/Pequeño manifiesto sobre los pelos en la nariz

Pequeño manifiesto sobre los pelos en la nariz

Mira ese pino
parece estar creciendo
sobre la niebla.
Matsuo Basho

Me crecen los pelos de la nariz.

Crecen por metros y suben y suben y llegan hasta el cielo, hasta las nubes violetas y las verdes; las toman por sorpresa y las retuercen.

Crecen por litros y caen en chorros hasta el piso e inundan la cocina; se forma un nuevo ecosistema con flores de loto, peces voladores y hasta su propia luna. También, quizás, un escuadrón de libélulas.

Por porfiados y aburridos, no tienen otra cosa más que crecer y crecer.

Crecen y se convierten en una especie de polígrafo descompuesto que adivina las mentiras y dan consejos de cómo mejorarlas para hacerlas una verdad.

Crecen como plantas carnívoras y se comen las moscas que vuelan en barrena. Además insatisfechas  atacan a las migas sobre la mesa y dejan todo limpito.

Crecen y me sacan el cigarrillo que me acabo de prender; me echan el humo en la cara y las volutas burlescas me dan cachetaditas.

Me crecen los pelos de la nariz.

Crecen y crecen y crecen hasta caer agotados, entonces sueñan con una habitación que no existe, pero que con el solo hecho de soñarla se vuelve real y las cosas en el interior de ésta toman vida; y la mesa llora, las cortinas se esconden y la mujer que está parada en un costado, cerca de la puerta, exhala un humo dorado.

Crecen los pelos de la nariz y se van por los caños del desagüe -como en el cuento de Cortázar, pero sin el nudo en el medio- Asustan a los pericotes en las cloacas y entablan una lucha encarnizada contra las cucarachas que encuentran en su camino.

Me crecen los pelos de la nariz, no los puedo detener, crecen floridos y aromáticos

Crecen y se van para el horizonte, intentando sorprenderlo mientras está distraído.

Los pelos están desnudos, famélicos, engañados, esperanzados y los pasé por el antivirus, por pan molido y coco rallado.

Me crecen los pelos de la nariz y sus delicadas formas hacen un código Morse, muchas líneas y puntitos, indescifrables.

Crecen y toman rumbo al sol, cuando están cerca comienzan  a achicharrarse y el olor a pelo quemado llena el Universo.

No los corto, no tengo una tijera que tenga el filo necesario o la entereza suficiente para hacerlo.

Mientras tanto, afuera, la gente se tapa las narices por el aroma a chamuscado.

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