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Historia de terror que terminó en cualquiera

Marcelo Ortiz en su programa radial «algo personal»  (radio nihuil) nos deleitó con esta noticia digna de película de jolibú.

Paola es una mina que vive en una casa fantasma con su novio en Bermejo. La mina dice que siente ruidos, escucha voces, ve giladas pasando por ahí y ve mensajes satánicos en los espejos, tales como «matate«. Del cagazo que tenían le llamaron a un cura que les dio un rosario y les hizo un baño de agua bendita.

Somos re cagones, pero re chusmas, así que le pedimos a Pao que nos deje pasar un finde en la «casa del terror«. La cuestión es que nos la prestó este fin de semana. Íbamos los tres Mendolotudos (Lic. Campanazzo, Ing. Conep y Dr. Bomur) con todos los elementos necesarios para traernos pruebas: cámara de fotos, filmadora, grabadora de sonidos, hasta un revolver calibre 38 de Campanazzo.

Es sabido que Conep tiene serios problemas con el alcohol, por lo que luego de un par corto de insistencia y argumentos absurdos decidimos pasar por una licorería, donde compramos una damajuana de malbec, tres branca de 750, una botella de campari y una de ron (eran dos días y somos tres… teníamos que pasar el frío). Campanazzo insistió con los licores fuertes pero no daba para tanto. Bomur contemplaba (con amor tantas botellas).

La cosa es que llegando a la casa pasamos por una despensa y nos compramos un asadito para la noche del sábado, unos choris para llegar y hacerlos (era sábado al mediodía) le encargamos a la señora que nos atendía que el domingo a la mañana, si estábamos vivos, nos lleve medio chivo a la llama que tenían como «especialidad de la casa«. La juntada «seria» para ver fantasmas se había transformado en el mejor fin de semana del año, y en vez de «colegas«, o «compañeros de trabajo» luego de descorchar la damajuana en el auto, sin siquiera haber llegado a la casa, ya eramos chancho amigos los tres.

La casa no era tampoco para tanto, nos imaginábamos una mansión de antaño, pero era una casita cualquiera, más o menos grande. Mientras observábamos la fachada, Campanazzo se tiroteaba a Paola, sin saber que el novio estaba adentro terminando de armar los bolsos. La quería invitar a quedarse, ofreciéndole «escavio, morfi y unos besos«. La mina nos miraba extrañada, vaya a saber que se le pasaba por la cabeza dejar a tres impresentables en su casa.

Se fueron los dueños de hogar y tomamos posesión del recinto. Mientras Bomur inspeccionaba las habitaciones, Conep ya estaba llamando un par de gatos amigos (trabas) y Campanazzo vomitando en el baño. Cuando de pronto este último vio el primer mensaje satánico escrito en negro en el espejo del toilette:

Convida puto

Pálido mitad por la vomitona, mitad por el cagazo, nos comentó el suceso. Decidimos no contradecir al espíritu diabólico, malvado cruel, despiadado y vil que habitaba el caserón, así que le dejamos un fernet cabezón sobre el inodoro. Pasados quince minutos volvimos a entrar al baño. El vaso estaba vacío y en el espejo estaba escrito en rojo:

Gracias forros.

Bomur, astuto se había llevado la Play, por lo que pasado el medio día estabamos los tres meta Winning Eleven con el plasma de Pao. De pronto tembló la cocina, se desconectó el tele y en un abrir y cerrar de ojos vimos escrito en la pantalla:

Dejame jugarte una Bomur pecho frío.

Temblando de miedo dejamos un yostik sobre un almohadon. Bomur eligió al Barcelona y Espíritu malvado, diabólico, cruel y despiadado eligió al Real Madrid. Se jugó un partidazo, Bomur estaba como pipa, puteaba a los cuatro vientos y luego de un escabroso encuentro el espíritu se llevó el triunfo imponiéndose por cuatro tantos contra tres sobre Bomur. Victoria aplastante, Campanazzo ebrio total gritaba «Bomur, te ganó uno más pecho frío que vos«. Luego se nos pasó la joda por otro temblor y otro corte de tele con mensaje en pantalla incluido:

Bomur, te llené la canasta de goles topuuuuu

Se hizo de noche y calculamos que el rock al palo no nos debe haber dejado escuchar los ruidos de desgarradoras almas en pena, incluso mucho no nos asustó cuando el Espíritu malvado, diabólico y Cruel logró hacer interferencia en el tema de los Redondos que estaba sonando y como una radio terrorífica se escuchó de fondo:

Pone una de Meta Guacha, gato

El diabólico ser nos lo agradeció a su forma, porque los seis (los tres Mendolotudos, más dos minas amigas de Conep más un traba amigo de Bomur) escuchamos como su voz distorcionada agitaba sobre la cumbia gritos tales como:

Dale guachin! Cumbia, cumbia, cumbia cordobesa, o Vamo’ lo’ pibeeeee

Hicimos un asado y el fuego dibujó el rostro de un monstruo espantoso, el mismo nos dijo:

Mas vale que me dejen una costi y una molleja, amigos.

La palabra amigos nos gustó y, luego de convencer a Bomur que ibamos a tener que comer un poco menos de asado «por el bien de la causa» le dejamos un platito con una costilla y una molleja al Espíritu malvado y diabólico. Bomur comió con cara de orto toda la cena, es sabido que es un gordo chancho que no le gusta convidar, menos asado. Además ya estaba bastante calenchu con la puerteada que le había pegado el monstruo jugando al Winning. Aunque todo se hizo más ameno cuando, mediante un erutcto gutural el malvado dijo:

Aaaggrrrrrrrr graaaciaaaaaaa estabaaaan riquísimaaaaass ggrrrrrr las costiiiii hip!

Esa noche fue una locura, nos escaviamos todo. Campanazzo batió y bañó de cerveza todas las paredes de la casona al grito de «tomate esta agua bendita cañon» Con los dieciséis porrones que el Licenciado decoró la casa, el Espíritu malvado escribió en la pared:

Gracias cumpas, esto esta de terror.

La joda terminó de madrugada, al levantarnos el Espíritu nos había preparado el desayuno, mate, café con leche, facturitas con queso y tortitas con chicharrones. Incluso había comprado unas naranjas y nos había hecho jugo natural. Le había comprado una maquinita de afeitar a Horacio, el traba amigo y había llevado a las chicas hasta sus respectivos domicilios. Un lujo el chabón.

La vieja nos trajo el chivo y el Espíritu copado no nos dejó pagar. Morfó con nosotros y nos contó un par de anécdotas copadas. Tenía un embole tremendo porque Paola era re idiota y el novio un ortiva, así que no le quedaba otra más que asustarlos y romperles las bolas, porque estaba todo el día aburridazo el vago.

Por la tarde llegó Paola, y el Manso espíritu pulenta cañon trabó todas las puertas, para que ella no entrase y para que nosotros no saliésemos. Todos los espejos estaban escritos con palabras de colores chillones que decían:

Muchachos no se vayan plis, Quédense que me muero del embole, Paola Matate, Horacio Te amo, Bomur que hice el orto al winning, Conep depilate las bolas, Campanazzo dejá de tomar viagra, si se van se pudre, Que se vayan ellos, De acá no sale nadie, Campanazzo dejaste vomitado el baño, etc.

Rompimos una ventana y nos tuvimos que ir, nos partía el corazón los gritos y llantos del Amigazo Pulenta groso Espíritu manso sin amigos ni infancia. Le dejamos la casa a Paola y le hicimos algunas recomendaciones, como que se relaje y que deje de ser tan parca y estructurada. Al novio le regalamos la play y le dejamos unos fernes. Horacio, que no tiene casa, le declaró su amor al espíritu y les dijo a la familia que le permitiese quedarse viviendo con ellos, a lo que ambos accedieron, pensando que esto iba a traer paz y unión.

Bomur se amigó con el espíritu, quien le aceptó una revancha, Campanazzo limpió la vomitona y Conep ya está en el registro civil averiguando si se puede casar un traba con un fantasma.

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