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La grieta sos vos

Estoy cansada, cansada de todos los que pujan por un mundo nuevo partiendo de la misma mierda que hemos hecho con este.

Cansada de los veganos que le echan la culpa a los carnívoros. Sí, porque el cerebro del hombre comenzó a evolucionar cuando el hombre descubrió el poder del fuego y comenzó a comer carne.

El que quiera comer verduras, que las coma y el que quiera comer animales, también. ¿Qué la matanza animal alimenta negocios internacionales? Ahá, como la industria del cuero, de la soja y del oro. Podés usar cuero ecológico ¿Y para eso no se usan plantas? Sí. ¿Y las plantas sí pueden usarse industrialmente? Emmm… Es que la caca de animales contamina el aire. ¿Y tus excrementos no? Emmm…

Cada uno come lo que puede, ni siquiera lo que quiere. Yo comería langostas o salmones todos los días, pero viviendo en Mendoza ni modo.

Estoy cansada de los agricultores que echan la culpa a las empresas constructoras por  las inundaciones y las sequías. Ahhh… pero en los campos vacíos no se puede hacer nada aunque el dueño lo tenga sin plantar ni construir, como si los primeros inmigrantes hubieran comprado la tierra en la que se hicieron el racho. No. Tomaron la tierra y las personas que estaban en ella y las pusieron a trabajar. Pusieron estacas y empezaron a vender los terrenos porque les daba más dinero que las papas y el arroz.

Unos pocos se hicieron los guapos y acá estamos, sin depender de nadie (dicen) y viviendo como colonos igualmente.

Estoy cansada de los proaborto que señalan con el dedo al que no usa barbijo y no se quieren poner una vacuna porque atenta contra la concepción ¡¿Qué?! Cansada de los provida que señalan con el dedo y dicen a asesinos a los que se juntan y se abrazan, ellos tampoco quieren vacunar a sus hijos porque dicen que las vacunas tienen inteligencia artificial para dominarnos ¡¿Qué?!

Estoy, en realidad, cansada de los militantes, de todos los que defienden una causa como propia y no se dan cuenta de que le dan un cheque en blanco a tipos que se cantan en ellos. Además, me cansan porque insisten en hacerme pensar en algo que no comparto ni voy a compartir desde la militancia y la violencia, ni tampoco desde el escrache y la injusticia.  

Y cuando digo militantes incluyo a católicos  que se llenan la boca de un cristo que murió por todos los pecadores y luego los mermas apóstoles se quisieron hacer los herederos de un mensaje que no entendieron y en cuyo nombre mataron pueblos enteros. Esos católicos que se jactan en el derecho a la vida pero para emitir juicio contra otro “hermano” tienen una lengua más filosa que el sable templario.

También incluyo como militantes a feministes. Y lo escribo con “e” porque así de indefinido es ese colectivo en el que entran todo tipo de individualidades no comprendidas porque apenas si pueden comprender la diferencia entre un óvulo fecundado y un embrión humano, apenas pueden entender que una mujer violentada no se cura con aborto legal sino con abortar al violento. Ahhh, es que no pueden salir de una relación tóxica… Ahhh, es que no tuvieron educación sexual… Pero usan el celular para hacer memes y posteos escrachantes en vez de marcar el 144.

Y sigue la violencia, y sigue la militancia de unos contra otros. Sigue la queja, el abuso, el pensamiento totalitario, cerrado e individualista.

Entonces viene un virus y empiezan los falsos profetas a hablar de la evolución como una venganza de la Pachamama que se limpia a sí misma. ¿Qué? Dicen que mientras comamos animales nos van a seguir atacando sus virus ¿Ahhh? Hablan del demonio que reina sobre la verdad ¿Qué? Hablan del castigo divino por los pecados sexuales ¿Qué?

El problema es que no tienen vida, por eso una célula virósica les alborotó las neuronas. No estaríamos entendiendo que mientras no podamos dominar nuestro pensamiento difícilmente podamos dominar la realidad.

Estoy re vacunada, me alimento de todo lo que se puede comer, terminé el secundario, no me violaron ni me acosaron (y no me voy a poner a pensar si el tipo que estaba atrás mío en la fila del súper me miraba la cola… ), no soy empleada estatal, no tengo religión aunque me bautizaron, tengo hijos y un certificado de conducta social sin antecedentes legales.

Me doy cuenta de que ninguna de esas banderas, por las que muchos se pelean, me pertenece y muchísimo menos me representa. Soy una persona común, con una vida común, que no pretende convertirse en héroe de nadie que no quiere ser salvado.

El que quiera salvarse, que se haga cargo primero de su vida y luego que intente hacer algo por los otros. Vas a ver que si todos hacemos lo mismo no necesitamos salvadores mesiánicos, gobiernos paternalistas ni organizaciones sociales.

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