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Memorias de un patovica: «Esos altos pantalones»

Hay boliches y matiné, y bueno, cada uno tienen dueños acordes a su temática. ¿Se imaginan cuáles son los más “jodeputas”?

Los socios de la matiné en reunión pre inauguración: -Mirá gordo, lo que los socios pretendemos de esta nueva matiné, es que sea para pibes top…

Yo con cara de póker: -Ajá… ¿Y con “pibes top” te referís a que los papis los traigan en 4×4? ¿Que las minitas se vistan en jhonn foos? ¿Qué sean todos rubios de ojos azules, o en su defecto, morochos de ojos verdes?

Los socios poniendo cara de sorprendidos y actuando políticamente correcto: -¡No gordo! No es para tanto… pretendemos que este boliche, no se negree…

Acá pongo mi mejor cara de bolud0: – Ahhhh… (Con más cara de boludo aún) sigo sin tener una premisa clara, señor socio.

El socio ya sin tapujos y a cruda verdad: – ¡Simple! ¡No quiero el boliche lleno de guachines con gorrita a 45º y mansas llantas! (su fastidio era evidente)

-“Perfecto”, le contesto mientras me rascaba el puente de la nariz.

Noche de Inauguración, los RRPP corrían desbocados llevando y trayendo listas de invitados. Los mini barman (servidores de gaseosas) ponían cara de ganadores y se comían al mundo pensado al cantidad de minitas que iban a levantar, ocupando semejante lugar estratégico dentro del boliche… intertanto, nosotros (la seguridad del lugar) ordenábamos  las filas de chicos y chicas que iban llegando.

-Hola, buenas noches, documentos por favor…

-“Hu no lo traje!” – “¡Ouch, me lo olvidé!” “¡No, mi mamá no me lo deja sacar por las dudas que lo pierda!” “¡No lo tengo, pero tengo el abono del micro! – Pero flaco… ¿para qué mierda quiero el abono del micro? ¿¿¿¡¡¡Me ves cara de colectivero!!!??? – ¡Pero ahí sale mi nombre! – Si tenés razón, tomá el abono, cruzá la calle tomate el bondi y volvete a casa maldito….

La noche venía de primera, hasta que…

Por el brete de la fila para entrar, aparece un pibe de unos 16 años… morochito, flaquito, peinadito a lo flogger y… y… unos ¡ALTOS PANTALONES! Jeans celestes con un DRAGÓN CHINO bordado a lo largo de toda la gamba. Una cosa horrible. Y sí, el  maldito estereotipo de lo que los “socios” no querían.

-Mirá flaco, no vas a poder pasar… (Poniéndole cara de 38) dejá lugar por favor.

-Pero… pero… ¿porqué no puedo pasar? Mirándome atónito y con incredulidad.

-Porque no flaco… discúlpame. (Más cara de orto que antes)

-Pero si estoy bien vestido y hasta me he bañado! (si, caguensé de risa) es más, ¡me compré estos (ALTOS ) pantalones esta tarde!

-Justamente flaco, ¡los pantalones son más feos que la sopa de Mafalda! Por favor, dejáme lugar que hay gente que quiere entrar…

El flaquito me miró desafiante y mientras salía de la fila me espetó –¡Voy a volver!

Todo sigue más o menos igual, hasta que… ¡Chan! Aparece el flaquito…

-¿Vio que iba a volver?

-¿Te fuiste a cambiar esos altos pantalones?

-Y…

Y lo observo mejor y le notaba algo extraño en sus ropajes, no lograba darme cuenta de qué es lo que era… el dragón no estaba… pero… ¡la costura! ¡Hijo de Puta! ¡Diste vuelta los altos pantalones para que no se vea el dragón! (Nos miramos con mi compañero al borde de la risa)

-Y si… ¿ahora puedo pasar?

-La verdad flaco, ¡te pasaste! Es más, hoy sos invitado mío…  -Es más, (le dijo mi compañero) las cocas las invito yo.

La verdad, el flaquito ingenioso nos cagó y encima, entró como un campeón al boliche, dejando la cara y la actitud de los mini barman reducidas a 0.

Escrito por Facsf para la sección:

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