El ser humano, en su mayoría, es un ser pensante y eso nos lleva a formularnos múltiples preguntas a lo largo de nuestra vida. Algunas tienen respuestas, otras no, y otras nos cagan la infancia.
Me voy a focalizar puntualmente en estas últimas: las que nos cagan la infancia.
Con estas convivimos desde temprana edad, y a medida que crecemos, nos van destruyendo ilusiones.
En la primera etapa de la vida nos agarra la parte que preguntamos todo, y no hay mejor respuesta provenientes de nuestros padres que el “porque sí”. Si se ponen a pensar es lo mejor que nos pueden decir respecto a preguntas como “¿Por qué el cielo en azul?” o “¿Por qué el pasto es verde?”. Recibir una explicación sobre la incidencia de la luz en la capa de ozono o el proceso de fotosíntesis, nos llevan a perder esa ilusión mágica que tenemos y evitaría sacar nuestras propias conclusiones que a menudo son las que fomentan nuestra imaginación.
Luego un poco más grandes comienzan preguntas más engorrosas, como “¿De dónde vienen los bebés?” o “¿Por qué el amor a veces duele?”. Seguramente antes que nuestros padres, estas preguntas fueron respondidas por compañeros de colegio o la propia señorita quién, sin ser tan directa, nos dio a entender que nuestro amor iba a ser imposible.
Como les decía antes, hay preguntas que es mejor no saber la respuesta, para aprovechar nuestro crecimiento y el de nuestra ilusión creyendo que realmente lo mágico existe. ¿Se imaginan que pasaría si el misterio de quién es Papá Noel se nos develara a los tres años? ¿O si a la temprana edad de los cuatro años supiéramos que los dibujos animados no existen? Claramente no existirían genios de la escritura, artistas plásticos o músicos ya que su nivel de creación sería igual al de un camote.
De chico pasé por ciertos años en los que yo creía fehacientemente que podía mover cosas con la mente. Me pasaba horas y horas intentando que un puto alfiler se corriera por lo menos un milímetro. Y a las claras jamás pasaba nada. Incluso tenía un cuaderno en el que anotaba los “experimentos” y sus resultados, intentando que la próxima vez que hiciera algo, lograra una modificación tal que pudiera darme un final que yo esperaba.
En ese cuaderno tenía de todo. Estaba divido en los materiales que intentaba mover, los escenarios donde lo hacía y posibles causas por las cuales nunca me salía. Además, tenía otra parte en donde escribía las cosas en las que iba a usar este “poder” cuando pudiera manejarlo en su totalidad.
Hasta que un día, tuve la puta idea de preguntarle la malparida de la psicopedagoga “¿Se pueden mover cosas con la mente? y me dijo que eso era imposible, que nadie jamás había podido hacerlo y que nadie lo iba a poder hacer. Y que me enfocara en matemáticas porque andaba para atrás.
Ese día volví a casa desmoronado. Sentía que mi tesis de años y años no servía para nada, y fue tal la desilusión que abandoné todo y jamás volví a probar tal cosa.
Pero más allá de eso, también con el tiempo sentí que ese día mi cerebro tuvo un quiebre. Dejé de creer que podía mover cosas con la mente, dejé de creer en los extraterrestres, dejé de creer que con dibujos en papel tiza podía conquistar a María Eugenia, en fin, dejé de creer en varias cosas, y todo por una respuesta realista a una pregunta que un niño de 7 años le hizo a la psicopedagoga.
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Pequeño y pobre Fernando Conep :'(
wow muy cierto
Y sin embargo, la hdp de la sicopedagoga, si hubiese tenido una pizca, sólo una pizca de empatía con el momento de la pregunta, te podría haber dicho que sí, que se pueden mover cosas con la mente: se pueden mover voluntades, emociones, personas aunadas en un fin común, ideales, etc. Cosas materiales no, porque mover objetos es algo muy básico e inservible, por eso la mente no hace eso.Te podría haber hecho eso, y no te hubiera mentido en lo más mínimo.
Siempre una dimensión delante de todos vos.
Te quiero.
xoxoxoxxoo
Me alegro que se alegre, jefazo.
Me hiciste acordar al principio de «El Principito», donde explicaba algo parecido, o al menos a mi me hizo este click cuando leí (cabe aclarar q cada tanto lo agarro, porq dependiendo del momento, entiendo cosas diferentes, y esto lo entendí ya bastante grandote boludón): el tipo después de sus intentos fallidos de q un adulto entendiera sobre las boas abiertas y cerradas dice: «y asi fue q abandone mi carrera de dibujante a los 5 años.»
Si te pones a prestarle atencion, la falla estaba en el adulto q había perdido su imaginacion, su inocencia, y casi inconcientemente, rompe con la imaginacion y la inocencia de la proxima generación.
¿Cuantas veces uno no le da importancia a lo q un niño nos tiene para decir? creemos q los nenes no tienen la capacidad de enseñarnos nada, y sin embargo nos pueden enseñar lo mas importante: volver a nuestras raices, dejar de ser seres corrompidos por las oscuridades y crudezas del mundo, y volver a creer en la hermosa magia q nos llenaba de color la vida, aquella vida simple, sin preocupaciones, sin responsabilidades mas q la escasa tarea de la escuela.
Recuerdo q una vez (esas cosas q te quedan marcadas a fuego en la memoria), en una fuerte discucion con mi viejo, cuando yo era adolescente, él me dijo «vos no podes enseñarme nada a mi!», y yo, con lagrimas en los ojos le dije «yo te enseño a ser padre…»
Que genial nota…
Me alegra mucho que después de leer la nota se te produzcan sentimientos encontrados.
Muy cierto todo..yo a los 10 años tenia un cuaderno donde escribia mis cuentos e historias..todo producto demi imaginacion. Un dia supper entusiasmada lo termine y se lo mostre a mi mamá la muy wacha leyo las pprimeras hojas m mira y m dice: en ves de perder tiempo coppiando pelotudeces ponete a estudiar o aprende a cocinar q esso si te va a servir en la vida no todas estas cosas q escribis…ese fue el ultimo dia q escribi algo
A mí me pasó al revés, me decían que las cosas que escribían eran hermosas… (manga de muleros) ¡la sarta de burradas que habré escrito gracias al «apoyo» de mis viejos! ¡je! Lopeor es que lo sigo haciendo… Cherry ¡Retomá la escritura!
*escribía* *lo peor* (es muy temprano, me salió mal)
Muy cierto todo..yo a los 10 años tenia un cuaderno donde escribia mis cuentos e historias..todo producto demi imaginacion. Un dia supper entusiasmada lo termine y se lo mostre a mi mamá la muy wacha leyo las pprimeras hojas m mira y m dice: en ves de perder tiempo coppiando pelotudeces ponete a estudiar o aprende a cocinar q esoso si te va a servir en la vida no todas estas cosas q escribis…ese fue el ultimo dia q escribi algo
HOLA SON UNOS GENIOS CONEP Y COMPAÑIA….. ME ENCANTA ESTA PAGINA
Gracias Dario, que Dios te bendiga
… o sea, se podría decir que una simple, vulgar y QLDA (…o no, y es lo más probable) psicopedagoga te empujó deliveradamente a ser HOY un individuo carente de sueños, fantasías, y porque no, ilusiones!?!?!?! o no te afectó para nada …? jajaja
ya desde chico, fumaba peyote… pobre pendejo…