El hombre desde el inicio de los tiempos ha intentado buscar la felicidad de diferentes formas:
- Saciando el apetito
- Calentándose en una hoguera
- Viendo temporadas viejas de Los Simpsons
Y muchas veces, transitando el camino a la felicidad, nos pasa que una nube de polvo tapa nuestra visión y evitamos ver lo que más cerca podemos llegar a tener. Algunos pensarán que me refiero a un control remoto, pero no, me refiero a una de las cosas que mejor nos hace en la vida: una mascota.
Crecer y desarrollarse al lado de una mascota cuyo nombre elegimos definitivamente es de las mejores cosas que nos puede pasar en la vida. Su cariño incondicional sobrepasa cualquier límite imaginado y sobrelleva todo tipo de malos momentos. Ellos siempre estarán ahí, sentados en una silla, mirándonos desde una pecera o escondidos en el jardín, pero son como los dólares de Lázaro Baez, no los ves, pero siempre están.
Desde este multimedio llamado El Mendo, decidimos agasajar a todos esos seres de luz voltáica a través de esta nota. Seguramente ellos no podrán leerla, y si tu perro lo hace, bueno nada, denotaría una clara evolución en ellos y yo por lo menos dejaría que el mundo sea dominado por canes, en una de esas tenemos la suerte de salvarnos.