«La primavera ha vuelto. La tierra es como una niña, otra vez, que sabe poesías»
Rainer María Rilke
LATITUDES
Me sangran palabras nuevas de mis bocas cocidas.
Se escapan desnudas, risas ciegas de mis ganas dormidas.
Me lloran los inviernos de las pieles olvidadas en mi piel.
De veranos que terminaron con sabor a hiel.
Pellejos viejos de otros cuerpos ajenos al mío.
Ya no quiero mis infiernos, amado mío.
Quiero tus cielos y estar a tus pies.
Ya no finjo demencia. ¿Ahora qué?
Es tu cordura la censura de mis horas al revés.
Son tus ojos los que hoy miran soñando otra vejez.
Son tus manos en las mías, que me invitan a leer
El braile que el escalofrío nos dibuja en la piel.
La clemencia del pasado, como sombra
grita a mi lado, no te dejes espantar.
No son más que años, a veces mal usados,
no son más que ríos, que no alcanzaron a llegar.
Que la distancia nos bendiga con más noches compartidas,
Que no está más cerca el que acaricia, sino quién provoca poesía.
Si desde ese beso no dejo de pensar,
que de ti no existiría exceso si me dejara alcanzar.
Me cubro con tu sonrisa enferma de dulzura,
me limpio con tus caricias puras.
Me encuentro con tu corazón mutilado
y me descubro niña, de nuevo, a tu lado.
EL SECRETO DE LOS ORBES
Noviembre acechaba a las sombras de la última primavera solitaria.
Olvidé como se sentía el vuelo de las mariposas en eterna gestación.
Mi corazón oscuro temía ser maltratado otra vez y
existía una suerte de desencuentros que siempre me encontraba.
Solía pensar que no habría para mí oportunidades de amar,
umbral lejano el de soñar un nuevo verano de amor.
Estaba eterna en su mirada, perdida en los hilos de su barba,
libre de pensamientos que aceleraran una creencia de no ser.
Tanto lo deseé que él notó en mis ojos un pequeño rumor de caricias.
El extraño ser de carne y hueso, me invitó uno de sus besos y
su dolor en letras de poesía. Sin pensar en utopías,
limité mis sentidos al disfrute pleno de pensar, que tal vez sí existía una oportunidad.
Aventurarme en un sendero, casi desconocido para mí, el de confiar
mi corazón desecho a quién, con amor, lo pudiera redimir.
Avívame el secreto de los que se hablan sin hablar.
No me cuentes el final, esto es apenas boceto.
Ocultame de la sombra que vendrá a buscarnos en silencio, no le digas que me encuentro
tiritando en la distancia, que no sepa de esta instancia de hacer crecer un nuevo amor.
Estoy de cara a un precipicio, que me promete lo mejor. Veo el puente, veo tu mano, veo tus ojos.
Quema el fuego de entre los dos. El escalofrío recorre un cuerpo que creía muerto.
Ungido con tu esencia ha vuelto a renacer. Son tuyos mis desvelos que no mueren al amanecer
Inquieta mi vida. Desármala y vuélvela a armar. Muérdeme los celos e invítame a pecar
Entérate de mis sueños, quiero los tuyos alcanzar.
Roja sangre que delata, un corazón vivo y latiendo y estos ojos que se dilatan
Obscenos, tuyos… partiendo.
Jungla de hambre y truenos nos espera, más de dos inviernos y eternas primaveras.
Une los Octubres, con tus mañanas y mis noches, no te pierdes si descubres el secreto de los orbes.