Ahí te tenes, parado frente al espejo. Estas todo el día pispeandote de reojo en cuanta cosa proyecte tu imagen. Todo lo que gira en torno a vos tiene que ver con la estética, tenes todo perfectamente bajo control, coordinado y perfeccionado al mango. Sos tan careta que a las minitas que te levantas no las invitas a dormir porque sos como una diva que no le gusta que la vean en la mañana con los ojos hinchados y un puma feroz en la boca, así que las cojes en tu súper loft y las despachas después del garche como un hipócrita vacío. Como no gastas más que en vos andas en una linda cupesita, así que tu vida es estética 100%. Gastas lo que no tenes en ropa y tenes medio depto destinado a guardarropas, sos un divino, tenes mas de 50 pares de zapatos combinables con cada uno de tus cinturones. Adoras la ropa, para tu cumple exigís que tus amigos afeminados te regalen camisas, te pones histérico cuando las ves, tus ojos maquillados se desorbitan de la alegría con esos estampados enoooormes y esos puños largos que te dejas afuera de los saquitos… ni hablar de los pantalones bordados… te-la-re-pa-ran, inclusive una vez te gusto tanto pero tanto uno que te regalaron de Riky Sarkany que te acabaste encima, manchando todo tu boxer plateado. Tenes tantos relojes como días del mes, uno para cada ocasión, inclusive tenes uno de pito de burro, que tiene un particular olor feromónico que atrae a las mujeres. Tenes una sección de tu guardarropas que le pusiste un cartelito en ingles (porque adoras meter frasecitas en ingles entre tu marcado léxico de eses y eles, cual Moria Casan) que dice «exotic clothes» y ahí tenes un pantalón de piel de galgo italiano, un chaleco de jarilla de la montaña, un pulovercito de lana de cóndor, un pantalón hecho con preservativos usados por Mick Jagger, un gorro de trompa de elefante y una corbata de telaraña del araña del Golfo Pérsico que es pegajosamente exótica. A nadie le has contado de tu compartimiento secreto en donde escondes ropa de mujer, porque adoras tanto la ropa que hasta gastas en vestidos y carteras porque te encanta mirar como se visten tus compañeras de trabajo. Ellas se creen que sos un baboso o puto, pero no… las miras porque por ahí, pensas… te encantaría que esos jean te queden tan bien y te marquen tanto la cola como a ellas. Amigos posta no tenes, porque, por alguna extraña situación, han huido de vos. Según ellos los pone incómodos tu mirada.
Tenes un perfume para cada día de la semana y para cada momento, andas todo el día perfumado y cantando canciones de Bon Jovi, en tu casa tenes dos pinturas gigantescas, una con la cara de Canci y otra con la cara de Gaby Álvarez, ser rrpp es tu máximo sueño inalcanzable, adoras a esos dos muñecos.
Y así, con el tiempo te empezaste a poner medio viejo, según vos obvio, porque con tus pobres 28 años no podes ser viejo ni ahí, así que incursionaste en un nuevo y apasionante mundo… la srta. cirugía estética. Primero te clavaste botox en la frente y te gustaron tanto los resultados que a los dos meses te pusiste colágeno en los labios. Se empezó a hacer un vicio para vos, te hiciste una lipo, te paraste el culo, te afinaste las rodillas, te pusiste mas pelo en la capocha, hiciste que se te marcaran las pantorrillas de fobalero pobre que tenias y de a poco, sin saber porque, tu rincón secreto de ropa femenina dejo de ser secreto y comenzó a ocupar un lugar bastaaaante importante en tu colección… no sabias porque pero te divertía. Así como también te divertía empezar a imitar la voz de las minas, la de Celia Astargo te salía jamón.
Los pocos conocidos que te quedaban escaparon de vos cuando te vieron gastándote dos lucas en Avon y llevándote dos valijas repletas de cosméticos para mujer… vos ibas chocha por la calle con tus valijitas, te pusiste loco cuando te viste frente al espejo maquillado como Julieta Navarro. Dejaste de bajar fotos de minas en bolas de Internet y empezaste a bajar fotos de musculosos, de Canci y de modelos de perfumes franceses… tan exóticos ellos, así como de la nada, le empezase a entrar al pollo que da calambres, luego de que te enteraste que tenía hormonas femeninas.
Un día pegaste un gato es una partuza y, viendo que no se te paraba para coger, la mina escapo despavorida de tu depto cuando le preguntaste si te podía colar un amasador de madera por colectora. Y ahí empezó la fiesta… se abrió la puerta del placard y descubriste lo mágico que resultaba para vos meterte giladas por atrás, andabas todo el día maniculi maniculi, metiéndote uno, dos, tres y hasta cuatro dedos por el poto.
Invertiste en todo tipo de juguetes, desde consoladores kilométricos, hasta pintalabios, pasando por una llave francesa, un Nextel de los viejos, una botella de aceite de oliva «indalo», un picaporte de portón, un muñeco Ken, un amortiguador de rastrojero, una linterna, un tres tiros reventado, un mango de cuchillo tramontina, un portapapiros, una jabonera de cuando ibas al jardín de infantes, un pedazo de cartón hecho un rollito, una salchicha con un alambre dentro (para que no se te quede un pedazo adentro y te mueras como esa mina de la Universidad de Mendoza), un picodulce, un resaltador anaranjado, un peine, una planchita para alisar el pelo, una planchota para las camisas, un portavela, después la vela, una campana, un inflador de bici y ¡hasta el matafuegos de la camioneta!, todo era perfecto para enterrártelo en la cola, con un poco de vaselina, pasaba como viento.
Y así un día… te enteraste que del otro lado de la cordillera te operaban la pitina, así que pusiste como excusa irte de vacaciones y después de un mes volviste con unos gramos menos (y si… después de tanta hormona femenina te había quedado reducida a milímetros) y estabas chocho con tu cambio…
Así que tu vida había cambiado ya no eras el galancito de moda, ahora eras manso trabuco. Pero lo que te gustaba te gustaba, así que a la cancha no ibas a dejar de ir ni loco, además eran fashon las pibas que iban a la popu a alentar a Huracán Las Heras, así que ese finde te pusiste el yincito ajustado, la remerita que te marcaba las enoooormes tetas que te habías puesto y partiste a la cancha.
Eras el centro de atracción de toda la popu, los negros se pajeaban a hurtadillas con vos, estaban todos excitados, vos muy fina saltabas al ritmo de tus tetas y emitías gemiditos de mina histérica, para colmo te sabías las canciones. De repente Marcelo Zapata se aproxima al arco de La Lepra cuando lo agarra Diego Menghi con un guadañazo dentro del área que le produce fractura expuesta de tibia y peroné… es zarpado penal, pero el árbitro no lo cobra porque no alcanzo a ver que fue dentro del área ya que el muñeco voló seis metros fuera. La gente este indignada, los hinchas a tu lado gritan como bestias y vos con toda la calentura del mundo te sale de adentro lo que sos… un chabon y gritas con un rugido potente como el motor de una chevi del 78: AAAAABBBITROOOO LA RECONHA DE TU HERMANA COBRA GIL PUTO BOTON TE VAMO A MATA TE VAMO!, CULIADOOOOOO!!!!!… la gente a tu alrededor se queda atónita ¿que paso con la nena dulce y fina?, te das vuelta chivado y colorado, todavía respirando hondo por la calentura y el grito que te acabas de pegar y ves la cara de toda la popu centrada en vos. La bronca del momento hace que se te reviente el colágeno del labio inferior y sin querer enganchas la peluca en los lentes de un viejo que estaba a tu lado. Todos te sacan la ficha El negro que tocaba el bombo con un pedazo de carne natural deja el bombo en el piso y te dice: ¡te voy a enterrar este puñal de carne papito!
Consejo del Mendolotudo: mmmmm, nooo noooo, ¡como vas a gritar eso en la cancha! tenes que ser un travesti educado y fino, ¡no como Cris Miro que se murió atragantada con una poronga!, no seas cochino, ¡no seas travesti barato! ¡Mejor comprate un pelotero y trata de batir un record Guinness de haber cuanta pelotita de plástico te colas por atrás ya que tanto te gusta! ¿porque sabes que? ¡¡¡después que te agarre toda la popu del Globo (a quienes los excitan los trabas) no vas a poder a volver a usar el bidet en tu vida maestrooo!!!
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esta dicho, a los del globo les gustan los putos…