/La guerra fría II (vs. mi hermano)

La guerra fría II (vs. mi hermano)

Siguiendo con esta saga de jodas que diariamente nos hacemos con mi hermano, les traigo lo que luego de una especie de tregua dimos a titular Guerra Fría II (la uno fue con mi padre: La Guerra Fría I (vs mi viejo) ) ¿Por qué del nombre? Bueno esto se debe a que uno al hacer una joda debía atenerse a las consecuencias de la misma, sin protestar, sin ningún tipo de violencia física, sin acusar a los padres; simplemente se la bancaba y luego quedaba habilitado para su réplica vengativa, armándose así un circulo inacabable.

Como mucha de las grandes cosas de nuestra vida, esta también, comenzó con una pelotudez la cual no recuerdo muy bien, si bien estoy seguro de haberlo iniciado yo, tengo tres tentativas causales de inicio:

–  Un día dejé mi Facebook abierto y mi hermano no tuvo mejor idea que ponerme de estado: “Soy re putito”, “me gusta la pija”, “soy la hembra de todos”, “mi hermano es mi macho”. Sumándole fotos de pijas como perfil y portada.

– Una vez me agarro mi remera favorita, la uso para hacer vaya a saber uno. Pero la cuestión es que la rompió dejándole un 7 del tamaño del omoplato y tuvo la cobardía de no decirme nada y ponerla de nuevo en mi placar. Así fue como se me reían en el Irish pub una noche.

– O simplemente por ser mi hermano y haberme dicho tonto. 

– Primera acción bélica

Invierno del corriente año, mi hermano se encontraba invirtiendo todo su futuro en Facebook junto a un amigo. Recordaban algo me había hecho mi hermano y me deliraban, en ese momento dije ahora me la va a pagar. Subí, entre a su pieza, apague el calefactor y le abrí todas las ventanas. Me fui a dormir placido por mi venganza.

Al otro día toda por la mañana, pensaba en el momento del rencuentro, cuando volviese del colegio, para ver si me decía algo, si me hacía algo o cualquier cosa así reírme en su cara. Sorpresivamente nada, no me dijo nada, no me miro raro, no me golpeo, no entendía que pasaba. Así todo ese día y los días siguientes, llego un momento en que empecé a temer pues dije este se va a vengar. 

– Segunda acción bélica

De tarde, luego de la merienda, subo a seguir con mis estudios, al momento de entrar a mi pieza el horror, estaba helada. Me había devuelto con la misma moneda mi joda, me apagó la estufa, me abrió todas las ventanas. Mas su venganza fue diferente a la mía por dos cosas, la primera: había esperado un día bien frio y con viento; y la segunda: no solo me apagó la estufa sino también desconecto el gas y cortó el cable de magiclick obligándome a bajar buscar un encendedor e intentar prenderla. Terminé estudiando arropado con una frazada el resto de la tarde.

– Tercera acción bélica

Un día hurgando la heladera, es decir, luego de haber abierto y cerrado como dos veces, en la tercera preste atención y note una naranja recontra re podrida, mi morbo me llevo a olerla, casi vomito. En ese momento se me prendió la lamparita arriba del marote, fui a la pieza de mi hermano y se la escondí en una caja que tiene arriba de su placar.

Pasaron los días y nada, el olor se hacía presente, pero él nada. Mi mamá subió a su pieza, se quejó del olor, él no se con que lo piloteo y no sé cómo encontró la naranja. Mas no dijo nada.

– Cuarta acción bélica

Día de semana, yo me encontraba durmiendo plácidamente. Alrededor de las cuatro de la mañana comienza a sonar el despertador, no sabía dónde estaba, buscaba y buscaba mas no lo hallaba, el sueño tampoco me ayudaba a pensar. Lo terminé encontrando debajo del escritorio, detrás de una pequeña madera divisora que tiene, pegado con una cinta de embalar.

Putie un rato, pero no podía hacer nada, solo pensaba en volver a dormir y al otro día planear mi venganza.

– Quinta acción bélica

Todos en nuestra vida hemos tenido esos collares de semillas de tamaño de una bolita de vidrio (canica). Luego de un tiempo los dejamos usar y pasaron a juntar polvo sin tener un propósito. Fue en esos momentos en los cuales el mío volvió a tener una funcionalidad y un sentido en su vida. Lo rompí y esparcí todas esas pelotitas debajo de la ropa de la cama de mi hermano, en sus zapatillas, y muchos otros lugares más.

Como lógico de la guerra fría no hubo respuesta de su parte, a atenerse a las consecuencias. 

– Sexta acción bélica

Todos adoramos ese momento, luego de haberse enfiestado en pleno invierno, cagarse de frío en la dulce espera de entrada, en la salida, en todo momento si el frio de mierda es insoportable. Bueno uno vuelve añorando, deseando, queriendo con toda el alma meterse a su cama, hacerse bolita y empezar a recuperar la sensación de las extremidades adormecidas y así tener un plácido descanso. Bueno, una de esas noches, yo no lo pude disfrutar de inmediato. Al entrar a mi cuarto noto algo raro en la cama, había chupado algo y eso atrofia la percepción, pero no lo había hecho tanto. Mi hermano respondió mi último ataque, se tomó el trabajo de agarrar mi cama –un somier- desarmarlo en dos, dejando el colchón en el piso, arriba la parte de las patas con estas mirando al techo y cubierto con el cubre cama. No tienen una idea de la rabia me provoco eso, todo cansado, se-mi borracho, cagado de frío, armando mi cama, lo único que pensaba era en reventarlo a piñas.

Al otro día me despierto, bajo y ahí lo veo en el sillón, su cara de pícaro lo vendía, con una pequeña mueca en su rostro, yo sabía por dentro se estaba cagando de la risa. No aguante, fue más fuerte que yo, si bien las reglas de la guerra no lo permitían, me le abalance y lo recontra cague a trompadas, sus risas me hacían enervar mas y más todavía, le seguí pegando hasta que mi mamá nos separó con tirones de oreja y gritos estridentes. El seguía riendo.

Así fue como termino la Segunda Gran Guerra Fría de mi hogar, luego de decretar la Tregua por imposición de nuestra mamá. Estos días son de relativa paz, relativa pues las jodas nunca acaban, pero no son tan elaboradas como las contadas. Pero como dice el dicho, presiento estamos en la paz que avecina la tormenta, solo que esta vez puede sea nuclear.  

 

Fuente de las imágenes:
http://sos-mama.com/seisocho/paternidad/1538-cuando-los-hermanos-pelean.html
http://www.melohadichomargarita.com

También podes leer:
La Guerra Fría I (vs mi viejo)

El año pasado escribíamos:
Fué Foul: “La Flor Perdida”

 

 

 

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