/Artemisa: “La incogible”.

Artemisa: “La incogible”.

Es necesario aclarar que Artemisa, no es incogible por fea, si no por el extremado celo de su castidad.

Hija de Zeus y de la Titanesa Latona y hermana gemela de Apolo. Artemisa es la diosa de la naturaleza, la luna y la caza. Los Atenienses la conocían por su origen campestre y limitaron su culto a las zonas rurales de la ciudad, dónde las “arktoi” vírgenes oso, cuidaban de sus santuarios. La leyenda cuenta que aparecía las noches claras por la luz de la luna; y los animales y las plantas, danzaban en su honor. Éste gesto era imitado por la juventud de ambos sexos… Partuzza en 3… 2… 1…

Cómo representante de la vida salvaje, esta Diosa, es voluble e indómita. Y por sobre todas las cosas virgen… de ahí debe venir semejante carácter. Es tan tremenda que a quién osara hacerle el filo, directamente le causaba la muerte. ¡Ni que decir de quién osara ofender su pureza!

En una oportunidad, los gigantes Oto y Efialtes(1), intentaron escalar el Monte Olimpo, con la intención de garcharse a ella y a Hera, Artemisa les lanzó un ciervo para distraerlos. Éstos boludos, según una de las versiones,  se pelearon por el animal, a tal punto de matarse el uno al otro.

El pobre mortal Acteón, tuvo una desgracia más griega… El choto iba por el bosque con sus perros, cazando y sin querer, sorprendió a la Diosa en bolas, dándose un chapuzón en un arroyo… Cometió la insensatez de mirarla con cara de baboso, y esto bastó para que Artemisa, convirtiera al mortal Acteón en un cervatillo, que fue devorado por sus propios perros de caza.

Tampoco aguantaba que nadie la relegara en la devoción que algunos mortales sentían por ella. Fue la responsable colateral de la muerte de Fedra(2) que se suicidó porque Hipólito su hijastro, no la correspondió en su loco deseo. El joven era fiel devoto de la diosa, a quién se había dedicado en cuerpo y alma.

Como joven virgen, Artemisa despertó el interés de muchos dioses y hombres, pero ninguno de ellos logró ganar su corazón, a excepción de su compañero de caza Orión, quien murió accidentalmente a manos de la propia diosa o de Gea.

Alfeo, un dios río, estaba enamorado de Artemisa, pero sabía que no podía hacer nada para ganarse su corazón, así que decidió raptarla. Artemisa estaba con su séquito en Letrenoi cuando fue al Alfeo, pero sospechando sus motivos cubrió su rostro con barro para que el dios río no la reconociera. Otra historia donde aparece el dios es cuando intentó violar a Aretusa, una ayudante de Artemisa. Ésta sintió pena por ella y la salvó transformándola en una fuente en el templo de Artemisa Alfea en Letrini.

Búfago, el hijo del titán Jápeto, vio a Artemisa y pensó en violarla. Detectando sus pecaminosos pensamientos, la diosa lo atacó en el monte Foloe.

Sipretes era un muchacho cretense que vio accidentalmente a Artemisa bañándose desnuda o intentó violarla, y ésta lo transformó en una muchacha.

Artemisa, también tiene su lado bueno, es la protectora de las vírgenes y de la naturaleza, pero también de las parturientas y los bebés recién nacidos. Esto último se explica en el capítulo dedicado a Apolo.

La relación con su hermano, es muy estrecha, Apolo (el Sol) Artemisa (la Luna) a tal punto que los griegos vinculaban sus rituales.

Siendo la mayor de los hermanos, Artemisa siempre defendió el honor de su hermano y según algunas versiones, fue ella quién mató a la ninfa Coronis, cuando se atrevió a rechazar su amor; y también se dice que liquidó a Adonis, rival de Apolo por los favores de Afrodita.

A menudo se la representaba como una cazadora llevando un arco y flechas. El ciervo y el ciprés le estaban consagrados.

En época helenística posterior, asumió incluso el papel de Ilitía como ayudante de los partos y acabó siendo identificada con Selene, una titánide que era la diosa griega de la Luna (razón por la cual en ocasiones aparece representada con una luna creciente sobre la cabeza). También fue identificada con la diosa romana Diana, con la etrusca Artume y con la griega o caria Hécate.

A los tres años, Artemisa pidió a Zeus, mientras estaba sentada en sus rodillas, que le concediese seis deseos: permanecer siempre virgen; tener multitud de nombres para diferenciarse de Apolo; ser la “Dadora de Luz”; tener un arco y flechas, y una túnica hasta las rodillas para poder cazar; tener sesenta «hijas de Océano», todas de nueve años, para su coro; y veinte ninfas como doncellas para cuidar de sus canes y su arco cuando descansase. No pidió que se le dedicase ciudad alguna sino gobernar sobre las montañas, y también el poder de ayudar a las mujeres en los dolores del parto.

Todas sus acompañantes debían permanecer vírgenes bajo pena de implacables castigos, y la propia Artemisa guardó celosamente su castidad. Sus símbolos incluían el arco y las flechas de plata, el perro de caza, el ciervo y la Luna.

Artemisa pasó su niñez buscando lo necesario para ser una cazadora, obteniendo su arco y flechas en la isla de Lipara, donde trabajaban Hefesto y los Cíclopes. Las hijas de Océano estaban llenas de miedo ante la visión de los monstruosos herreros, pero la joven Artemisa se acercó valientemente y solicitó sus armas. Cuenta Calímaco cómo Artemisa visitó a Pan, el dios de los bosques, y éste le dio siete perras y seis perros. A continuación ella capturó seis ciervos de cornamenta plateada para tirar de su carro, y comenzó a practicar con su arco disparando primero a los árboles y después a las bestias salvajes.

Templo de Artemisa
  1. Oto y Efialtes, los Alóadas, eran dos gemelos hijos de Ifimedea y Poseidón que crecían cada año un codo a lo ancho y una braza a lo alto. Eran agresivos, buenos cazadores, y no podían morir salvo si se mataban entre sí. A los nueve años quisieron tomar al asalto el monte Olimpo. Lograron secuestrar a Ares y encerrarlo en una vasija durante trece meses. Oto pretendía a Artemisa y Efialtes a Hera, para tomarlas como esposas. Artemisa capturó una cierva (o en otra versión, se transformó en una) y la hizo saltar entre los dos. Los Alóadas, para evitar que huyera, arrojaron sus lanzas y se mataron uno al otro.
  2. Fedra era una princesa cretense, hija de Minos y de Pasífae, y hermana de Ariadna. Fue raptada por Teseo, tras abandonar éste a su hermana Ariadna, para casarse con ella. De esta unión tuvieron dos hijos: Acamante y Demofonte.

Fedra se enamoró del que era su hijastro, Hipólito, hijo de Teseo y la reina de las amazonas Antíope (también llamada Melanipa o Hipólita), pero Hipólito rechazó sus insinuaciones, por lo cual Fedra, despechada, lo acusó ante su padre de haber intentado violarla y se suicidó. Irritado, Teseo entregó a su hijo a la furia de Poseidón, quien envió un monstruo marino que espantó a los caballos de Hipólito, que fue arrastrado y resultó gravemente herido. Artemisa reveló entonces que Afrodita les había tendido una trampa, y padre e hijo se reconciliaron antes de que Hipólito muriese.

Fuentes consultadas
Moncaio Xavier. (HyV)
Coterrel, Arthur. Mitos y Diccionario de Mitología Universal
Graves, Robert. Los mitos griegos
Hesiódo. Teogonía, trabajos y días.
es.wikipedia.org

Próximos capítulos:
10- Hermes El buchón
11- Hefesto El laburante
12- Afrodita la ninfómana

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