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7 cosas que los estudiantes universitarios deben pasar para aprobar

Estudiar, lo hacemos desde chiquitos, asistiendo al jardín, le sigue la primaria, después vamos al secundario, que en ocasiones nos obligan nuestros viejos con la famosa frase “o estudias o trabajas, vagos en la casa no quiero” y finalmente vas a la facultad, después de todo lo que te dijeron tus papás te das cuenta que no hay nada mejor que tener un título para poder trabajar de lo que te gusta realmente, ser un profesional y todo el rollo.

La parte linda es cuando te recibís, todos felices: te buscan en la facu para llenarte de harina, de espuma, papel picado, pintura (No entiendo porque a todos les tiran pintura morada, ¿Qué onda? ¿Esta en oferta?) Y festejan todos juntos que ya terminaste de estudiar para poder empezar a ganar guita por lo que haces.

Pero antes de esto, pasaron muchas cosas y eso es lo que hace o hizo en algún momento sacrificada la vida del estudiante.

1- Pasar noches enteras sin dormir
Si estas o ya terminaste la facultad, te deberás sentir identificado con esto: pasarte mas de 12 horas estudiado, haciendo resúmenes, buscando en libros, Internet, etc, cosas que no entendés. Empezás a ver al café como tu mejor amigo y compañía. Apenas veías que se asomaba el sol por la ventana sabías que faltaba menos para irte a dormir y que mientras más estudiabas, mas tiempo libre ibas a tener al final. Cuesta pero tiene sus recompensas.

2- Decirle “No” a la salidas con amigos
Las o los chicos se van de parranda, a festejar algún cumple, o a comer un asado en la casa de fin de semana con tremenda pileta de la minita o flaco que te gusta y vos te tenes que quedar en tu casa en compañía de tus libros mientras todos se van a poner hasta la japi de tanta party. En ese momento pensas en revolear las carpetas al carajo e irte, pero después te pones a pensar en el tiempo que no vas tener y de que te vas a odiar por no haber esperado un poco mas.

3- Renunciar a otras responsabilidades
A muchos les debe pasar y a otros no les queda mas que hacerlo al mismo tiempo, y hablo de trabajar. En mi experiencia tuve que dejar el café en donde laburaba para poder estudiar porque no daba a basto y se me cortó todo, no money, no mas mañas para mi, aun que siempre esta mamá que banca a la nena con unos pesos, ¡grande la vieja! Pero en ocasiones, pasa que otras personas por “X” razones no pueden darse el lujo de dejar el trabajo y el sacrificio es aún mas grande.

4- Convertirte en un ser INCOGIBLE
Me pasa mucho, y es que en época de exámenes por lo general las mujeres con lo único que andamos es con el pijama, con alguna que otra remera suelta y vieja con algún logo que dice “Recuerdo de Río” o algo raro con un dibujo viejo y agujereada, en fin, algo cómodo por así decirlo, un rodete, lentes, ojotas y cero maquillaje. Te olvidás de las uñas, las cejas, el mostacho y así andas todos los días. Los hombres, por su parte, lo mas seguro es que anden hechos unas bestias peludas sin afeitarse, a pata y en calzoncillo. Y es que estas tan preocupado por terminar que “vos” pasas a segundo plano.

A las clases de consulta por lo general te clavas el yogin, las zapas y los lentes de sol para zafar y al día de rendir ya vas un poco mas presentable pero te das cuenta que no sos el único mounstrito. Menos mal.

5- Las contradicciones
“Vamoooo,’ Llego a terminar de estudiar todo”, “! No llego, es una banda!” “Bueno, me queda esta unidad, me baño, veo tele y me duermo una horita y la termino” “! Noooo, no tengo tiempo de terminar, la puta madre!” “Me va a ir joya” “Voy a desaprobar” “Ya fue no rindo” “Listo, estoy listo, no para, a ver.., si ya fue” Estas y muchas otras son las cosas que decimos antes del examen y durante el estudio, nos agarra la locura del tiempo y la cantidad de cosas para meterte en la cabeza. Te agarra la paja, después te activas, lloras, estas feliz, después no y así hasta que terminaste todas las unidades y cuando eso pasa empezas a maquinarte con que no sabes nada para después acabas por darte cuenta que no era necesario tanta histeria. Es algo común en mi, me pongo bipolar, eso me pasa por dejar todo a último momento.

6- Encontrarte con unos kilitos de más
Para mí, lo peor de todo. Pasas tanto tiempo en tu casa, sentado solo leyendo y escribiendo, que la actividad física se deja de lado convirtiéndonos en personas sedentarias al menos por un tiempo y aparte por que la ansiedad ataca y te comes todo. A causa de esto empezas a ver que el jean que tanto te gusta ya no te sube con tanta facilidad y que esa remerita suelta te esta quedando justa. Te das cuenta que va a ser mejor o cerrar el buche o irte a dar unas vueltas al parque de vez en cuando: para bajar un cambio con tanta presión y para bajar esa pansita.

En tanto, hay gente que baja de peso por los nervios… como me gustaría ser lo de ese bando.

7- Los nervios previos al examen
Se acerca el día y a tu estómago se le ocurre hacerse el loco sin dejarte probar bocado. Todo lo que te llevas a la boca te produce desde acides hasta descomposturas y hasta en ocasiones te enfermas a causa del estrés en donde sos mas propenso a agarrarte cualquier bichito que ande por el aire.

Esos días solo tomas té y comes tostadas pensando en el tremendo asado que te vas a morfar y en la cerveza helada que te vas a chupar a penas termines con el estudio.

Si bien no son las experiencias mas lindas del mundo, por así decirlo, son cosas que te hacen subir un poco más hasta donde queres estar: aprobar esa materia que te tiene loco/a o si estas por terminar, llegar a ese deseado título que te va abrir varias puertas en el futuro, entre otras metas.

Pensá que el hecho de decir: “No puedo, tengo que estudiar” va a ser bonificado cuando veas la nota de que aprobaste y en el caso de no haber aprobado, va a ser para que sigas poniéndote las pilas.

Así cuando hayas terminado, los vas haber hecho posta, para pasarla bárbaro a fin de añete festejando con fernet, sidra y champagne con la familia y los amigos sin preocuparte de tocar un libro hasta el próximo año.

Solo queda decir ¡feliz navidad y año nuevo, que todo sacrificio tiene su recompensa!

Ahora si sos de los que dejaron todo para último momento y no hicieron más que romper las bolas todo el año, solo resta decirles: que les sea leve mis queridos.

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