/After Office Hot | Segunda Parte

After Office Hot | Segunda Parte

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Excitadísima con la situación que se me presentaba me sostuve con la mano izquierda del caño y con la derecha le tomé la cara a Lu y le comí la boca de un beso. Ricardo sonreía, sabía que los había elegido. Bajé de la plataforma de madera donde estaba y quedé en medio de ellos. Ella me besaba y acariciaba mi cintura y él besaba mi cuello y apretaba fuerte mis glúteos. Mis pechos y los de Lu se rozaban. Ricardo desprendió mi corpiño e inmediatamente yo desprendí el de ella. Entre nosotras nos sacamos la ropa y Ricardo se sentó en el sillón a mirarnos con su trago en la mano.

Celeste y Serrano estaban en la cama, en lo suyo podría decirse pero cada tanto miraban a ver qué era lo que estábamos haciendo.

Con Lu seguimos nuestro show. Nos sentamos sobre la plataforma de madera y ella apoyó su espalda en el caño. Le abrí las piernas y comencé besándo sus muslos. Acariciaba sus piernas y las agarraba con fuerza. Cuando estaba a punto de correr su bombacha para besarla ahí, nos sorprende Cele. Se paró atrás de Lu y jugó con el caño entre sus pechos, eran grandes, fué genial verla hacer eso. Serrano se sentó en el sillón con Ricardo. Ambos nos miraban atentos. Retomé lo que estaba por hacer, y corrí la ropa interior de Lu para darle placer. Cele se inclinó y dejó sus hermosas tetas muy cerca de la boca de la agasajada. Mientras yo besaba a Lu en su sexo mi cola quedaba de paisaje a los espectadores. Rodillas en el suelo, espalda arqueada y boca ocupada. En eso siento un cachetón en mi cola, creo que fue Serrano. Me salí de donde estaba y giré mi cuerpo hacia los chicos. Enfilé directo a Serrano, siempre le había tenido ganas y esta noche podía desquitarme de dos años de trabajar juntos y tener que mantener una postura profesional.

Con una mano lo tiré hacia atrás y con la otra lo agarré bien desde abajo y lo empecé a besar. Primero la cabeza. Un recorrido suave con la lengua, bien por la punta y luego todo el tronco. Siempre suave, que dé indicios de lo que viene sin sucumbir directamente en el asunto. Cele y Lu se llevaron a Ricardo a la cama. Serrano me tomó de la nuca y ejerció presión llenandome la boca. Después de un par de bombeadas me levantó y me puso sobre el sillón, con mis rodillas en los almohadones. Llevó mi cintura hacia su pelvis y no hizo falta lubricación extra. Yo estaba empapada. Entre gemidos y disfrute me pedía que mirara hacia la cama, como estaban los chicos sin nosotros.

Cele estaba boca arriba con Ricardo en «misionero» y Lu se tocaba. Tenía su pelvis a la altura de los pechos de ella, por lo que podría decirse que compartían la escena. Ricardo sale de su posición y recuesta a Lu boca abajo. Puso unas almohadas bajo su abdomen y dejó su cola elevada. Era su turno. Cele descansó un poco, nos miraba y miraba a los chicos, se tocaba. Caminó luciendo sus curvas por la habitación mientras se preparaba algo para tomar.

Serrano la llamó a que se sumara y ella solo sonrió. Salí del sillón, tomé de su vaso y él se la llevó a la cama. Yo me prendí un pucho y volví a mi lugar. Para mi ya estaba. Había estado con Cele en otras ocasiones y me saqué las ganas con mi jefe. Podía tocarme y acabar sola mirandolos a ellos disfrutar en la cama. Mezcla de placer, morbo, asco en los cortos momentos de cordura y locura. Era toda una película porno ¿Cómo fue que terminamos así? ¿Cómo nos ibamos a mirar al otro día.

Después ya no hubieron intercambios. Serrano se mostró más relajado y dejó que Celeste hiciera todo. Ricardo, en cambio, dejó el alma en la cancha y Lu estaba devastada. Hizo con ella lo que quiso. Fué divertido verlos y comparar. ¿Será que mi jefe, al ser más agraciado en cuanto a belleza, estaba acostumbrado a tener todo servido? y pobre Richard, tenía que remarla por el mismo motivo. Cada tanto alguno me invitaba, pero yo estaba egoístamente bien.

– Ya que estoy de espectadora ¿Puedo pedir?

– Ay… Me da miedo tu pedido, Murray. Dijo Serrano.

– Quiero que acaben los dos juntos sobre las chicas… como en las películas.

– ¡Aflojale a la pornografía, Mina! Dijo Lu.

Yo me reí, me dió un poco de verguenza quedar así al descubierto, pero era la verdad… cada tanto me miraba un videíto. Igual ya lo estaba dejando. (Ponele)

– Lo podemos intentar, no vamos a jugar a las espadas pero algo podemos hacer – Dijo Richard.

– El tema va a ser coordinar la llegada, yo ya estoy – Sumó Serrano.

Las chicas se acostaron un poco mas cerca y ambas se apretaron los pechos. Yo me acerqué a la cama, quería ver el final. Les dí unos besos a ellas, a modo de incentivo para ellos. Y a Serrano, que era el que tenía cerca le acaricié los testículos. A todos les gusta eso cuando están por venir. Sus caras empezaron a cambiar, y sus manos iban cada vez más rápido.

Estallaron sobre las chicas, la distancia entre los cuerpos hizo que gran parte quedara cubierta. Un poco en sus abdómenes, sus lolas. Ni el cuello ni el pelo de ninguna quedó libre de ellos. Cayeron rendidos a la cama.

– ¡A bañarse niñas!- les dije. Y salimos las tres a relajar al baño entre cigarrillos y bebidas.

De vuelta a la realidad, nos prohibimos las preguntas y volver a mencionar el tema. Fuera de esa habitación eramos simples mortales con ropa y un trabajo en común.