/8 situaciones cotidianas en donde la expectativa difiere de la realidad

8 situaciones cotidianas en donde la expectativa difiere de la realidad

¿A quién no le ha pasado de tener la idea de algo, y que resulte lo contrario? ¡A todos! Veamos, te ves linda o lindo en el espejo pero te sacas una foto y te ves espantoso y te seguís mirando al espejo y las fotos siguen siendo igual de malas. La expectativa sería verte igual de bien que en el espejo pero en realidad la cámara no capta “esa belleza”. Estas situaciones son más comunes de lo que pensamos, pasan casi o todos los días como por ejemplo…

1-    Dormirse en un transporte público 

¡Por favor!, soy de las que se suben al micro o metro y no pueden evitar quedarse dormida.

Te subís cansado del trabajo, escuela o facultad, te sentas, agarras la mochila, bolso, lo que sea, apoyas la cabeza en el vidrio y pretendes quedarte ahí, quietito, pero en lugar de eso te quedas mosca. Cuando viajas del lado de un solo asiento, corres el riesgo de mandarte al suelo en alguna curva, como la del Cóndor del acceso o la curva del  Mendoza Plaza Shopping y que libros, carpetas, lo que sea se caigan a la mierda, desparramándose por todos lados incluyéndote a vos. Por otra parte, cuando viajas del lado de los dos asientos puede que, sin darte cuenta se te empiece a caer la cabeza en el hombro de la persona que viene al lado tuyo y ni te digo babearlo, roncar o hablar dormida. Es obvio que nosotros no sabemos que hacemos mientras dormimos, por lo que a mi respecta, me despierto y me hago la boluda, como si nada me levanto y me bajo, por la dudas que haya hecho algo vergonzoso. Ahora bien, creo que todos, incluyéndome, vamos a pensar dos veces antes de tomar una siesta en el bondi. 

2-    Estudiar con amigos 

Esta nos pasó a todos en algún punto de la vida. Nos íbamos a la casa de Fulanito con la excusa de estudiar y nos pasábamos toda la tarde pelotudeando con los videos juegos y cuando volvíamos a casa era tarde para hacer la tarea del otro día. Esto pasa en todos los ámbitos: Primario, secundario, universitario, es inevitable ponerte hablar de miles de cosas empezando por una película, pasando por el sexo, después vienen los aliens y por último los fantasmas y las experiencias de cada uno. Nunca falta el mate, las tortitas y ese amigo que le ha pasado de todo en su vida, que cada dos por tres te habla y no te deja seguir con ese texto que, como será que te importa que preferís escucharlo hablar de todas sus aventuras. Por hacer cosas como esas, rendí mal muchos exámenes, incluyendo el de ingreso a la facultad. Bien Marilyn, lo estas haciendo de puta madre. 

3-    Teñirse y/o cortase el pelo

Esto es un tema… Jamás estas seguro de cómo podes quedar, pero vos te lo haces igual usando ese famoso dicho de “El pelo crece” y después te querés cortar otra cosa. Todo empieza por que te aburriste de lo de siempre, querés cambiar el look, te querés tunear y empezás a imaginarte divina con un color o corte de pelo nuevo, le decís a tu mamá a tu hermana, a tus amigas de lo decidida que estas, de lo que te queres hacer y de cómo pensas que te va a quedar y cuando te lo teñís o cortas y no te queda bien queres colgar al peluquero. En los hombres no es tanto quilombo, por lo general lo tienen corto y ni se lo tiñen, tengamos en cuenta también que ellos se cargan entre si les quede bien o mal pero en las mujeres la diferencia se nota y mucho. En mi caso me imagine con mechas de color  rojo, y la verdad cuando llegue a mi casa mi papá casi me rapa la cabeza y por poco no mata al peluquero, imaginen que en el colegio me hacían ir con rodete… ¡imaginen!

Pero es así, pensamos que vamos a vernos más o menos bien y señor realidad nos parte una silla por la espalda. 

4-    Comida 

Es típico, ves una súper copada publicidad de una enorme y suculenta hamburguesa y vas re ilusionado, hambriento y feliz porque, o sea, te vas a comer “la hamburguesa” Te la pintan como la mas rica , no solo a las hamburguesas, si no a muchas otras cosas ricas, pero por lo general tienen mucho fotoshop esta clase de comidas. La cosa es que cuando vas a abrir la cajita es… es decepcionante, con lo que te encontras, no se parece en nada a la de la foto y a veces es chiquita, todo su contenido es chiquito: el queso, la lechuga, el tomate, ¡parecen las que hace Bob Esponja! ¡Son unos hijos de puta que juegan con nuestros sentimientos! pero igual te la comes, por que ya la pagaste.

O suele pasar también con las cajas de los postres que se ven hermosos en la tapa, te imaginas que te va a salir igual de divino que la foto y cuando los haces son un desastre como en el caso del helado en caja, ¡jamás supe hacer helado en caja!, quedaba una crema espantosa… Lo único que me sale bien es la gelatina y agradezcamos.

5-    Regalos 

¿A quien no le gusta que le hagan regalos? Ya sea para tu cumple, día del amigo, la madre, padre, etc. La cosa es que ponele, es tu cumple y te la pasaste todo el año hablando de ese súper teléfono que es genial, que te habla, te hace el desayuno, te canta el arrorro mi niño y te abre la puerta para ir a jugar y cuando lo abrís es un par de medias…  Bueno, uno espera lo mejor, pero ¿medias? Mi mamá me enseñó que a caballo regalado no se le miran los dientes, pero vos sos un forro tacaño de mierda y punto. (Abuela, de vos no me molestó, me encantaron las medias con corazones, te amo vieja) 

6-    Hacer resúmenes 

Todo, absolutamente todo lo que respecta al estudio es complicado, desde sentarte hasta agarrar un lápiz, pero hacer resúmenes fue algo que siempre me complico la vida: soy de las que “todo” le parece importante. Te sentas y empezás leyendo y ves que la 1ra parte no es muy importante, la 2da página ya empieza a tomar color y  después tenes todo el libro o fotocopias subrayadas y obvio, es tanta información que es un lió estudiártelo, así que terminas haciendo resúmenes de los resúmenes perdiendo el doble de tiempo. Ésta no es la peor parte de estudiar, la peor parte es estudiárselo.

7-    Ir al gimnasio 

Se viene el veranito y hace dos días que vas al gimnasio y ya esperas quedar un ¡Hércules! ¡Una súper top model! y no, la cruda realidad es que llagar a ser todo eso cuesta un huevo y la mitad del otro. No haces más que mirarte al espejo todos los días para ver si ese cuadradito al fin se nota, y el único cuadradito que se te viene a la cabeza es el del raviol que te comiste en el almuerzo. Al principio te bajoneas, la expectativa es otra pero cuando le agarras el ritmo los resultados se notan. Yo solo me pregunto… ¿Por qué la vida es tan cruel y todo lo rico engorda? Es injusto.

8-    No abrir tu facebook por una semana 

¡Faaaa! Te vas a la casa de la abuela que no tiene Internet, del tío que vive en el medio del campo, o de campamento con tus amigos, llegas a tu casa, abrís tu face, esperando tener banda de mensajes, notificaciones de tus demás amigos que te preguntan cuando volves y te encontras con la situación de la foto… Todo mal eh! Cero bola te pasaron el tiempo que no estuviste. La otra es abrirlo y que tengas 25 notificaciones de invitaciones a juegos y 10  mensajes de “Cambiale el color a tu facebook”, eso es peor que nada, te ilusionas al pedo.

La cosa es que la realidad por ahí arruina nuestras expectativas, en simple palabras, nos da una bofetada con una guía telefónica del 2013 o… ¿será que nosotros apuntamos a una expectativa un tanto improbable? No se como será la cosa, lo que sí se es que a veces es gracioso, otras vergonzosas y otras tremendamente obvias. Son ese tipo de experiencias que contás en una juntada con amigos y hacen reír o sentir identificado a más de uno.

En fin, como dice el dicho: “al mal tiempo buena cara”, que si la primera vez no fue lo que se pretendía, quizás es cosa de bajar el nivel de exigencia o de imaginación y ahí seguro sale todo tal cual lo esperado.

Me despido, ¡besito en la nalga!

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