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Pensamientos hechos prosa

Young funny man in glasses writing on typewriter

Hoy y siempre, en todos lados, en una flor, en el susurro del río, en la brisa de las montañas, en los atardeceres violetas y los valles, en el verde de las colinas y en todos los días del mundo (y todos los días que van a venir, vendrán y vinieron), en la palma de la mano y en el fondo de un frasco, entre los granos de arena, humedecidos de sal, brotados de sol, reproducidos en miles de colores y formas, susurrando pavimentos.
Hoy y siempre, lo que fue y será.

“Siempre en esos rincones, el dulce saber, el néctar delicioso de tu regazo. 
El nombre de tu cuerpo, la identidad desconocida, y ese gusto a jazmín, y ese gusto a jazmín.
Entre enredaderas centenarias voy a perseguir eso que siempre estamos buscando, eso que nunca vamos a encontrar, y ese gusto a jazmín.”

Nunca seremos capaces de entender la totalidad de las cosas, nunca vamos a poder volar, sin embargo nos queda esa fe ciega, esa cortina de humo sólida. Como luces y amaneceres pueden llegar a nuestros ojos ciertos rasgos de realidad, en realidad:

Millones de historias, millones de miradas, mil quinientos millones de pensamientos que fueron y serán, repetidos en miles de bocas sedientas y con forma de letra O.

¿Qué es lo que estás buscando?

Estoy leyendo fragmentos, espacios inconexos entre páginas perdidas, frases ya olvidadas en inconscientes colectivos, sabores verdaderos. Y es muy fácil desistir, ser consciente del imposible, conocer el límite y aun así seguir rebotando contra él.

¿Qué sentido tiene?

El que le quieras dar vos, carece de sentido. Simplemente es lo que es, desde que te levantas sabes que vas a acostarte, desde que te bañas sabes que vas a ensuciarte, la vida es una invitación a la muerte. Nos entrega desnudos y en bandeja, la mortaja esta lista, saludemos a todos.

Los túneles nunca fueron tan largos, la luz nunca fue más incandescente. Sabes que sos un problema, sabes que la solución también es algo con forma indefinida, se pegotea en los dedos y anda a sacártela de encima. Esta gritándonos, alarmándonos, acá estoy che, mirame un poco, no es tan difícil. Y a la vez nos escupimos la frente, nos besamos entre columnas de aire y polvo.

Un fragmento de incertidumbres y aciertos, de aciertos en la incertidumbre, de conocer tan poco y de sentir vértigo por lo que llega (y lo que se va). Esto está escrito en un momento único, esto va a ser leído subjetivamente en momentos únicos. Momentos simplemente, ahora vagos recuerdos, el mar deja mojada las piedrecitas, y luego vuelve otra vez.

Dicen que en algunas ocasiones uno puede llegar a ver el paraíso, disfrutar un poco de dulce de leche o simplemente observar el crecimiento de una orquídea, esas cosas y muchas más están disponibles gratis a la vuelta de tu casa o en la configuración geométrica de un girasol.

Cosas que uno piensa mientras espera el semáforo, o el colectivo, pensamientos hechos prosa. Inmortalizados en esta hoja, traducidos a través de mi mano y convertidos en sentimientos.

Simplemente es lo que es.

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