/Mentiras que decimos las minas y que a los tipos les gusta escuchar

Mentiras que decimos las minas y que a los tipos les gusta escuchar

Hola, mendolotudos, como estaba al pedo decidí retrucarle la nota a don Rata (Las mentiras que decimos los vagos y a las minas les gusta creer) con la salvedad de que le puse el mismo título, pero en realidad ni sé si les gusta escuchar estas mentiras, ni me importa mucho tampoco.

Se ponen mansitos cuando las escuchan, por ende, quiere decir que se las tragan, por lo tanto no hay nada más que decir. Además nosotras contamos con que confunden nuestro histeriquismo y el hecho de que les rompamos mucho las pelotas con entrega y sinceridad total, amor puro, enamorada chota, honesta, etc;  y eso es un gran punto a favor cuando tenemos que hacernos las “pobrecitas”  Algo similar a la  “manipulación”, viste.  Varones si no saben el significado, búsquenlo en Google, nosotras estamos bien familiarizadas con el concepto. O si no pregúntenle a su mamá o suegra.  Vamos a repasar las mentirotas.

 “Sos el mejor amante que he tenido”

Puede que sea verdad, pero imaginate cuántos muñecos tuve que probar para decidirme.  Caso contrario se encuentra la que se casó con vos de muy pendeja y no tuvo oportunidad de probar otra. Este caso obviamente que no cuenta.

“No te pongas mal, mi vida, a todos les pasa”

Mentira que no se la cree ni el pobre fideo blando que tenés enfrente. A veces te gana de mano y te dice: “Es la primera vez que me pasa”. Hello, si  ¿La Boston Medical Group? Acá tengo un paciente agonizante, traigan los electrochoques.

“No la tenés chica, tontito, la tenés normal”

Mirá, si directamente cuando te bajas el bóxer no abrimos la boca de admiración y largamos un adjetivo calificativo espontáneo,  estás dentro de la pequeñez o la mediocridad. Hacernos esa pregunta es como cuando nosotras les preguntamos si estamos gordas. Say no more.

“Mi viejo te re quiere, gordo, es su carácter nomás”

Pongámoslo de esta manera: Imaginate que alguna hijita tuya en el futuro te caiga a la casa con un pelele que sabes que se la  curte soberanamente y le acaba en la cara. Listo. Te están tocando a la nena, chabón, obvio que te vas a tener que bancar la cara de ojete del viejo. Por más que caigas peinadito, con medialunas y saludes cortésmente, él sabe que tenés intenciones de ortearle a la hija, si es que ya no te la clavás como una chapa. Si alguna vez te tendrá algo de encariñamiento, será cuando lleves varios años de casados y tengas hijitos. El nieto será lo que más ame de vos, nothing more.

“Sí, mi vida, cómo no voy a acabar, que rico por Dios”

Ya desde el vamos si tenés que preguntarnos si acabamos, es evidente la desproporcionada mentira de nuestra respuesta. Te faltó, pibe, o mejor dicho nos faltó a nosotras, ya que el 80% del orgasmo depende de nosotras. No te pongas mal, sé que tu ego lo necesita, pero si te amo de verdad, probablemente no le cuente a mis amigas.

“Sólo tengo ojos para vos”

Mentira recíproca, consuelo de pelotudos. ¿Qué te pensás que el riquísimo de tu hermano/jefe/mejor amigo nos pasa desapercibido? No, chiquitito, lo que pasa es que la obviedad para comer con los ojos es cualidad puramente masculina. Se sorprenderían la cantidad de ratones que nos mueven en la cabeza estos ejemplares y algunos más. Y probá con cagarme con cualquier tilinga, campeón, probablemente le pegue una pasadita a tu amigo ese que lo apodan “Tres piernas”, como pa` pisotearte el orgullo viste?

“Ay, gordo, con las minas lindas que laburan conmigo ¿Vos te pensás que alguien siquiera me dice algo? Tengo buena onda con todos y nada más”

Podemos ser bastante fuleras, inculiables, redondas y demás. Vos me ves como tu esposa incogible, pero mis compañeritos alzados me ven como un agujero donde todavía no la metieron. Debes saber que cualquier laburo donde se encuentren hombres y mueres degenera, en mayor o menor medida, en un culiadero épico. Los lugares de trabajo tienen como esa especie de olor a trampa en el ambiente, donde la mayoría se pasa por la raja eso de “Donde se come no se caga” Puede que te sea fiel, querido mío, es lo más probable, pero que he recibido propuestas de todos los colores, dalo por sentado.

“Sólo he estado con vos…y con mi ex”

Llegado cierto momento de la relación, el tipo empieza a romperte la pija con esta clase de preguntas, directa o indirectamente. ¿Y qué vamos a contestar? ¿Tengo más entradas que el Estadio Azteca? No, Darling. Si algo una aprende es que hay que lustrar todos los días sutilmente eso que tienen más grande que la cabeza, que se llama EGO.  Por lo tanto, en pos de la felicidad de la pareja y para que conserve el pecho henchido, es que omitimos el hecho de que estamos más manoseadas que el pasamanos del 60.

Me voy con una gran reflexión que dijo alguien una vez: “No preguntes lo que no querés saber” Nos vemos en el Averno, amigos.

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