Quienes me conocen saben que no puedo tolerar la realidad tal cual es. Siempre imagino situaciones que para muchos son graciosas, pero para mi resultarían bastante justas y ayudarían a «equiparar» un poco el peso en la balanza de la vida. En este caso, día tras día me toca ver cierta postura «pasiva» de las mujeres a la hora de una situación puntual: el piropo border (que a veces roza la delgada línea del acoso).
A ver, si nos ponemos a analizar en profundidad el asunto, nos encontraremos con una realidad en la que el género masculino se encuentra encerrado en una percepción totalmente machista, lo que provoca la idealización de la mujer como un objeto. Como contra cara, nos encontramos con un género femenino que ya esta hasta las bolas de esta situación, pero ha aprendido a ignorar. Esto de alguna manera es interpretado por los «machotes» como un gesto de permisividad.
En consecuencia, el producto de ambas actitudes y posturas termina siendo un hombre bajando la ventanilla para decirle algún improperio a cualquier mujer que dentro de sus cánones estéticos pueda ser catalogada de «culiable».
Ahora, ¿Será que la culpa no es del chancho si no del que le da de comer? ¿Qué pasaría si la mujer tomara la posta en estas acciones e invirtiera la torta de un día al otro?
-*Cruza en rojo y muere*
-*Se queda de cara*
-*Llega a casa llorando*
-*Reza el padre nuestro 18 días seguidos*
-*Se acobacha atrás de media res*
-*El verdulero se mete atrás de los cajones en posición fetal*
-*Lo cagan a piñas*
-*Se queda regulando hasta que canta el gallo*
-*se descarga 62 libros piratas de auto ayuda para superarlo*
– ¡Con estas gomas te voy a borrar hasta la cara, papurro!
-*Muere por ajuste de cuentas*
Como vemos a veces a la vida hay que encararla con actitud, y para ser honestos, sería lindo que aunque sea por un día esto se haga realidad y ellas, nuestras princesas, puedan caminar en paz por la calle. Más allá de la joda en la nota, estaría bueno que dejen de ser tan pajeros.