Si pensamos en un país que nos sirva de faro en el horizonte, englobando nuestras aspiraciones como pueblo latinoamericano, no podemos dejar de enfocarnos en la república bolivariana de Venezuela.
Su elocuencia cívica es tan trascendental que sus héroes más recientes como el Excelentísimo Comandante Hugo Chávez Frías, han llegado a manifestaciones propias de un mesías, como al aparecerse en forma de pequeña ave doméstica a su sucesor o susurrar al oído del mismísimo Dios la correcta elección del siguiente Papa. Como todas las grandes personas de la historia, al fallecer se vuelven más grandes, más castas y más inmaculadas, si es que esto pudiera ser posible con alguien del calibre del Comandante.
Este magnánimo líder, mientras dirigió los destinos de su país tuvo gestas memorables, saliendo a las plazas y señalando a punta de dedo índice los edificios, oficinas, empresas y negocios que debían ser estatizados. Hasta siderúrgicas enteras nacionalizó el Comandante. Siempre apoyado en una constitucioncita pequeñita que llevaba a todos lados con él y que además utilizaba como preciado presente hacia sus correligionarios más estimados.
Otro momento histórico de su rol al frente del país se dio cuando demostró un apoyo superlativo a los grupos sometidos social y políticamente en sus países vecinos, como ser el caso de las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, obligadas por un gobierno adicto al Imperio a refugiarse en la selva, huir como ratas de las ciudades y tener que subsistir precariamente y de forma obligada a costa de secuestros y narcotráfico. Pero ahí estuvo el Comandante dando cobijo, sostén y consejos a sus vecinos revolucionarios caídos en desgracia.
Tan importante ha sido su legado para Venezuela, hoy depositados en su fiel seguidor Don Nicolás Maduro, que los niveles de alimentación de su población han alcanzado valores tan desorbitantes, tan supremos, que llegan a agotar sus reservas de papel higiénico. Son las noticias propias de la abundancia: comen tanto, pero tanto, que por algún lado tiene que salir todo eso. Y así no hay rollo doble hoja que resista semejantes niveles de crecimiento y progreso, tal cual lo explicara el responsable de las estadísticas oficiales del país hace unos días.
Pero si hay algo que siempre ha sido un pilar marmóreo de todo este proceso de bolivarización de Venezuela, es la defensa férrea de la ideología revolucionaria, antiimperialista, bolivariana y latinoamericana frente a sus enemigos internos y externos. Tan fuerte es el sentimiento ideológico de la población para con esta doctrina que han decidido armarse, en milicias bolivarianas civiles, dispuestos a enfrentar a plomo puro cualquier manifestación contraria a las doctrinas revolucionarias.
Después de todo, para qué sirven tantos años de lucha frente a la opresión capitalista si ahora no pueden devolver el favor sometiendo, y de manera armada, a los que otrora manejaran el país. Si para algo ha servido la revolución bolivariana es para dar por sentado el derecho universal de poner de rodillas, fusil en mano, a cualquier traidor que decida pensar distinto.
Como despedida les dejo un video donde pueden apreciar los entrenamientos de estos comandos civiles en el uso de material bélico.
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jajaja, que plato !
Viejo, asombrosa tu ironía y tu sentido del humor, sin más.
es tan triste, que me da risa… En Argentina y con la Cámpora, solo nos falta darles armas para que se conviertan en milicias K.
Un gusto leerlo nuevamente Viejo querido!
El gusto es mío, gran señor. (o señor grandote, como guste)
¡Jajajajajaja!!! Sabe qué pasa, usted es un imperialista, lamebotas yanki que no entiende el proceso revolucionario y emancipador que se está llevando a cabo en nuestra América Latina. Habrá uno que otro ladronzuelo, pero bueno, son detalles.
detalle de miles de millones… una chotera no más! jajjajajajjaaj
Debo interpretar que el Comandante sería un ladronzuelo según su apreciación? mire que lo van a venir a buscar estos muchachos…
genioooo!!!!
Genio el mono que los saca a tiros a los negros!