengo desde que vivo en Shelviville, es comerme a una prima. Tiene tu sangre, pero está buenísima. De esta no tengo mucho que decir porque como que ya está todo dicho, es tu prima y solo con ese título ya te la querés cepillar, maldito adicto al incesto. Por el bien de los asados familiares, sería propicio que algún milagro le haga crecer el tegobi de Charles Chaplin.

Bueno, básicamente estos son los grupos de minas más prohibidas, igual, quiero terminar mi nota con esta reflexión:

Eeeee les dejaba una imagen de la reflexión de ondas.

No en serio, piensen en esto, no importa si la mina esta buena, lo que nos atrae es eso prohibido, eso de saber que esta mal. También muchas veces los hombres somos como el culo y queremos lo que no tenemos, en este caso, un harén lleno de suegras, primas y hermanas de amigos en bolas.

Fuente de las imágenes:
wikipedia.com
noticias-ya.com

También podes leer:
Petiso pero me la piso

El año pasado escribíamos:
Preguntas sin respuestas aturden mi cabeza

ETIQUETAS: