Aún recuerdo como si fuera ayer cuando tenía 8 años, corría el año 2003 y cursaba 3er año de la primaria en el colegio Norbridge acá en Mendoza. Era realmente un niño inocente, un poco perdido y soñador como cualquiera de esa edad. Obviamente no me gustaba ir a la escuela como a cualquier pibe, pero no sabía que ese cursado se iba a convertir en un calvario.
Jamás tuve la fuerza y el coraje para contar esto, pero creo que ya a mis 22 años a llegado la hora de contarlo y hacerlo público.
Es difícil contar esto, pero a esa edad fui víctima de un bullying tan arroz que hasta el día de hoy me sigue generando inseguridad. Ese maltrato no era propiciado solamente por los alumnos de mi curso, era mucho, pero la situación era más profunda. El genio perverso de esto era mi maestra, realmente no recuerdo bien su nombre pero si no me equivoco se llamaba Claudia.
Recuerdo detalles de esos días como si fueran hoy. A esa mujer se le había ocurrido la brillante idea de llamarme “cara de piedra” frente a todos mis compañeros de curso. Lo peor de todo no era eso, lo peor de todo era que los alentabaa corear el desafortunado apodo que ella misma me colocó.
Esto llevó a que mis compañeros me maltratan de formas inimaginables, tanto verbales como físicas que me generaron traumas e inconvenientes por los cuales tuve que asistir a ayuda profesional. Obviamente quedaron secuelas.
Yo escapaba del curso llorando a la dirección, era un niño indefenso de 8 años y no podía hacer otra cosa. Jamás se hizo algo para cambiar esto, mi madre se cansó de ir a hablar al colegio y no quedó otra que cambiarme de institución, esta nueva escuela me acogió con los brazos abiertos y eso realmente me devolvió un poco de seguridad, pero nunca logre recuperarla, hasta ahora.
Hoy en día me encuentro aquí, con 22 años y una carrera universitaria por delante, un trabajo que me apasiona (la coctelería) y por primera vez en mucho tiempo puedo decir que me siento en paz y pleno conmigo mismo. Puedo decir que, a pesar de todo, hoy en día se que eso me dejo muchas enseñanzas. Porque si, de todo se aprende.
¿Qué aprendí? Aprendí a no ser jamás como esa persona, aprendí que un niño es un diamante en bruto que se va formando con el pasar de los años, aprendí a mirar a esas personas con lástima, no con desprecio, por que estas no se dan cuenta del daño que hacen para satisfacerse (mas siendo una maestra) y lo mas importante de todo, aprendí que lo que dice la mala gente para bajonearnos no es real.
¡Miren ustedes a esta pobre mujer! Creía que era pésimo en matemática y curse 3 años de ingeniaría civil. Creía que yo jamás podría escribir nada y aquí me tienen, haciéndolos reír, llorar y enojarse conmigo, aportándole mi granito de arena a este hermoso pasquín literario. Me hizo creer que era un inútil y tristemente lo logró, costó mucho sanar esa herida y ese fue mi último aprendizaje, las heridas tardan en sanar, pero lo hacen.
Hace poco tiempo me enteré por mi tía (maestra) que una docente le decía “cara de piedra” a un niño de otra escuela. Recordé esa pesadilla y dije que era ella, no cansada con hacerme la vida imposible a mi se la esta haciendo a otro pibe. Me gustaría poder ver a este niño y abrazarlo para decirle que no es el único, que todo lo que dice esa mujer no es cierto, es solo una mala persona y un mal ejemplo.
Jamás me gustaría encontrarme con esa mujer, no quiero preguntarle por que me hizo eso durante un año, tampoco quiero insultarla. Simplemente no quiero que vea como fracasó en su intento de destruirme.
Me gustaría hablarle mas a mis compañeros de curso, que fueron participes, aunque no culpables, eran niños y no medían lo que hacían. No necesitan mi perdón porque vuelvo a reiterar, no son culpables. Tristemente me encontraba indefenso en uncuarto de torturas con un verdugo como maestra, porque para mi fue un calvario.
Ojala esto se haga viral y salga a la luz el nombre completo de esta mujer, para que le quiten el título y deje de hacerle la vida imposible a mas niños, si es que esto no ha pasado ya y no me he enterado. Como son las cosas en este país dudo que así sea.
No al bullying.
Estaría bueno que encuentres a ese niño y lo ayudes. Porque para vos fue traumática esa situación. Y también podrías ayudar a los padres para denunciar a esa maestra. A veces la discriminación viene justamente de quién debería frenarla.