La enfermedad es el tirano más temible.
Albert Camus
Esperando una noticia, una palabra.
Estoy sentado en la puerta de terapia intensiva. La muerte masculla nombres.
Horas, horas pasan como gotas de mercurio.
Esperando una noticia, una palabra.
Se abre la puerta, doy un respingo.
De ella sale muy oronda una jirafa, quizás majestuosa, se golpea la cabeza contra el techo y se aleja por el pasillo. Espera el ascensor y sube. No sé a qué piso va.
Esperando una noticia, una palabra.
Horas, pasan horas, arrastrándose.
La puerta se abre, mi expectación explota como una bomba termonuclear.
De ella sale un cardumen de peces voladores que nadan en agua invisible, me rodean y me regalan una danza hipnótica pero sencilla. Después de un rato se van en silencio-en realidad nunca produjeron un sonido- bajan por las escaleras.
Quedan unas escamas plateadas flotando en el aire.
Esperando una noticia, una palabra.
Horas, pasan horas en romería.
Se abre la puerta y nada sale de ella, pero no la nada absoluta, en realidad es algo. Me fijo bien, exijo a mi visión hasta que veo a millones y millones de nanogalaxias, que están formando un nuevo universo, muy chiquito pero por eso no menos efectivo.
Se queda ahí, haciéndome compañía.
Esperando una noticia, una palabra.
Horas, pasan horas de rodillas, como cumpliendo una promesa.
Se abre la puerta, ya no me sobresalto.
Sale un médico, tan blanco, casi transparente, lo extraño es que porta unas alas enormes, blancas y perfectas
Me habla.
Lo que me dice gira feliz dentro de mis oídos: Está mejor, está en la luz.
Sos un grande Adrián, igual que tu hermano