Este curioso fenómeno patológico afecta a la gran mayoría de las rollizas eternas que un día decidieron que estaban hartas del bullyng. Porque, si vamos a lo que es, a la gorda de alma le encanta morfar y le supone un sacrificio extremo mantenerse en estado de silueta. Se pasa por el centro del orto eso de cambiar los hábitos y comer sanamente. Permanecer en forma cuando tu alma es obesa es uno de los peores martirios que existen, solamente mantenible por la expectativa de los piropos, la posibilidad de tener pretendientes a rolete, que la ropa divina te entre y en última pero muy en última instancia por el tema de la salud.
Son raros los casos en que, honestamente, se quiera adelgazar por el riesgo que conllevan los kilos de más para la salud. Se trata más que nada de obtener un reconocimiento social, ya que todos sabemos que el primer insulto que se destila hacia las mujeres cuando se quiere ofenderlas es el “goooorda”, alargando la letra o y con enfásis. Como si la mina tuviera lepra o algo peor. Bueno, vamos a lo que nos compete. La gorda adelgazada es un espécimen bastante fácil de identificar. Tiene un aura de superación importante, como si hubiera encontrado la cura del SIDA. A veces se ponen infumables.
Sin embargo con el gordo adelgazado pasa exactamente lo contrario. El pibe que logra sacarse de encima el lastre de la obesidad, no es consciente de que se transformó en un adonis y que se puso más rico que dormir la siesta. Entonces va por la vida con la misma humildad de cuando era un gordo flanero y pelotudo, lo que te enamora al toque. Vive tirándose al piso porque, casualmente, cree que aún sigue siendo la Tota Santillán.
Caso contrario es la mina. La gorda adelgazada. El sueño de todas las que somos obesas. Sin embargo, esta transformación física conlleva una serie de consecuencias, tal vez, no queridas por las chicas que las padecen, pero fácilmente detectable para el entorno. La gorda adelgazada apenas se puede calzar un pantalón varios talles menos de lo que acostumbraba, ya se cree Pampita. Es lógico después de una vida de sentirse una morsa. Pasa de un extremo a otro, sin escalas.
Es propio de gorda adelgazada empezar a hacer chistes EN SERIO sobre la obesidad, cuando antes jamás los hubiera hecho porque obvio, era gorda de verdad. Ahora si alguien le retruca y le dice gorda, se regodea en la satisfacción de saber que ya no lo es. Antes se angustiaba cuando alguien la atacaba por el lado de la balanza.
La gorda adelgazada sufre, pero no lo dice. Se quiere comer todo. Pero ¿Cómo va a hacerlo si todo el mundo le ha dicho lo linda que está? Una vez que se prueban las mieles de ser socialmente aceptada, no se cambia por nada, aunque se quiera lastrar el contenido de la heladera, los beneficios sociales y estéticos pueden por sobre eso. De repente se vuelve el Dr. Cormillot, experta en obesidad, porciones, comidas del día, cuántas calorías tienen las cosas y todo eso, y si tenés la mala suerte de cruzarte con una que sufre de pérdida de memoria acerca de sus hábitos alimenticios pasados, te va a recalcar todo eso cuando te estés clavando una hamburguesa con fritas, cosa de que te sientas como el ojete.
La gorda adelgazada se ve en las fotos de cuando era gorda, y se rebaja y putea a más no poder. Destila vergüenza verbal y escrita en las redes por el estado físico que padecía como si fuera una enfermedad infecciosa. Se olvida de lo que fue porque, claramente, ya no lo es más. Es típico de obesas rehabilitadas atorarse de morfi el domingo para el lunes arrancar de nuevo con la dieta. Por lo menos ahora trata de cuidarse entre semana. Cuando era gorda, el martes ya le estaba entrando a los ravioles, pasándose por la raja que el día anterior prometió empezar la dieta.
Típico de la lechona flaca es sentirse la más diosa del universo. Claro, cuando se ha estado en el fondo del pozo, este nuevo estado de belleza física produce hasta cierto tipo de amnesia, molesto en algunos casos para el entorno, que recuerda muy bien cuando no podían sacarle la fuente de chocotorta de las manos.
La gorda adelgazada disfruta maquiavélicamente y en silencio del placer de estar más flaca que sus amigas o de salir con alguien más gorda que ellas. Es entendible después de ser siempre la orca del grupo. En fin, cuando se crucen con una de estas chiquillas, entiéndalas. Entiendan que el objetivo, sueño y deseo supremo de la vida de quienes somos obesos es poder estar flaco. Fúmenselas, ámenlas, quiéranlas. Son muchos años de poca autoestima para compensar con el ego más subido que el ARSAT. Las quiero mis lechonas.
Mía ame tu nota!! Sos una genial. Además mi me pasa al revés antes era flaca puro gim y desde que fui madre me volví una gorda flan. 🙁 ja ja pero bueno, tampoco tengo muchas ganas de volver al eso. Ahora soy más feliz.
JAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJA AY, BOLUDA, SOS LA MEJOR DEL MUNDO! No hay nada que se te haya quedado en el tintero y todo taaan cierto, pero tan inevitable.
Pero iatevatocaria!!! Jajajajaja te amo!
¡Jajajajaja! ¡No das más de genia! Lo bueno es que explicaste el porqué del síndrome. Siempre tuve la duda.
Jajajajaja!!! Muy buena tu nota! Y como escribio otra de las chicas me paso todo lo contrario. Tuve a mis hijos y conocì el placer que da la comida jajaja! Hoy en dìa me miro y por ahi digo… «Voy a empezar la dieta» NO ME GUSTA NADA DE LA VERDURA. Mejor me voy y me clavo una hamburguesa jajajaja! Sos una GENIA! Besoos!
Imbatible
LECHONA FLACA…’ sos una genia me duele la panza de tanto reir
Tu nota me hizo emocinar… Entre porque se que voy reírme.
Y cada oración iba al fondo de la verdad con traje de chistoso.
«Las mieles de ser socialmente aceptada» va para el ex o ahora gord@ flac@ o cualquiera que padezca un desorden de autoestima.
Espero que no entre renguero a escribir y destilar mierda con sus comentarios.
Te quiero mía.
Genial… lo que le falta es q la gorda adelgazada se siente superior cuando alguien q le decia gorda ahora es mas gorda que ella <3 (y si soy una gorda adelgazada y resentida 😛 )
JAjajajajajajajja toda tu nota me trajo a la cabeza una ex compañera. infumableee. pero flaca y dioooosa asiq la bancamos igual.
IMPECABLEE GENIA
Sabés que me pasa al revés, nunca me sentí tan acomplejada como cuando adelgacé, cuando era más gorda no me hacía ni drama y ahora vivo sintiendome triste e incómoda, a pesar de saber que estoy mejor, conozco minas como las que vos decís, pero no somos todas
En realidad la persona sigue siendo igual: superficial. Sólo vive para complacer a su cuerpo, antes con comida ahora con dieta y gym. Es cierto que es difícil no notar la forma de tu cuerpo si te la recuerdan cada 2 minutos… pero también es cierto que una vez eliminada la imagen de «gorda» que es lo primero que salta a la vista, salen a la superficie los otros defectos como la personalidad hueca y una vida dedicada al consumo y lo superficial.
Y otra cosa: mi primo adelgazó y se levantó todo lo que pudo… humildad CERO.
Esta nota demuestra lo envidiosa que puede ser la gente de alguien que logra superarse como persona.
jajajaja que hdp me hizo acordar ala gorda de cuestion de peso «jenny» que ahora se la re cree
Jajajajaja Lechona Flaca !!! the best!!!
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acá una «gorda adelgazada» q paso de pesar 120 a 59 te dice q el 75% de las cosas q dijiste no son reales, se ve q todavía no adelgazaste y no sabes los defectos q te quedan después de perder mucho peso, no es q adelgazas y mágicamente quedas divina, eso no pasa.
Pero leer esto fue gracioso al menos.