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Lunes

¿Cuántas veces te paraste en el medio de una avenida céntrica y miraste alrededor? ¿Notaste las caras afligidas de las personas? ¿Pudiste escuchar sus corazones? ¿Qué ridículo que suena a veces no? Escuchar un corazón. Es solo un músculo que bombea sangre.

Es complicado sentirse perdido estando en vos mismo, pero sus ojos llorosos denotaban eso.

No me digas nada. Lo sé.

Muchas veces salís de tu casa sin rumbo fijo. Salís esperando encontrar un corazón que escuchar, porque sabes que en algún lado Alguien está sintiendo lo mismo que sentís vos.

Sabes que justo en ese momento ese Alguien está haciendo una vida paralela. O tal vez ese Alguien esta creado por tu propia mente la cual le puso un aroma, una cara, un cuerpo. Tu mente le inventó una vida.

Porque mientras el corazón sigue bombeando sangre, la mente está trabajando y si la mente te encuentra solo y sin salida, inventa a Alguien. Te hace buscar a Alguien. Te hace sentarte por horas en la oscuridad preguntándote donde estará Alguien.

Para encontrar a Nadie…

Porque Nadie si es tangible. Nadie está en cada mirada al piso, en cada lágrima derramada. Nadie es esa oleada de viento que disfraza la nostalgia apretada en el pecho.

Nadie es un lunes.

Buscabas a Alguien…y encontraste a Nadie.

¿Nunca te ha pasado que al estar acostado con la habitación totalmente en silencio podes sentir hasta el latido de tu corazón? ¿Y qué ese latido es cada vez más enérgico? Sentís que te retumban las manos, que una vena en tu cabeza sigue el ritmo de tu corazón. Llegas al punto de pensar: ¡¿Cómo puede ser que Nadie no lo haya escuchado?!

¿Alguna vez Alguien escucho el latido de tu corazón? Por más que estés parado por horas en el medio de una avenida céntrica empapado en lágrimas, no lo va a escuchar. Es que Alguien no tiene corazón.

Lo sé por experiencia.

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