Hay dolores que son insuperables como lo es la pérdida de un ser querido, un chico joven… muy joven, 13 años para ser más específico. El chico iba a entrenar como un día cualquiera, junto con su madre que lo llevaba hasta el club. Un trágico y doloroso hecho sucedió ese día en las canchas. Juan Francisco Peleytay sufrió una descompensación en medio del calentamiento y tuvo que salir con su madre hasta el hospital, pero cuando llegaron ya era tarde, la peor noticia para su madre, llena de un inmenso dolor, angustia e incertidumbre.
Difícil de creer para su familia, sus compañeros de fútbol, del colegio, la noticia los dejo aturdidos. Muchos de ellos todavía no lo pueden creer, si hace una semana atrás estaban jugando un partido, se reían, estaba junto a ellos en los camarines y en el club, compartiendo momentos. Y ahora ese amigo, compañero ya no se encuentra junto a ellos.
Se perdió la vida de un chico de 13 años. Es algo que “No se recupera”… tenía toda una vida por delante, un montón de amistades que quedaran pendientes, amores que nunca pasaran, momentos como la Secundaria, el viaje de egresados, su cena de egresados, el momento de empezar a definir su carrera, la facultad y nuevas amistades que nunca se darán. Familia… hijos, porvenir.
Una madre que no vera más a su hijo y tendrá que convivir el resto de su vida con un desgarrador recuerdo de haber llevado a su chico a entrenar y verlo desplomarse en el piso sin entender que era lo que pasaba y en la ambulancia no haber podido hacer nada tras este hecho trágico e impensado.
Una madre que cuido y crió a su nene. Que lo vio crecer esos 13 años con el paso de los días, semanas, meses y años. Y de un momento a otro el destino se lo arrebato sin motivos…
Estamos hablando de un chico que perdió la vida en un entrenamiento de fútbol, no en un accidente por salir y excederse tomando. Es una tragedia que a lo mejor se pudo haber evitado si se hubieran hecho las cosas mejor de antemano.
Si bien la Liga Mendocina de Fútbol exige un chequeo clínico y un Electrocardiograma, en este caso no se pudo detectar los problemas ya que habría hecho falta realizarse además un “Ecocardiograma” algo que en el fútbol no es obligatorio, a diferencia del Rugby que si es obligatorio para realizar esa práctica.
Espero que esta no sea una de las tantas noticias que a la semana se olvidan y quedan en la nada. No se trabaja para solucionar estas problemáticas, como muchas otras que hacen falta para cuidar los jugadores de las divisiones inferiores de nuestro fútbol. Trágicamente fallecen chicos por las precarias condiciones en las que se encuentran en muchas partes del país y esta vez nos tocó vivir a los Mendocinos.
Hoy las canchas de Andes Talleres están de luto por la pérdida de su joven jugador. Una perdida que quedara en el corazón de sus compañeros de fútbol, de sus amigos de la secundaria y por sobre todo su familia.
No permitamos que este suceso trágico sea olvidado, exijamos a quién corresponda asumir la responsabilidad pertinente.