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Motivos para no festejar ni mierda el día del amigo

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Odio el día del amigo. Lo odio desde que noté su presencia y específicamente desde que empecé a tener más de un solo amigo. Eso de que te caiga de arriba un día en dónde estés socialmente forzado a juntarte con alguien para no quedar como el looser, nerd y antisocial… no me va.

Yo me junto con mis amigos/as cuando quiero y como quiero. No porque soy re heavy y re jodida y me la re banque (cosas que son totalmente verdad pero no vienen al caso) sino porque uno debería manejar sus relaciones humanas como a uno le salga del esfínter mientras no perjudique a los demás.

Cada año llega julio y se me retuerce el pescuezo por dentro al notar que debo empezar a planear algo para este fastidioso día. Juro que me embola hasta eso…planear el día. Porque debe ser algo especial, lindo, único, inolvidable e irrepetible. Ni que fuera un casamiento, que lo parió.

Las cosas son un poco, pero sólo un poco, distintas en la secundaria. Porque el plan lo armás con tus compañeros de colegio y se sale de a manadas. De a treinta o cuarenta sujetos todos al parque, a dedicarse a hacer eso que más nos gusta…ser presa fácil de los chorros de atrás de los árboles, matarnos a pelotazos en la cabeza y colaborar con las plantas abonando el suelo con yerba lavada. Porque prácticamente es eso mismo año tras año.

Cuadrando el asunto y aclarando lo nublado…enumeremos los motivos.

  • El perno del regalo no correspondido. Todos tenemos la mala o buena suerte de tener a esa amiga detallista, competitiva y amante de las manualidades que cae con alguna cartita o cartelito o rollito de goma eva con un bombón en el interior y un mensaje de amistad súper conmovedor. Agradezcan los hombres que no pasa eso entre ustedes…porque sería muy de maraca hacer una cosa así. El tema acá es que recibís año tras año regalos de esa personita especial llamada amiga, pero nunca regalás nada. No va en que seas un amargo y desagradecido de la vida, va en que no podés regalarle a uno, tenés que ponerte a hacer o comprar mil quinientos regalitos para que todos los integrantes de tus grupos de amigos reciban el suyo…porque si uno llegara a enterarse que le regalaste a otro y no a ese que se enteró…se te re arma comadre.
  • El perno de tener que distribuir los tiempos. Si sos como Madame y tenés varios grupitos de amigos, estás en el horno con papas al romero. Vas a tener que comparte un afiche, pegarlo en la pared y comenzar a planear una estrategia de combate como Hitler con el mapa de Europa: vos versus las 24 horas que dura ese bastardo día. La mañana con las de la facu, la tarde con las de la secundaria, la otra mitad de la tarde con las otras de la secundaria que no se llevan bien con las primeras, las del laburo en un bar a la noche y las de la vida en el boliche a la noche. Suena bien y bajo control ¿no? Ahora ¿qué pasa cuando tus amigas del laburo quieren salir a bailar y las de la vida también? ¿Y si las de la facu sólo pueden a la tarde? Ahora entiendo cómo se debe sentir el pirata al que se le junta el ganado… ¡Estresado toda la vida!
  • El perno de tener que elegir con quién salir. Ahora bien, hay un tema importante del que nadie se anima a hablar y del cual yo voy a comentarles. Las amistades son temporales, en su mayoría, y el día del amigo suele forzarnos a encontrarnos con los que fueron amigos amigos…y ahora son solo amigos. Seguramente no me entienden un carajo de lo que acabo de decir, sigo intentando explicarme. Uno crece con unos amigos y al crecer cambia de rumbo, de profesión, de carrera, de gustos, etc.; en fin, cambia. La amistad muchas veces se basa en tener cosas en común con el otro, sea lo que sea esto. Por lo tanto el cambio contradice a la amistad en muchas ocasiones y aleja a las amistades sin haber ningún conflicto. No te peleas, sólo vas por otro camino. El tema es que en el día del amigo uno tiende a sentirse obligado a compartir el día con todos para no herir sentimientos, incluso con ellos de los que se alejó por cambiar. En otros casos la amistad fue más fuerte y ellos a pesar de cambiar siguen siendo tu puesto number one en todas los momentos importantes. Pero volviendo al caso principal, están esos con los que solo te ves para el día del amigo…y es realmente un perno. Quizás justo para ese año tuviste un grupo de amigos geniales con los que descubriste que la pasás genial y tenés mil cosas en común que compartir…pero sí o sí tenés que pasar algún ratito con los del pasado, para no herir sentimientos. Al final del día uno se pregunta… ¿Es el día del amigo del pasado o del presente?
  • El perno del dónde salir. Decidiste salir del cascarón, dejar la temporada completa de Juego de Tronos para tus sábados solitarios y dedicarle el día a la amistad. ¿A dónde salimos ahora? Está todo como el traste de lleno, entradas agotadas, lugares abiertos pero demasiado caros, el shopping hasta el moño, el parque lleno de chorros, el Central lleno de familias con niños y chorros, las calles llenas de salames al volante, la Arístides con sillas en las acequias, el cine con cola desde las 2 de la mañana, Mendoza con un frío de re cagarse… y en tu cerebro un conflicto emocional y la imagen de tus pantuflas y una copa de vino frente al tele. La pucha… ¿Cara o seca?
  • El perno de tener que bancarse a ese/a boludo/a. Siempre hay alguna novia, amiga o familiar ajeno, que se infiltra en el grupo de amigos. Casualmente no tiene nada que hacer en ese momento, o se viene de viaje a visitar a tu mejor amigo/a para esta fecha tan especial. Siempre tiene algo que te va a joder, ya sea por su simple presencia o porque que se levanta todos los días de su vida con cara de drogadicto/a mala onda en rehabilitación teniendo una capacidad inimaginable para tirar malas vibras sobrepasando los niveles de paciencia de más de uno. Otro que te puede caer es el novio/a acaramelado que camotea en presencia de todos y sufre de un exceso de besuqueos que ningún psicólogo logró calmar. Pero ya están ahí, sea cual sea el que te tocó, y no queda otra que fumárselo/a toda la velada.

En definitiva, este día es una porción de materia fecal y no sólo por estar destinado a vaciarte la billetera, sino también porque es casi seguro que tu corazón o el corazón de un amigo termine dolido por sentirse cambiado por otros. Pero lo más pior de esto es que ese nunca fue el objetivo de este día.

Lo lindo de este día es que se hizo para conmemorar la amistad y celebrarla. Tener un motivo más para juntarse o al menos hacernos acordar que hay que seguir juntándonos por algo. Es un día en el que uno debería celebrar la amistad con los que siente realmente amigos y con los que nos recuerdan lo lindo que es tener a alguien más aparte de la familia y el chongo. Es una época de escarmiento, para pensar en los amigos olvidados y porqué los olvidamos; para enmendar la amistad rota y dejar de lado la que ya no tiene arreglo. Es un día de disfrute y de borracheras simpáticas, de mates volcados y de partidos ganados. Es un día para dejar de clasificar amigos y meterlos a todos en la misma bolsa de afecto…por 24 horas.

El día del amigo no se hizo para hacerte acordar de quiénes son tus amigos, se hizo para hacerte acordar de que  todos los días pueden ser el día del amigo y que al menos una vez al año se debe brindar y agradecer por la amistad, que aunque ésta cambie de caras y de caminos…sigue estando año tras año.