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Personajes estresantes de las colas

No es necesario explicar el título de la nota, básicamente me voy a quejar (paradójicamente) de la gente que se queja por todo, de las personas que generan esas quejas y sobre las personas que nos joden cuando estamos haciendo cualquier fucking trámite.

Sin más palabras, cortito y al pie como patada de chancho, arranco con la nota ¡Porque estoy re inspirado!

La vieja de la cola

Es común escuchar un dicho que reza “más amargo que vieja en cola”. Analicemos esto, siempre en todas las colas de los bancos, supermercados, etc… nos vamos a encontrar con estas señoras que empiezan a introducirse en el arte de secar la mente desde los 50 años aproximadamente. Siempre te observan de pies a cabeza con una cara de desagrado espectacular y tienen una capacidad peculiar, quejarse de prácticamente todo.

Es común verlas hablando de a 2 o 3 con sus frases típicas:

– ¡No tienen vergüenza! ¡Hace 20 minutos que estoy esperando!

– ¡Apúrense que me tengo que ir! – Se le pasan los ñoquis a la doña, apúrense… (Sarcasmo on al 100%)

– Míralos, ellos tomando mate y charlando entre ellos, no se preocupan en atendernos.

Las detesto desde lo más profundo de mi ser. Desde que me fui temprano a votar y me dijeron “bueno, si falta alguna autoridad te quedas vos” y yo me di vuelta con mi traje y corbata para decirles “no señoras, tengo que ir a trabajar a una bodega en Agrelo, ustedes en cambio tienen que preparar la comida para los nietos, discúlpenme pero no me jodan”. No me hablaron más, pero me fulminaron con la vista.

La mama con su prole

Este es un ser especial que se encuentra en colas, en restaurantes y colectivos. Una señora distendida y con cara de que nada le importa un joraca, con entre 2 y 45 niños dándole vuelta a su alrededor y molestando a cada persona que se encuentran a su paso. Lejos de retarlos, los miran y los dejan hacer lo que se les canta por el ojete. Entre las cosas que hacen se acercan a la gente que ya está irritada por la situación y le hacen preguntas difíciles de contestar, como por ejemplo ¿De dónde vienen los bebes? Linda pregunta para que la responda Yayo.

En el micro y en lugares donde se hacen trámites es común verlos jugando a la mancha y corriendo de un lado para el otro sin que nadie les diga nada. Hasta que alguien les dice algo y se pudre de lo lindo, por que salta la madre a defender a sus cachorritos. Hoy por ejemplo, estaba en el juzgado (estoy bien, tranquilos) y había un nene rompiendo las pelotas con una corneta.

Señora, no lo lleve, déjelo en su casa y si lo lleva lo mínimo que tiene que hacer es tenerlo re cagando. Péguele un grito cuando se lo merece y cuando llegue a la casa lávele el culo con agua fría.

El viejo que te cuenta su vida

Qué lindo es estar al palo con todo y que se te siente al lado el típico señor que te cuenta que estuvo en la guerra de los zapallos en Lavalle. Estos señores no son malos, pero te irritan cuando vos estás pensando que mierda hacer con las 30.000 cagadas que tenes.

Lo peor de toda la milonga es cuando llega al cajero y se pone a hablar con el 20 minutos y te das cuenta que no avanza más la cola y surge de tu cabeza la idea de empezar a llevar picanas eléctricas a cada lugar al que vayas a hacer un pequeño tramite. Vuelvo a aclarar, no son malos, pero si irritables, para que no me digan que soy terrible hijo de puta por querer electrificar a un pobre viejo.

Lo mejor es que siempre me termino haciendo amigo de estos personajes y en vez de electrificarlos me da ganas de abrazarlos, te enseñan de todo.

El que suspira

Ojo, no iba a para de escribir sin incluirme en una categoría y poder cagarme de risa de mí mismo. Soy ese, el típico tipo al que lo estresa tanto la situación que larga un suspiro cuando ve todo el embrollo.

¡Hooooo! justa la casualidad, el otro día me pasó algo y lo voy a tomar a modo de ejemplo. Estaba esperando en el banco a que me atendieran y una vieja sentada atrás mío saltó con la típica queja detestable “pasan todos menos yo, se olvidaron de mi numero estos inútiles” a lo que yo me di vuelta y la mire a los ojos. Acto seguido suspire e hice el característico movimiento de “no” con mi cabeza. Después de eso me di vuelta y me tome la cabeza pensando en cómo iba a hacer para seguir soportando eso.

Lo hacemos porque nos estresa la situación y no sabemos qué hacer. Yo sé que para las personas que están a mí alrededor es estresante y lo entiendo, por eso como buen ciudadano que soy (va a ser) trato de no hacerlo.

El apurado

Es el tipo que no tiene paciencia y quiere hacer todo en una mañana, cosa que es prácticamente imposible, pero él lo quiere hacer. Lo que me enoja de esta persona es que se olvida que hay 3 millones de personas esperando atrás de él.

Pega 300 gritos para que se apure la cola y en vez de apurarse va más lento, porque estresa al cajero y a la gente de su alrededor, que tiene ganas de cagarlo a trompadas y a la hora de llegar a hacer el trámite están más nerviosas que la bosta. Esto va afuera del humor, he visto hasta gente violenta y misógina insultando en las colas. Sinceramente creo que la seguridad del lugar los tendría que sacar del ahí por inadaptados.

El/la cajero/a que atiende como el orrrrrr

En el titulo no digo la palabra, pero es que atienden como el orto.

Es el típico cajero que en vez de atender a las personas se dedica a leer los mensajes del grupo de cajeros de Mendoza o a tomar mate y comer 2 medialunas, en conclusión es la persona que genera todo lo anterior. Muchas veces los entiendo, son personas que están todo el día ahí soportando a todas la gilada con sus respectivos problemas y es estresante. Pero esto no es motivo para tener esa cara.

Y lo peor de todo no es la cara, si no que te atiende como el ojete. No te ayuda a solucionar los problemas y te hace dar 2.000.000 de vueltas, es horrible. Ojo, existe una estrategia, comprate un chocolate y se lo das a la gorda cuando llegas a la caja. Se le va a dibujar una sonrisa y te va a solucionar los bardos en 5 segundos, aparte le vas a alegrar el día y va a atender bien a todos los clientes.

El paciente

Hay gente que tiene un don especial que creo que a mí me irrita, la paciencia. Es el típico señor de 60 años que se da el tiempo del mundo para ponerse los lentes, leer el papel, preguntarle al cajero alguna duda, volver a leer el papel, sacar la billetera, contar la plata, volver a leer el papel, volver a preguntar, contar la plata de nuevo por si acaso y volver a hacer todo de nuevo.

Como amaría tener la paciencia de estos señores a la hora de esperar una puta pizza en mi casa, el delivery se tarde 1 hora y lo tendría 20 minutos para pagarle, enserio me divertiría mucho estresando a cualquier persona.

Bomur

Nada, solo agrego a Bomur porque debe ser molesto tener a una persona que hable con su voz en una fila, no como yo que tengo alta voz de locutor, puto.

Y listo, puedo seguir por años, tiren ideas a ver si no me cuelgo (como siempre) y largo la parte dos ¡saludos y los quiero!

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