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La peña del gaucho Sotreta: una historia telúrica

molina campos gaucho 2

Este relato está basado en un hecho verídico ocurrido en el penúltimo verano de la infame década menemista, aquella que fuera vanagloriada por algunos y denostada por otros, pero sin dudas una parte insalvable de nuestra historia.

No es mi intención desvariar por algunos temas, sin embargo es mi propósito introducir al lector en la época de donde datan los siguientes hechos:

[…] Allá, por los albores del nuevo milenio, el banquero Raul Moneta supo realizar una serie de festivales folklóricos llamados “Argentina en Mendoza”; con sede en el Predio Ferial de Lujan, de allí, una persona que llamaremos de ahora en mas Gerardo, supo conseguir un trabajo temporal de pulpero en uno de los puestos, temporalmente ubicado en el último de dichos festivales. Con diferencia de unas horas su hermano al que llamaremos de ahora en adelante Gustavo, supo hacer lo mismo pero en otra de las pulperías vecinas.

Cierta noche después de la faena,  ya entrada la madrugada y las copas de más también como suele suceder en esos festivales, los hermanos deciden realizar un paseo por las demás pulperías (la mayoría ya cerradas por la hora) para admirar sus decorados y ambientaciones y de paso distenderse un rato antes de marcharse a descansar.

En una de esas replicas, ambos hermanos se detienen a ver lo bien logrado que estaba un maniquí de gaucho viejo en tamaño real. Debido al pedo misionero que se cargaban comenzaron a reparar y a burlarse en tono gauchezco del supuesto maniquí cagandose de risa en todo momento. Todo esto hasta que el muñeco se movió y los mandó a ambos a la puta madre que los parió. Resulta que el muñeco en cuestión no era un maniquí sino que se trataba del sereno septuagenario de la pulpería, pero que a su vez éste era un autentico gaucho de campo.

–       ¡Mandensen a mudar antes que llame a la polezia, quirchinchos de mierda! – les repitió un par de veces el sereno mientras amagaba con sacar el cuchillo de la faja.

Luego de recuperar el color debido al cagazo, ambos hermanos trataron de explicarle al gaucho viejo que se callara un poco, que trabajaban en la peña y que solo estaban admirando los alrededores pero el hombre duro de entenderas seguía increpándolos y no dejaba de amenazar con pasarlos por el facón.

Uno de los hermanos vio una ajada guitarra apoyada contra la pared, y rápidamente la tomó y peló los acordes de la tradicional payada jesus-mariense, para luego entonar las siguientes estrofas: 

La puta que te parió gaucho,
…la puuuta que te parió gaucho.
Deja de romper la pija
Que te vamos a dejar el culo como un cauchoooo… 

El viejo lejos de amedrentarse, lentamente se dirigió al caballo,  tomó su propia viola criolla y luego les cantó: 

El ombú tiene la pampa
Y la pampa tiene el ombú,
Lo que me van a dejar como caucho
es este pichón de mamú…uuu. 

El decrepito anciano al tiempo que terminaba su estrofa se mofaba de ellos agarrándose los genitales con cierto vestigio de sorna y una sonrisa a flor de labios. Este hecho enfureció al mayor de los hermanos el cual le respondió al son de la vihuela: 

Respondéme gaucho una cosa,
bajo la luna tucumana,
Si tenés esa cara de puto
Me imagino la de tu hermana…aaaaa. 

Fue el turno del gaucho que de muy pocas pulgas replicó: 

Mi hermana y mi mamá
de sus campos fueron chinas,
Y no como las de ustedes
que por guita dan la vaginaaaa.

El ambiente se torno áspero, y por el oriente resonaban  truenos de una tormenta venidera. El viejo gaucho los miró con desprecio, tomó un trago de ginebra y después escupió al piso. Los muchachones ante el golpe bajo levantaron aun más la apuesta a doble estrofa. 

A vos te digo cipayo
capocheta  de paraguayo,
que en el pie tengo un callo
y acá te espera mi papagayo. 

Pero que no se entere Tu jermu
porque se sabe que es golosa,
Te deja los huevos secos
pues pa chuparla es fabulooosaaa….

Ni lerdo ni perezoso el gaucho suavemente les reclamó: 

Tengo un pingo domado a pelo
Y en la herradura un juanete,
Me ha llegado el comentario
que abierto tienen el ojete. 

Más no quiero seguir opinando,
de unos tipos tan macanudos,
pero por sus cara los saco…
que son flor de pelotudos. 

La impotencia hizo mella en los hermanos y al ver que no le entraban al gaucho viejo por ningún flanco decidieron quemar su último cartucho, se jugaron la ultima ficha … 

No me vengas con disimulo
anciano gaucho sotreta, 
Pues andan diciendo en la pampa
que lo que tomas no es leche de teeetaaaa… 

El gaucho rojo de ira solo atinó a ensayar unos acordes, mientras detrás la poderosa naturaleza en forma borrasca se hacía anunciar con vehemencia…

Los hermanos esperaron (en sentido figurado) una asonada frontal y directa, una puñalada de faca en forma de payada, un ataque que nunca siquiera empezó.

Pues, este vil ataque a la hombría gauchezca, este nefasto golpe bajo al gaucho oteador de las pampas fue demasiado para su viejo corazón…

El gaucho dejó la vida en forma de fatal infarto ante la atónita mirada de los hermanos… 

Continuará

[Se les pide a los lectores que a través del MsjPrivado del Facebook de Ismael Mascarpone o por comentarios en esta página, se les indique a los hermanos protagonistas qué hacer con el cadáver del gaucho viejo en la plenitud de la noche bajo una tormenta y encima medios en pedo. ¡LA CONTINUACIÓN LA ARMAMOS ENTRE TODOS¡ ¡NO TE QUEDES AJUERA CANEJO! ] 

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