/Una noche con Panam

Una noche con Panam

Todo empezó cuando mi ahijada de 5 años pidió expresamente que sea yo quien la acompañe. El espectáculo: “PANAM y Circo”. No es la primera vez que iba a un espectáculo para niños, pero si el primero “multitudinario”, si puede llamarse así.

La tarde del sábado, fresca como pocas, me encontró llegando de la mano de la niña a ese pedazo de cemento sin forma que osaron poner en el medio de Luzuriaga: El Arena Maipú.

Haciendo uso de una de mis únicas virtudes -la puntualidad- llegué una hora antes. Y la puta que lo parió al Arena, al clima y a la concha de su madre; anda a entretener a un niño de 5 años en el interior del Arena. Dos círculos de nada, rodeado de timba y un cine. Nada más.

Por suerte, me la rebusque como pude, hasta que la hora de entrada llegó. Salimos a hacer la fila para entrar al “Stadium” (que hijos de puta… Stadium) En el exterior, como surgidos de la nada misma, aparecieron mil quinientos maipucinos vendiéndote la bincha de PANAM, la bandera de PANAM, la capa de PANAM, el colgante de PANAM, el tampón de PANAM, etc. Imposible escapar de esa horda de buskas que al grito de “lloren niños lloren” te relojeaban la billetera.

La fila, que creció según pasaban los minutos, se fue colmando de infantes que agitaban banderas, mocos y llantos al grito pausado de “PA-NAM….PA-NAM” Lo mas parecido a la cancha que no veía en tiempo. Faltaba el de los choris y….ah no para, ahí un par de metros más atrás, estaba.

Cuando creí que ya había pasado todo, apareció una nueva tanda de vendedores ambulantes, esta vez con chalecos amarillos y una inscripción: Merchandising oficial de PANAM. Si, un grupo de porteños vivos habían corrido a los maipucinos, y ahora eran ellos que te vendían, a precio dólar, el CD de PANAM, el guante de PANAM y demás cosas donde la diva infantil ponía la cara. Todo made in La Salada.

Entramos, mi ahijada no soltaba mi mano y solo escuchaba que preguntaba cuanto faltaba para que Laura Franco (alias PANAM) saliera al escenario. En la fila, mientras esperábamos que nos acomodaran, siento que me dicen:

“Mi marido pensó que iba a ser el único hombre que iba a venir. Pero yo le dije que no pasaba nada”

Cuando volteo a ver me encuentro con un sujeto de 40 años, sosteniendo a una nena de no más de 3 años, que vestía una binchita con dos corazones. Uno de los corazones se incrustaba en el ojo del pobre flaco que me miraba como diciendo: “La puta madre hermano, podríamos estar viendo Olimpo vs Sarmiento de Junín, no me importa, pero no acá”. Lo entendí perfectamente, incluso yo hubiera pagado las cervezas.

Después de pelearme a puteadas con las acomodadoras, empezó el show de PANAM. Show que pienso ordenárselos cronológicamente:

18:37 – Se apagan las luces del Stadium y se encienden luces de colores. A escena sale un flaco subido a unos zancos disfrazado de Robot, con colores y laceres. Los pibes se pegan el cagaso de su vida y lloran de forma desconsolada. Mala jugada de los productores, pienso.

18:41 – PANAM sale a escena, miles de pañales explotan de pis con la emoción infantil. Miro por primera vez el reloj.

18:52 – PANAM termina de cantar la primera canción, todo es alegría y diversión…para los niños. Giro buscando miradas cómplices de embole. Encuentro varias.

18:53 – Sale a escena “El Circo”. Cuatro porteñitos explotados salarialmente que hacen acrobacias. Uno se cae. Río. Mi ahijada me mira sin entender el chiste.

19:00 – PANAM canta otra canción con un juego fácil de palabras como mi “papá es una papa” o “agárrame que te agarro” cosas así que hubiesen puesto colorado hasta al mismísimo Arjona. Entra en escena un personaje que hace llamarse “el fan Nº 1 de PANAM”. Es un tipo de unos 45 años, gordo, con gafas. Dice ser mago. Sus trucos son un bodrio, incluso para los niños que empiezan a agitar “PA-NAM…PA-NAM” El micrófono le falla. No se entiende la mitad de los chistes.

19:04 – Mi cerebro se bloquea automáticamente: repaso la formación titular de River en el 86 para distraerme.

19:10 – Mi ahijada grita, todos los niños abuchean: Al escenario sube “la bruja”. Una mina muy bien de tetas. Me distraigo un poco y pienso “¿Por qué PANAM no sale un poco más en bolas? ¿Rendirían más las arcas no?”

19:15 – River iba con Pumpido al arco, Ruggeri, Montenegro, Gordillo, Borelli…Enrique, Alonso, Gallego y Gorosito. Arriba Amuchástegui y Alfaro.

19:17 – Salta un playback, la diva pide que la canción empiece de 0. En serio ¿Quién organizo esto? ¿Paco Pérez?

19:20 – Lo bizarro empieza a tomar forma: Al escenario sale un enano. Si. Un enano. Obviamente el chiste fácil y chabacano al enano. Los niños se burlan del pobre tipo. Bien por los productores. La formula de Sofovich del minon infernal y los enanos no pierde vigencia jamás. Su micrófono falla todo el tiempo.

19:28 – La debacle: PANAM no tiene mejor idea que bajarse del escenario a saludar a los niños ¿El resultado? Miles de padres, madres, abuelas, tíos, tías corriendo con las criaturas en brazos para acercarse a la ídola. Vuelan sillas, camperas, bolsos, pañaleros. Empiezan las puteadas y los empujones. Mi ahijada me mira como diciendo “Me vas a llevar hijo de puta, me vas a llevar y voy a saludar a PANAM así sea lo último que haga. Le hice hasta dibujitos para entregárselo…me vas a llevar.” Alzo a mi ahijada y corro. Haciendo uso de mi contextura física empujo padres, abuelas y madres. Todo me chupa un huevo en este momento. La dulce de mi ahijada grita “PANAM, PANAM” la ídola no le da bola. Empujo un poco mas y le grito: “Eh, Laura…LAURA, dale bola a la nena” PANAM al ver que le digo Laura y no por su nombre artístico, gira. Toca la mano de mi ahijada y recibe los dibujitos. Vuelvo a mi asiento. Mi ahijada está feliz. “Mendolotudo pillo” pienso, y me felicito.

19:37 – PANAM se mete a cambiarse, el circo vuelve a salir. Espero con ansias que el porteño se rompa la cabeza en alguna acrobacia. Eso no sucede. Me deprimo. Miro el reloj por décima quinta vez.

19:40 PANAM canta una canción sobre tener mal olor. Agarra a un padre de la primera fila de punto. Lo trata de mugriento. La multitud ríe. El pobre tipo se siente otra vez en la secundaria.

19:45 – Escena desaparecida. Creo que en el arco de River estaba Goycochea y no Pumpido.

19:48 – PANAM y compañía se siguen burlando del pobre tipo.

19:50 – Se anuncia el final.

19:51 – Era mentira, aún quedan canciones.

19:54 – PANAM intenta hacernos bailar a todos. Olvida que somos mendocinos ocotes. Nadie se mueve de la silla.

19:56 – Vuelan papelitos al finalizar una canción. Debe ser el final…ah no, para. Más canciones.

20:00 – Fin del show. Ahora los pibes están todos extasiados.

20:05 – Al salir del show, los vendedores porteños se abalanzan sobre los padres e intentan seguir vendiendo porquerías. Lo consiguen.

Y así fue amigas y amigos, una experiencia que no les deseo a ninguno. Espero que estas palabras les sirvan por si alguno esta por atravesar alguna situación similar. Y a vos, papá que se te acuso de mugriento, quiero que sepas que todo El Mendolotudo está con vos ¡Fuerza!

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