/El cuento de amor más feliz del mundo

El cuento de amor más feliz del mundo

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Había una vez un hermoso príncipe que le preguntó a la bella Princesa:


– ¿Te querés casar conmigo?

Y ella le respondió:

– No!!!

Y el príncipe vivió feliz por muchos, pero MUCHOS años, yendo a pescar, a cazar y a boludear todos los días con sus amigos y tomaba mucha cerveza, vino y campari, se ponía en pedo cuantas veces quería, de lunes a lunes, sin límite de tiempo, conocía otros países, jugaba al golf y comía caviar porque le alcanzaba la guita para eso y mucho más, ya que no tenía que gastar más guita que en él, dejaba la ropa apelmazada en la silla del comedor, no se armaba jamás la cama, comía en platos de plástico y los tiraba y tenia sexo con mujeres de la noche y vecinas y amigas y primas, no podía ser cornudo, veía películas súper enroscadas y no tenía que pausarlas para explicarle nada a nadie, es más… veía todo el día pornografía y los simpsons y padre de familia, no tenía que competir con vecinos y amigos por el mejor auto, la mejor casa, el mejor lugar de vacaciones, etc… y se tiraba pedos a mansalva, se los apantallaba con la colcha cagándose de la risa y meaba toda la tabla del baño con la puerta abierta y dejaba pendejos por doquier, tenía dos vagabundos durmiendo en su casa, cagaba leyendo sin límite de tiempo y cantaba eructando y usando de micrófono la esponja a lo Pavarotti y se recontra-rascaba bien los huevos y llegaba a su casa a la hora que se le daba la cajeta, con olor a escavio, a cabaret de cuarta, matado y con el culo acalambrado de tanto ponerla, laburaba lo mínimo indispensable para llegar a fin de mes y se la pasaba frente al tele jugando hasta la madrugada con los pibes a la play o viendo fútbol hasta de Malasia todo el fin de semana… y no le rompieron nunca más las pelotas…

Fin!


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