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Los 7 pecados municipales

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Los siete pecados capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana.

El origen se remonta al siglo IV, cuando el asceta Evagrio el Póntico, también conocido como el Solitario,  fijó en siete las principales pasiones humanas pecaminosas.

En aquellos tiempos las ciudades y comunidades se establecían en grandes capitales. Pero debemos de trasladar aquellas enseñanzas según la organización actual de la humanidad.

Los pecados Capitales dieron origen a los pecados Provinciales, y así estos a los Municipales.

He aquí una humilde descripción de los Pecados Capitales trasladados a nuestra vida cotidiana, denominados Pecados Municipales.

GULA: Los municipales son de cometer este pecado que se refiere al exceso de comidas y bebidas. En todos los actos políticos suelen exagerar con la ingesta de choripanes, comen de a montones, y luego mucha cerveza.

SOBERBIA: Los municipales están convencidos que siguen órdenes directamente de la casa rosada, ellos sienten el poder del aval de las grandes autoridades. Por eso se sienten con la libertad de faltar y no llevar certificado médico, o hacer trámites personales en horarios de laburo.

LUJURIA: Los municipales varones, son excelentes observadores de los culos y senos de sus compañeras de trabajo. Seguramente este acto desemboca en alguna aventura ocasional en alguna oficia desocupada.

Pero no solo culpemos a los varones ya que las mujeres son provocadoras en gran parte de estos actos, luciendo sus gigantes nalgas con pantalones ajustados, y revolviendo sus pechos al caminar. Se observa también el frio reflejado en sus tetillas en los más crudos días de invierno.

ENVIDIA: Este es uno de los pecados menos vistos, ya que se ha concientizado a los municipales  a no hacer mayores esfuerzos en todas sus tareas que puedan generar resentimiento de los logros y virtudes ajenas.

IRA: Los municipales suelen ser provocadores de ella. Un ciudadano al concurrir al establecimiento a realizar un trámite,  desata su ira al ser paseado por todas las oficinas sin obtener respuesta alguna. Un trámite son pasos a seguir, excelentemente distribuidas por todo el edificio para provocar impulsos violentos en la gente.

PEREZA: Los municipales suelen disfrazar su desgano hacia el trabajo bajo la forma de desayuno. Es la explicación a la cantidad de Cafés y panaderías que rodean el establecimiento. Otra de las formas que toma este pecado es el tiempo de la jornada laboral, cinco horas diarias.

AVARICIA: Claramente plasmado en el decreto que aumentaba la dieta de los Concejales a 40.000 pesos mensuales.  Eso si es ser codicioso. Y nosotros boludos.

Escrito por Augusto César para la sección: