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El día que me descolgué del techo

Era un sábado normal, típico día donde no estás haciendo nada, ya no salís porque es tarde y te pusiste choto, a todos los lugares que te inviten te da paja ir, antes de salir a manejar por ahí y hacer de tachero que espera afuera del bolo preferís hacer la de Vladimir (pajarito y a dormir).

Eran alrededor de las 22:30 cuando estaba hablando con una muchacha, Mayonesa Distraída (el uso de seudónimo me fue pedido por la misma (?)), estábamos charlando acerca de su ex, porque obvio antes que nada en la friendzone y orgulloso de eso (?), ya para cuando me había agarrado hambre eran las menos veinte decido salir sin previo aviso por chat, busco las llaves del auto para ir al almacén de la cuadra de enfrente porque pajero se nace, estaba en pijama y pantuflas, me pongo una campera de esas rompevientos zarpadas, y me dispongo a salir.

Voy saliendo de mi casa como pensando en las minas que nunca me dan bola, bastante distraído entonces cierro la puerta y ¿qué pasa? ¡¡¡me di cuenta que no llevaba llaves para abrir mi casa a la vueltaaa!!! Bueno rogué porque en el auto de mi viejo haya un juego de llaves para que me salve el pellejo, abrí la puerta del auto al grito de “que dios exista, que dios exista” pero cuando chequeo el interior no había una chota, como tenía hambre tanto no me importó así que fui y compré doscientos gramos de salame cortado a máquina y un pan lactal en el almacenero del orto (que me atiende la hija que parece oligofrénica empedernida), el otro día me hizo un escándalo porque le debía cincuenta centavos…

Volviendo del almacén, jugado y sin fichas ya eran las once de la noche, digo ¿que pene hago?, mis viejos, mi hermano y mi cuñado estaban en el teatro viendo a la chilena del orto esa, la Torrijo o como chota se llame y aumentaba un poco más mi odio por Shiiile po. Pienso y digo creo que la juventud todavía me da para treparme por las rejas así que lo voy a intentar, solamente debía guardarme todas las boludeces que traía en los bolsillos, subir por las rejas y llegar al patio donde estaban mis perras que seguro iban a hacer un escándalo.

Con la mala leche del mundo que había un vecino nuevo que estaba al pedo el muy culiado, no tenía nada que hacer y se había puesto a fumar en la vereda mirando hacia mi casa, por lo tanto cuando subiera al techo me iba a ver y el tipo ni me conocía, llama a la policía y alto bardo. Venían algunos autos y seguía pasando gente por la vereda, que no debían verme como escalaba las rejas como un chorro común así que decidí esperar un poco.

En un momento dado el pajero del vecino me da la espalda, no venían autos ni personas y dije ahora o nunca, corrí, salté el enrejado del jardín de mi vieja, empecé a subir las otras rejas, en una de esas le escapo y me hago chota la rodilla, frutillita número 1, sigo subiendo y cuando llego al techo para impulsarme y subir, uno de los barrotes estaba flojo y me rasó toda la muñeca, frutillita corporal número 2, empecé a putear al albañil culiado que me había hecho la reja. Cuando tiro el manotazo para subirme al techo casi me caigo de espaldas y me hago bosta contra el pasto, por este motivo aplastante sentí cómo el salame de desparramaba en mis bolsillos. Logré subir y me puse en modo sigilo, porque el vecino seguía enfrente, me agaché y fui hasta donde estaban mis perras.

Cuando mis perras me ven obviamente no me reconocen, pero también me vio la perra de la vecina, porque son chocos pero no boludos, se desató un batifondo de perros ladrando, para colmo la vecina estaba en la pieza con la luz prendida y me pudo haber visto, así que casi gateando me alejé de su visión y esperé a que se fuera, sintiendo cómo el pan lactal perdía consistencia dentro de mi campera… gracias a Dios eso fue rápido, así que no dudé ni un segundo en moverme como un ninja, olvidarme de los miedos de la altura y huesos rotos, me descolgué del techo por la medianera, me apoyé sobre los pectorales y aminoré la caída, perdiendo el control y resbalando a último momento, para clavarme una tercer frutillita rojiza en mi rodilla virgen. Todo terminó con una risa incontrolable por la presión que había sufrido mi pecho después de haberme apoyado en la pared que linda con la casa de la vecina. Sentía el pastiche de salame y pan que traía dentro mío.

Ya en el patio de mi casa tranquilicé a mis perras que para esa altura no me habían comido las muy pelotudas, por suerte habíamos dejado la llave de la puerta hacia el fondo puesta y pude entrar a mi casa, entre riéndome y hecho mierda, todas las frutillitas sangraban como cuando sos guachito y jugas a la fóbal en la calle, comí y le conté Mayo en el chat lo que había pasado, a lo cual me respondió con un pelotudo y una catarata interminable de jajaja (punto para mi virginidad). Desde que me subí al techo y bajé no pasaron más de dos minutos pero bueno la gente que tiene habilidades ocultas hace las cosas rápido, me hice mierda y comí ensalada de salame con pan.

Al rato llegó mi vieja a los mil pedos porque venían con una pareja amiga a comer porque estaba todo hasta el chori y me hizo ordenar la casa en menos de 30 segundos, les conté la anécdota y todos se me cagaron de risa en la cara…

MORALEJA: si salís de tu casa llevá llave, si volvés y no tenés, rogá que adentro haya algún boludo que te abra y si no hay chupate una pija o subite por el techo y arriesgate a que te caguen a cuteazos…