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La Odisea de viajar en OVNI-BUS

Cualquiera de ustedes que tenga la experiencia de viajar en colectivo es digno de llamarse Indiana Jones. Me animo a decir, sin miedo a exagerar, que es una Odisea, una vez que emprendés viaje no sabes con que vas a encontrarte, por eso me senté y me puse a escribir esta nota que va con dedicatoria especial a los más capitos que andan en auto, que son re culo fruncido, que viajan de a uno en un coche en el que entran 4 personas, si a ustedes, los quiero ver cuando saquen la ley de restricción vehicular, vayan preparándose, así van a ser sus días:

Te que levantas si o si, por lo menos dos horas antes de ir al laburo, mientras te lavas los dientes te preparas mentalmente para uno de los eventos más estresantes del día (a veces pienso que para tremenda experiencia una persona común tendría que hacer 2 meses de meditación,  ser el mejor amigo de Buda y del padre amor), se acerca la hora de viajar en colectivo. Antes de subirte al coche en cuestión ya andas a las puteadas, porque paso 10 minutos adelantado (y tenés que esperar el próximo), o está retrasado 20 minutos( o sea, llegás tarde). Lo que siempre sucede y es regla, es que cuando No tenés que viajar  los bondis  pasan con frecuencia  perfecta, a veces hasta pasan dos juntos (que van al mismo destino), es como si el forro del colectivero lo hiciera para cagarte el día.

Ya estas ahí en la parada, caminaste 4 cuadras más adelante para que el bondi te levante y no pase de largo cuando venga hasta el pecho.Entras y lo primero que ves es la cara del colectivero con sus gafas importadas de esas que venden los negros pijones de la Garibaldi, el tipo esta con cara de orto siempre, algunos le tiran un “hola” como con miedo y nada, el tipo te ignora. Solo segundos después comenzás a violentarte y cagas a trompadas a la máquina que te tragó la moneda, a esta altura no hace ni 2 minutos que subiste y ya te querés bajar.

Lo más llamativo de viajar en colectivo es que nunca te acostumbras, y aunque ya sabés lo que va a pasar, las mismas pequeñas cosas te siguen llenando las bolas como el primer día que te subiste a ese matoste. Cuando estés arriba abrí bien los ojos, que seguro a más de uno de estos marcianos te encontrás (si, por eso le puse OVNIBUS):

·A la primera que seguro te cruzás es “La Butaquera”, es esa muchacha, vieja o traba que viaja al lado del chofer y coquetea con él para ahorrarse el pasaje, ahí la ves con un escote hasta el ombligo, o un pantalón que dicide su tren inferior en dos partes. No para de distraer al conductor,  y generalmente va sentada en el asiento justo detrás del tipo o en su defecto parada agarrada del caño junto al asiento del chofer. A veces, si esta buena, podés entretenerte un rato mirándola. En lo personal esta mina me da pena y me rompe las bolas que sea tan trola por no pagar $1.40 (por ahora, talvés dentro de poco se prostituya por $4)

·Luego tenés a “Los estudiantes”, estos son los menos molestos, digamos que lo único que nos jode de ellos son sus mochilas gigantes, que son como obstáculos para poder pasar hacia atrás. Cuando son más jóvenes como de primaria, es increíble lo revoltosos y gritones que son. Si tenés la suerte de viajar en pleno mediodía, te los vas a cruzar todos chivados, comiendo en el micro, y algunos van jugando al Counter Strike con las netbooks que les dieron en el cole.

·También tenés a “La señora sin tele”, esta mujer sube al colectivo y lo llena de pendejos(todos de ella), podría armar un equipo de Rugby, lleva a uno abajo del brazo, al otro colgando de una teta, uno en cada hombro  y cuando se sentó, viste salir a otro nene de debajo de su falda.Te llama la atención que son todos distintos, un rubio, un morocho, un petiso, un chino y un alemán, como si la mina trabajara en un hostel. Lo realmente increíble a tus ojos es que alguien tenga el estómago para tocarla, la ves y no tendrías contacto ni visual con ella.

·”El chula”, este es el odiado del pueblo, siempre está al final del colectivo, y no le importa nada, él pone su celular al palo, amante de la cumbia villera, amante de hacer las cosas de puro huevo, amante de poner incómodo a todo el que viaja con su música de mierda (con letras obscenas como esa de la burrada). Es un inadaptado, un tumbero, tiene un oído de mierda, un olor espantoso y no sabes en que momento te va a robar. Es mal educado y va con la cabeza afuera de la ventanilla gritándole cosas a las minitas y escupiendo. Lo que más me molesta es que seamos tan sumisos y no les pongamos los puntos a estas personas que no respetan nuestros espacios, ni nuestro derecho de viajar en silencio y en paz. (Si a alguno de los que leen le pone las bolas al vapor como a mí el hecho de la musiquita, busquen en Facebook  y pongan “me gusta”)

·”El inspector”, también conocidos como “Chancho”, estos son un mito urbano, brillan por su ausencia, aunque yo una vez vi a uno, andan con la camisa dentro del pantalón peinados para atrás, también con gafas truchas. Te piden el boleto de manera desconfiada, y le miran el orto a las minas por el espejito, su estadía en el transporte es fugaz y a veces se quedan dormidos en el primer asiento.

.”La desesperada”, esta señora empuja a todo el mundo, se desocupa un asiento y se tira desesperada a buscarlo como si le fueras a soplar el lugar, se acuerda que tiene que bajar a los 5 metros de la parada y empieza a los empujones, patadas, low kicks, carterasos, parece que desconoce la existencia de la palabra “permiso”, no tiene ningún problema en refregarte todas sus tetas caídas por el brazo, ni en pisarte los zapatos lustrados, ella solo empuja y abre los brazos mejor que un defensor. Sus axilas son algo que no vas a querer ver y te pasas el viaje entero deseando que se baje pronto.

·”La Rubia”, El momento más lindo del viaje, es cuando sube ella, siempre tan radiante, perfumada y bella. Siempre a la misma hora, en la misma parada, el tiempo se pone en pausa para apreciar tamaña obra de la naturaleza, se sube y es la dueña de los suspiros de todo hombre, sin distinguir raza, religión ni edad. Es la típica minita a la que no la dejan estar a menos de 100 metros de un cardiaco, es una bomba a punto de explotar, la ves y rogás que se llene el micro para poder apoyársela aunque sea tímidamente al cruzar el pasillo. Es la mina que pone cualquier semáforo en rojo, no importa la calle ni la hora, vos ves que cuando ella baja, todos los autos se detienen y dejan caer algún que otro piropo, entre en un mar de groserías.

·”Los Abuelos”, del 1 al 10 de cada mes lo más probable es que tengas que viajar parado, vas a escuchar charlas de las más variadas porque son súper sociables y parece que se conocen todos entre ellos, los vas a escuchar quejándose por la inflación, hablando del clima, de la juventud que esta perdida por las drogas, defendiendo a la presidenta y hablando de los tres últimos chongos que se volteó la hija del primo del amigo de tu vecino el Carlos.

·Ya hace  media hora que vas viajando y mal que mal te vas acostumbrando a los personajes. Entonces por alguna extraña razón ves que todos miran al frente, la gente asoma sus cabezas por el pasillo del bus, te sacas los auriculares y notas que “El chula” paro su celular, mirás al lado del conductor y esta él, la estrella, el talentoso, el inmortal, el canchero. Todos callan y escuchan a… “¡El vendedor!”. No importa que vende, el tipo te hace hipnosis con su voz de locutor, las minas se lo imaginan dentro de una escena de pasión de gavilanes, y vos te ponés a imaginar lo que harías con esa voz. Sus argumentos y su convicción son tan persuasivos que le entregarías a tu novia a cambio de una micro fibra. Cuando el tipo baja del colectivo, salís del estado de encantamiento y te ves con un set de costura, un CD de José Luis Perales y una caja de colores en la mano, miras por la ventana y el tipo contando guita y sonriendo.

Después de tanto viajar, de tantos pisotones, empujones, apoyadas, cachetadas y gatos volando, te diste cuenta que te pasaste dos paradas por ver a una minita perfecta y ponerte a imaginar lo feliz que sería tu vida si te diera bola. Tocas el timbre, pasas por debajo de La señora sin tele, empujas a La Desesperada, se la apoyas a la rubia, esquivas a un gordo, saltas a un Estudiante y cuando llegas al final del coche, miras con cierto recelo al Chula, se abre la puerta y saltas como eyectado.

Salís y respirás profundo como si salieras de abajo del agua, te miras y parece que venís de una despedida de soltero y sos lo más parecido al rubio de Hang Over II después de terrible experiencia, pero estas feliz de seguir con vida y con algunas partes del cuerpo aún vírgenes… 

Nota: Si quieren ver todos estos personajes al mismo tiempo tomen cualquier colectivo en horas pico y acuérdense de mí…

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