/Ser hijo unico ¿dulce gloria o alto garrón?

Ser hijo unico ¿dulce gloria o alto garrón?

Hay una situación que se repite mucho en mi vida. Es la de encontrarme en medio de una juntada o charla y que hablando, alguno de los presentes descubra que soy hijo único.

Es una situación molesta. Todos se quedan atónitos, mirándote como si fueras el ser más raro del universo, como si al haber descubierto que fuiste el único pibe que salió de la cajeta de tu vieja, hubieran encontrado al eslabón perdido, el Santo Grial, el que se robo todo el vino o las manos de Juan Domingo.

Y, como siempre, pasado el  gran descubrimiento, vienen la misma tanda de comentarios odiosos y pelotudos:

“Chabón, ¡qué suerte tenes!, yo sería tan feliz sin los imbancables de mis hermanos”

“Ahhhh debes ser un mimado terrible…”

“Que buena la vida tuya ¿no?”

“¿Qué le paso a tu viejo que no le mando mas cumbia a tu vieja?¿Se le acabaron los cartuchos después de tenerte?”

Y vos te reis. Disimulas una sonrisa. Como para no enojarte ni decirles a los presentes lo desagradecidos que te parecen sus comentarios.

Yo no elegí ser hijo único, aclaró. No sé si habré sido un accidente, si mis viejos nunca más pudieron concretar por razones naturales, si me vieron lo feo  que era al nacer, se imaginaron lo incogible que iba a ser de grande y decidieron no tener otro monstruo,  o si al salir a la luz le destruí con mi cabezota el útero a mi vieja. La verdad, no tengo ni idea.

Lo que si les puedo decir, es que ser hijo único no es ninguna felicidad eterna, como así tampoco es una terrible tortura. Analizemos los porqués:

Sos un mimado por no tener hermanos

Yo les re acepto que fui un consentido toda mi vida. Pero no cometan el error de pensar que el exceso de atención o cosas materiales es siempre positivo.

Para que se den una idea, empecemos por el hecho de que mi vieja me lleno de atención  de pequeño. Ella quería tener una piba, y digamos que me dio la atención que le das a una niña. Me tenía todo el día con ella en la oficina, obligándome a estar ahí mientras trabajaba al sonido de Luis Miguel, Ricky Martin y Ricardo Arjona. Me compraba peluches todo el tiempo, y me hacía ver las novelas venezolanas de la tarde con ella, para estar segura de no dejarme de dar bola ni por un segundo.

Mi viejo por otro lado, la única atención que me daba era la de sacarme el pañal a la noche y fijarse que no me hubiera salido una concha.

Eso, extrapolaricenlo a todo. Vivís en una casa donde sos el centro del mundo. Pero no necesariamente el centro del mundo es el mejor lugar para estar…

Crecer sin hermanos significa que nunca te va a faltar nada en lo referido a plata, transporte y atención. Pero si te va a faltar un modelo a seguir, alguien que haya vivido algo parecido a lo tuyo, alguien que, en cierta forma, te enseñe a vivir. O si te toco ser el mayor, ser el ejemplo para el resto de los hijos de tu progenitora es un plus gigante.

Pero si no, estás solo. Te falta tu primera escuela de la vida que son los hermanos. Por lo que de chico sos alto Carlos. Hasta que llegas a la primaria te comes un poco de bullying y te normalizas.

Digamos que ser mononacido es un mix de negativas y positivas. Tenes de todo, pero no tenes con quien compartirlo.

A veces de noche, me siento triste y solo, y mis sentimientos ante la falta de otros miembros familiares me hacen dar ganas de llorar. Lo bueno es que me puedo limpiar las lagrimas con toda la plata que me dan mis viejos por mes y si me sigo sintiendo mal, puedo salir a dar una vuelta en el auto que me regalaron para mis 18 y que tengo solo para mí.

¿Me entienden? Positivas y negativas chicos.

Tus amigos pasan a ser tus hermanos

Cuando les digo que tengo un amigo al que llamo “hermano”, me refiero a que literalmente es un hermano. No me refiero a los “hermanos” que le tiramos a esos ex compañeros de secundaria que no vemos nunca o esos “hermanos” que se podrían tirar dos rugbiers que se conocieron hace 5 minutos.

Mi mejor amigo lo conozco desde los nueve años y también es hijo único. Mis viejos desde esa edad lo adoptaron como si fuera su hijo postizo.  Y nosotros nos adoptamos, como si fuéramos los bros que nunca tuvimos.

10 años después, nos hemos ido 8 veces de vacaciones juntos, compartimos el auto, sabemos los horarios del otro, pasamos fiestas, feriados y hanukkas entre nosotros. Su casa es mi casa y mi casa es la suya. Los amigos que tenemos en común dicen que somos como una pareja.

Hasta ahí, puede ser una amistad muy hermosa.

Pero cuando tu vieja te levanta de una siesta un Jueves a las 7 de la noche para decirte que te levantes y te caga a pedo para que lo vayas a buscar a tu mejor amigo a un entrenamiento… hay algo que no está bien.

Cuando tu mejor amigo no te puede llamar a vos y la llama a tu vieja para decirle que no tiene en que volverse y tu vieja te caga a pedo a vos para que lo vayas a buscar…

Ahí te das cuenta que,  tu amigo es literalmente tu hermano.

Te autoexigis una banda

Si de chico te hacen creer que sos el centro del mundo, de grande la vas a pasar mal. La necesidad de atención que te inculcan cuando eras un pendejo se vuelve un gran problema cuando sos un tipo grande. Es como que tenes que “ser el mejor” en todo. Y te das con un caño para lograr cosas que por tu personalidad, físico, inteligencia o incogibilidad no podes tener.

Es curioso. Es como que sos la oveja blanca y negra de la familia al mismo tiempo. Sos el mejor y sos el peor. Sos la posta y sos el descanso. Sos el Messi y sos el Palacio.

Y por eso, vivís la vida pensando que sos la solución correcta pero siempre estás en el lugar incorrecto. Como una chocotorta metida en el orto.

El resto de las cosas (que vivimos o nos va a tocar vivir)

  • Vas a tener que hacerte cargo vos solito de tus viejos cuando sean grandes
  • Si te casas con otra persona como vos, tus hijos no van a tener primos
  • Tus perros van a pelearse con vos por el dominio de la casa
  • Nadie te presiona, pero siempre te sentís presionado.
  • No vas a tener que compartir la herencia con nadie.
  • Entre otras choteras poco importantes.

En fin, gente, no les voy a negar que ser hijo único tiene sus comodidades. Pero, tener hermanos también tiene una parte hermosa que quizá ante las peleas, la dejadez y la ignorancia no sabemos apreciar.

Si, puedo entender que tengan un hermano con el que se llevan muy mal, o un par de hermanas con las que no se hablan. o quizás, sean lasherinos y tengan relaciones distanciadas con 33 hermanos  con nombres repetidos.

Pero lo importante, es que sepan apreciar a aquellos que estuvieron ahí para ustedes. Aquellos que, positiva o negativamente, les enseñaron algo. Aquellos que en las malas supieron ayudarlos a salir.

¿Saben? Yo puedo tener muchos hermanos de corazón. Pero nunca voy a tener un hermano de sangre. Ni nunca voy a saber lo que se siente. Así que, si pueden hacerle un favor a este pibe que los hizo reír moderadamente por un rato…

Vayan y plántenle un abrazo a ese hermano o hermana que tienen cerca.

Y  si no los tienen cerca, pegenle una llamada para saber cómo andan…

Porque quizás, no lo sepan hasta que les haga falta…

Pero un hermano o hermana pueden ser tranquilamente uno de los regalos más hermosos que les dio la vida…

Abrazo grande, y hasta el Jueves que viene.

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