Muchas veces nos preguntamos de donde viene el ingenio o las ganas de crear e inventar cosas. Claro está que todo está en nuestra mente.

Soy de la idea que todos tenemos la capacidad de ver más allá de lo que nos rodea y buscar ese concepto al que nadie se le ocurrió antes. Pero el verdadero don está en poder bajarlo, plasmarlo y hacerlo realidad.

Es como que todos poseemos una gran ensalada mixta esparcida por nuestro cerebro. Pero solo algunos tienen la capacidad de separar ingrediente por ingrediente y servirlo en un plato de manera ordenada y entendible. Ojo, entendible para el otro, no para nosotros.

Creemos. Inventemos. Juguemos a ser los descubridores de cosas que solo nosotros observamos. Hay quienes poseen una mirada más crítica que otros. Algunos tienen una habilidad detallista que solo ellos pueden percatar. Pero todos tenemos una capacidad y habilidad para dar a luz todo tipo de ideas. Seguro que muchas serán más insuficientes que otras, pero probando se encuentra el objetivo final, cuyos resultados puede darse a corto o largo plaza. Pero la paciencia para obtenerlo es la clave.

Hace un tiempo encontré un poema de Bukowski y mejor aún, al poco tiempo encontré una viñeta que habla un poco de esto. De cómo el entorno no tiene nada que ver con nuestra creatividad.