/Historias Bíblicas Turras: “Moisés y los 10 mandamientos”

Historias Bíblicas Turras: “Moisés y los 10 mandamientos”

¿Hola que tal? me encanta estar de nuevo con ustedes, hoy les traigo una maravillosa historia, basada en la Biblia, si, ese librito que tiene el pescadito dibujado en la tapa, nos deja un maravilloso relato que adaptamos para que vos, el genio de la medianera y la genia de la calza marca burra lo entiendan al toke, perro.

Moisés era un guacho “Hebrieo”, estos eran tribus urbanas que andaban choborras de acá para allá, hasta que en “Egito” en donde vive la momia, los cazaron de la mocha y los agarraron de esclavos. Cuenta el librito de Dios que esta historia re mansa jodida y comenzó en una época en que el Faraón Ramsés, guacho pistola de Egito un día re escabio mandó a cuchillar a todos los pibitos recién nacidos que tuvieran pitulín, y que los tiraran al agua del río Nilo… algo así como el río Mendoza, pero sin olor a nafta. La madre de un neeeeeeño pensó, eeee, y escondió la bendición en un canasto de cosechar ciruela, y lo tiró a la guasca al agua al grito de “¡hacete hombre pendejo!”

Pero la historia no se termina, manso orto el de Moisés (así se llamaba el pendejo) que justo la hija del guacho pistola del Faraón llegó a bañarse, a tomar unas birritas al río y encontró el canasto con el guachín y de guan se lo llevó a su rancho.

El pibito creció y fue preparado para gobernar Egito, pero cuando tenía los huevos peludos vio como uno del lugar se hacia el pija con un pibito Hebrieo y entonces le pintó el odio y lo mando pal’ otro lado, pero el choto del pibito le boqueó a los otros Hebrieos, entonces el Mois se tuvo que tomar el palo al desierto.

Consiguió otro rancho y se buscó una minusa con la que tuvo una bendición.

Un día que Moisés andaba cuidando chivas, no lean mal, cuando redepente un yuyo le prendió juego, era el Dios quien se convertía en lo que sea… yo me pregunto ¿por qué no se convirtió en un dinosaurio o un transformer? pero bueno, se apareció en un yuyo. “Vo tené que volver a Egito pa salvar a la ranchada” le dijo el Dios.

Cuando Moisés volvió al Egito se encontró con el Aaron, su manso hermano del corazón, juntos fueron a chuparle las medias al Ramses y a decirle lo que había dicho el Dios, pero este no les dio bola “¡Que me vienen a delirar los giles estos!” Decía el Faraón.

Dios se re ortivó y ¡chau pichu! plagas a mansalva, el agua se convirtió en sangre, se llenaron de ranas, piojos y moscas en todos lados, se cagaron muriendo las chivas, vacas y ovejas, caía granizo prendido juego del cielo, se llenó la gente de ronchas, después vivieron las langostas, se puso el día negro como suspiro de chimenea, y se cagaron muriendo los hijos de los guachos mas pistolas del pueblo. Cuando Dios se calienta no anda con chiquitas.

Entonces después de esto en Faraón le dio permiso al Mois pa’ que se llevara a todos los esclavos a la guasca, entonces se fueron a la tierra prometida, pero el muy pija de Faraon mandó a su yuta, pacos, gatos a pararse de manos y peñasquearle el rancho a los más de 600 mil culiaos, sin contar los guachos, para hacerlos bosta.

Cuando los Hebrieos se re persiguieron y estaban cagados en las patas ya que estaban contra las cuerdas, Dios le dijo a Moisés que cruzaran el mar Colorao y que no tuvieran miedo. “¿Me estás cuentiando?” Decía Moisés, “No culiao, confiá en mi, por el amor de Dios” le decía el Tata. Así lo hicieron, el mar se abrió como tu hermana, y pasaron como pancho por su casa, cuando el agua volvió a juntar las piernas se chupó a todo los polizontes egicios.

Pero como todo no es gratis en la vida, la tierra prometida no era un “viva la pepa”, tenía más leyes que la mierda. El Moisés se borró 40 días en un monte y cuando volvió traía dos pedazos de piedra con el Código Penal. Durante ese tiempo el pueblo se alimentaba con galletitas Maná y agua.

Pero el Moisés, muy choto, se mandó la parte de que él les daba el agua, entonces el Dios, que en ese tiempo estaba en pija, no lo dejó entrar en la tierra prometida, “jodete por choto, miralo desde afuera”. Cagó juego a los 120 años, ponele, y los ex esclavos se fueron solos a la tierra prometida sin el Mois.

Ya que conocimos la historia, ahora te voy a boquiar un poco sobre los 10 mandamientos.

1- Amarás a Dios sobre todas las cosas. (Ósea, este es entendible)

2- No dirás el nombre de Dios en vano. (No agarrar a Dios para la cagada)

3- Santificarás las fiestas. (Eeeeh, que te tenés que chupar cuando salís)

4- Honrarás a tu padre y a tu madre.(A los viejos no los toca nadie)

5- No matarás. (Si alguien te bardea no lo podé llenar de plomo)

6- No cometerás actos impuros. (No te acogoté el zogán)

7- No robarás. (Este despué fue anulado)

8- No darás falsos testimonios ni mentiras. (No chamuyé)

9- No consentirás pensamientos ni deseos impuros. (No pensés en cogotiar el gusano de un solo ojo, ni tampoco se la quieras poner toda a la ñora del amego)

10- No codiciarás los bienes ajenos.(Que no te pinte la envidia)

-Pero vos acá estas violando varios mandamientos.

– ¿Y esa voz?¿Quién me habla?

– Soy un ángel del señor.

– Sii in ingil dil siñir.

– De verdad, y a él no le va a gustar lo pusiste.

– Es mi nota y hago lo que quiero.

– Pero tu vida es de Dios y él todo lo ¡¡SOY UN ANGEL PUTO!!

– ¿Viste? Es mi nota y hago lo que quiero.

– Vas a arder en el inDES PA CI TO, QUIERO DESNUDARTE A BESOS DESPACITO, FIRMO EN LAS PAREDES DE TU LABERINTO Y HACER DE TU CUERPO TODO MANUSCRITO…