/Así se empieza y se termina una fiesta mendolotuda

Así se empieza y se termina una fiesta mendolotuda

“…Y me solté el cabello, me vestí de reina,
me puse tacones, me pinte bien bella ….”

Si, así llegué a la Fiesta Mendolotuda, de punta en blanco y sobria, de  risa vulgar y estremecedora.

Trago va, trago viene, comida de por medio, llego la hora del baile. Conep me sacó a  bailar porque era una de las más lindas de la fiesta, inclusive había bajado 5 kilos vomitando almuerzo y cena de casi toda la semana. El Ingeniero baila bien, pero habla mucho, siempre atina a besarte y como que abre mucho la boca y te succiona cual Alien

Me aburrí un poco, todos con su pareja, Conep que no paraba de quererme comer la cara, me fui a la barra a ver si así le podía poner un poco más de onda, aparece mi ex, si Don Rata:

– Curty ¿qué pasa?

– Me pica una teta

– Reiniciala en caliente. Me dijo

Le pedí que me contara un chiste para que me levantara el ánimo y cumplió:

—Mabel, ¡vení para acá!

—Qué querés?!

—Mira la poronga que te perdés por ser mi hermana.

Por más que me hiciera cornuda toda la vida, jamás dejó de hacerme reír.

Le quise poner Rock a la noche y me tomé un  Royal Temptation. Algo me pegó porque tenía el estomago medio vacío, como la cabeza y el corpiño. Me he dado cuenta que tengo menos aguante con el alcohol que el Padre Grassi con un pendejo en bolas enfrente. Me empecé a desinhibir. Mia Crucet me sacaba fotos mientras me decía al oído que Lucas Jerez estaba muy culiable (100% real).

Me llamó Betty para proponerme un trio con Celso Jacker, no me gustó mucho la idea, era muy temprano, mi cabeza todavía no volaba del todo como para exponerme a esa situación. A ella no le importo, se sentó al lado mío (como cada vez que salimos) y seguimos tomando, champagne, champagne, champagne, me sacó una foto justo en el momento en que le decía: – khfuysgfdhbbbbbbbyleee.

Que quería decir:- Acompañame al baño que quiero pasar de lo concreto a  lo abstracto.

Volví y me pidieron que subiera al escenario a cantar, ya no me importaba ni Dios. Todo el alcohol en sangre.

Acá me tocaba una goma porque le contaba al público entre lenguas que no hace falta tener un cuerpo impresionante para ser linda aunque mi estado no cooperaba mucho.

Celso me agarró de un brazo, y no sé como terminé en un espacio cerrado tipo cuarto. No me acuerdo muy bien lo que me hizo, pero confío en que lo hizo bien porque quede hecha bosta. Me desperté y se me reía cual Coco Silly , esa la risa de todo tío borracho solterón de 50 años que vive de putas.

Me dieron ganas de ir al baño, dije: – déjame, yo puedo sola.

Y empecé a caminar como pude.

Fui, me senté en la tasa, empezó a sonar “Bailan las rochas, también las chetas” empecé a hacer pogo ahí mismo. Y¿ saben que paso? Me quedé atorada en el inodoro como el fanático del Indio, pidiendo ayuda a los gritos, nadie pudo sacarme de ahí, mi estado de ebriedad y el de todos los invitados no ayudaba en nada. Me canse de cantar:  “??Frente a este frio muro, labrado en piedra…Lloraba mi triste culo, lagrimas de mierda??” Siendo las 12 del medio día del día siguiente la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza mandó a un rescate sanitario de emergencia. Me sacaron. Me perdí la mitad de la fiesta. Me gané la mitad de la otra.

A pesar de haber perdido un poco el tiempo sentí la existencia de muchos, todo el tiempo.

Acá una recopilación de todos los que me acompañaron.

“De oro y fuego fue la fiesta en mi pensamiento”

 

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