/10 situaciones estresantes de los 90 | 1° parte

10 situaciones estresantes de los 90 | 1° parte

A medida que pasan los años, todos vamos cambiando eso que nos da tranquilidad, satisfacción, regocijo, placer. Placer hoy en día es llegar a final del día con batería en el celular. Placer hoy en día es no recibir spam en tu casilla de correo. Placer hoy en día recibir un wasap de la minita o pibito que te gusta.

Pero eso ni siquiera se asomaba como mera posibilidad de avance allá por los años 90, época en donde, así como ahora levantás una piedra y encontrás un hijo de Maradona, metías la mano en un jarrón y encontrabas una droga de Maradona.

Mene*, TVC2000, cartas escritas a mano, figuritas, calcamonías, tazos, revistas porno, pizza, champán. Eso eran los 90. Una maraña de lindos recuerdos.

Pero como todo, no siempre era color de rosas. También teníamos nuestras situaciones y/o momentos en los que nos estresábamos por un montón de cosas que en esta nota resumiré en 10 y en esta primera parte, 5.

  1. Cd´s rayados

Si algo caracterizó a los 90 fue el paso del disco de pasta al cd, un plástico circular de alta performance que se venía con de todo. Uno podía tranquilamente comprar varios originales al año y atesorarlos como nada en el mundo. Pero no duraban para siempre. Y ahí estabas vos, acomodándote para escuchar el último de V8 al palo. Todo marcha bien. Vos te creés Iorio en un mega recital. Hasta que Iorio se empieza a trabar, a repetir, a saltar. La san concha de Dios. El cd se ha rayado. Existían varios remedios caseros para intentar recuperarlos, desde frotación con cáscara de banana hasta té frio de manzanilla. Pero la realidad que nada funcionaba.

  1. Diskettes sin formatos

Así como hoy en día existen los pen drives, la nube de google o blutú, antes para pasarte archivos re importantes como presentaciones power point, imágenes jpg porno o incluso hasta mini jueguitos de Mario, usábamos los gloriosos diskettes plásticos con una chapita que se retraía cuando entraba en la disquetera. Y ahí estabas vos, creyéndote un Bill Gates traficando documentos informáticos. Hasta que un día lo ingresás en el CPU y un cartel misterioso aparecía. “El disco no tiene formato, ¿desea darle formato?”. Esto significaba que la única opción era formatearlo, osea, perder todo lo que ahí tenías. 2 Mb de pura dicha tecnológica.

  1. Pasacasettes truncos

Como ya les dije anteriormente, los 90 caracterizaron la aparición del CD de música como “la” novedad. Pero aún se usaba muchísimos los casettes, esos rectángulos plásticos con el Lado A y el lado B. Era la única forma de armar tus playlist a gusto y piacere, en su mayoría grabados directamente de la radio (siempre y cuando los forros no te pisaran el tema con la marca de la emisora).  Siempre tenías dos o tres preferidos que los escuchabas todo el día. Y ahí estás vos, rebobinándolo con una BIC azul listo para ponerlo en el pasacasete. Todo viene bien hasta que se empieza a escuchar raro, raro como cuando un aparato te come la cinta y te la escupe por la tapita. Te querés matar. Intetás devolverla adentro del casette con la bic, pero ya es demasiado tarde. No solo escupió una parte sino que otra parte se metió dentro de los engranajes del aparato.

  1. Teléfono público

Con la llegada de los gallegos Telefónica se venía una nueva era de comunicación. Se acabaron los cospeles y de repente podías usar monedas de 10 centavos para hablar. Pero todo lo lindo tiene algo feo. Y ahí estás vos, caminando hacia la cabina, donde metés la primer moneda y no hay ruido alguno que demostrara su caída. Pensás que con la segunda moneda se solucionará, pero no. Se traba. Todo se traba. El sistema se desmorona. Ya no sabés en que más creer. Porque giles hay en todos lados, incluso los que metían monedas chilenas o pesos ley para ver si funcionaba. Lo único que funcionaba era el tope y traba que lograba poner fuera de servicio el teléfono público.

  1. Zumbido de Messenger

Antes no existía el wasap. Pero si existía el chat que revolucionó la comunicación y las web-porn amateurs. Si, les hablo del Messenger. Un sistema de comunicación que te permitía cambiar los vatares, los fondo de ventanitas, los estados y el intercambio libre de power point, imágenes jpg porno o incluso hasta mini jueguitos de Mario. Todo funcionaba a la perfección, hasta que un genio del marketing no tuvo mejor idea que agregarle el zumbido. Y ahi estabas vos, en tu laburo, chateando con la minita o pibito que te gusta. Cada vez que alguien se acerca, escondés la ventanita y mostrás un Excel que no entendés. Hasta que alguien te manda un zumbido. Justo en el momento que tus parlantitos están al palo. Justo cuando tenés a tu supervisor detrás tuyo y ve como emerge de la nada una ventana que tiembla, que vibra, que todo. Se comenta que hubo muchos despidos a raíz de esta mierda. En serio, todos la odiábamos y no había forma de desactivarla. Incluso podías mandar 457 zumbidos juntos con la efectividad que los 457 zumbidos funcionarían.

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