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¿Es la reina de la vendimia una fantasía sexual inconsciente?

¿Qué esperabas que sea si crecí en los noventa,
actriz de Hollywood, dentista o Cenicienta?
Sara Hebe

Cenicienta. Obvio. Cenicienta tiene por lo menos dos cosas que no tienen ni una actriz de Hollywood ni una dentista: por un lado, probabilidades de ser virgen; por otro, un mayor nivel de analfabetismo. Si a esto le sumamos una depilación completa (esto es algo que Cenicienta puede tener que laburar), tenemos a la esposa perfecta de un pedofílico. Si Cenicienta mide menos de 1,60 mejor. Si pesa menos de 60, más mejor, como decía el chavo -creo-, siempre tan psicoanalítico. ¿Son todos los hombres pedofílicos? Las psicólogas feministas no se ponen de acuerdo (*).

De todas formas, no queríamos hablar de los pedofílicos. Ni de Cenicienta. Queríamos hablar de la Reina Nacional de la Vendimia. Con mayúsculas. ¿Es una fantasía sexual inconsciente? Los psicoanalistas me responden: para, ¿recién te das cuenta? Pero, ¿puede ser? O nosotros estamos más paranoicos, o los demás están más vírgenes y perversos. Por razones personales, preferimos lo segundo. Ahora: Freud nos recuerda que una “fantasía sexual inconsciente” puede contener además otras fantasías, como superpuestas. En la reina de la vendimia tenemos por lo menos dos: llamemoslas “el padre (casi) ha muerto”, y “larga vida a la madre (con pene)”.

La primera -crease o no- nos lleva hasta la independencia de este gran país. Escena a lo William Shakespeare: es 1800, todos quieren matar al rey-padre. Hablan los hijos independentistas: “no nos asusta tu pene (bueno, un poco sí)”. Situaciones como esta: hijo: “no te vayas papi”, padre (con vos grave): “tengo que hacerlo hijo, es por la patria”, hijo: “cuando sea grande quiero tener un pene como el tuyo”, padre: “y lo tendrás hijo, lo tendrás (pero no para meterlo dentro de mama, eso solo lo puede hacer papa)”. El padre se va, el hijo llora (no sabemos si por papa o por lo de mama). Pero los hijos no matan al padre, lo echan de la casa (pero ¿no era esto lo que hacía con los hijos el padre pederasta de la horda primitiva del que habla Freud? Mierda, Nietzsche tenía razón: la historia se repite). En síntesis, el padre (casi) ha muerto. Y los “padres de la patria” finalmente pueden llenar el país con esculturas de sus penes. Pero este no es el final. Poco a poco empezamos a entender que los hijos no solo tenían actitudes homicidas hacia el padre, también –y sobre todo- tenían actitudes (homo) sexuales. Si, esto se pone cada vez más Hamlet. Primera reacción ante la muerte del padre (obvio que después de la inauguración de las estatuas): culpa. En estos casos, la muerte del padre tiene un “efecto de obediencia retardada”: todo lo que el padre impuso en vida, ahora los hijos se lo imponen solos. Los “mandamientos” del Padre pasan a ser los mandamientos del Hijo. Primer mandamiento: amaras a Dios y al rey por sobre todas cosas (si, incluyendo a tu pene). Mierda, pero al rey (padre) lo matamos (o casi, pero dejemos este problema para la historiografía oficial). ¿Qué hacemos? bueno, amemos a la Reina. De esta forma, aparece la “fantasía de la reina”. Pero las fantasías son una expresión de lo que Reik llamaba “la compulsión de confesar”. Son como esos momentos de mierda en los que decís más de lo que querías. ¿Reina de qué? ¿Y eso que importa? Lo importante es tener una reina. Reina de la vendimia. Safa.

Analicemos esta fantasía. Lo primero que entendemos es que gira alrededor del “acto de coronación”. 18 minas compiten por un palo y un “manto” (por la corona no porque todas tienen una). De más está decir que el palo, esa cosa “larga y dura”, es un símbolo del pene. El otro símbolo es menos evidente, pero también es un símbolo de los genitales masculinos. “¿Por qué el manto es un símbolo de los genitales masculinos?”, se pregunta Freud, “No es fácil entenderlo, pero su significado [en las fantasías, etc.] es desde todo punto de vista indudable”. El manto es una “toma de posesión” (como la bandera que ponen los yanks al “entrar” en un territorio). Además es un símbolo de “protección”, de “seguridad”. El manto también esconde el cuerpo, por lo que al mismo tiempo es un símbolo de sumisión sexual. Posesión política + seguridad + sumisión sexual = matrimonio estándar. El manto es un símbolo de matrimonio. Entonces: 18 minas compiten por un esposo. Es más, por tener en la mano el pene del esposo (el verdadero símbolo de “matrimonio”). Parece que estamos ante la típica “fantasía del sultán”. Pero no, esto es la parte “superficial” de la fantasía, la parte con la que el sultán se hace una paja de forma consciente. La otra es lo que se reprime. En efecto ¿De quién es el pene? Del padre, obvio (pasa que el matrimonio es un símbolo del “viejo mete-saca (de papa-mama)”, del que hablaba el chico de la Naranja mecánica). Ahora: este pene está separado del resto del padre (el manto). El sentido de los dos símbolos es separar el pene del padre. Entonces, la fantasía del sultán en realidad es una fantasía sádica de castración. Pero esto no es todo. En la fantasía, el hijo se identifica con el padre. O sea que el pene del padre es también el pene del hijo. O sea que la fantasía también es masoquista. ¿Pero qué tipo se hace una paja pensando en su propia castración? Bueno, por un lado recordemos que -para el sultán- la fantasía es que 18 minitas se pelean por agarrarle la pija. Por otro, recordemos que existe algo llamado “necesidad inconsciente de castigo (paterno)”. La fantasía masoquista es una satisfacción de esta necesidad. Ahora ¿porque la que castra en la fantasía es la madre? (porque las 18 minitas representan a la madre, lo que se repite en una fantasía es lo insustituible, o sea: la madre). Bueno, por un lado, para vengarse de su propia castración (recordemos la teoría infantil de que las mujeres no tienen pene porque se los han cortado, y recordemos que el autor de esta fantasía es el hijo). Por otro, porque la madre de la infancia es la “madre con pene” (recordemos también la teoría infantil de que todos –pero sobre todo mama- tienen un pene). Ahora entendemos el valor simbólico de la “reina con el pene en la mano”: es la madre con pene, ese “santo grial” infantil (digamos de paso que el “santo grial” es un símbolo del pene de la madre). Y la fantasía es, entonces, una fantasía de penetración anal. Parece que lo que realmente calienta a este tipo es la fantasía inconsciente de ser penetrado por la madre. Pero como para explicar esto necesitamos como 10 paginas, vamos a parar acá. Solo un “comentario” más: es obvio que esta fiesta toca cosas grosas de la infancia, es una de esas cosas que te emocionan y no sabes por qué. ¿De otra forma se puede entender la oposición al proyecto “Vendimia sin reinas”?

(*)  En todo caso, no es un silogismo ¿o sí? Pero si todos los hombres son pedofilicos ¿Es el papa pedofilico? Este problema lógico es serio. Pero encontramos una solución que conforma a las dos partes:
Todos los hombres son pedofílicos.
El papa no es hombre.
El papa no es pedofílico.

Escrito por Agustín Cassino para la sección:

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