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Razones fehacientes por las que mentimos

“Suele ocurrir que si una mentira perdura una hora, ya ha logrado su propósito, aunque no perviva”.

Jonathan Swift

Esta comprobado que una persona dice de 2 a 3 mentiras cada 10 minutos. Cuantas veces nos preguntaron: – ¿Cómo andás? Y dijimos:- Bien. En vez de contestar: – La verdad que bastante para el orto ¿y vos?.

Mentir no sólo es esencial para nuestra sobrevivencia social, sino también es muestra de un desarrollo mental correcto.

Justifiquemos nuestros accionar, mentimos para:

Dar una primera buena impresión: Lo solemos hacer con gente que acabamos de conocer, nos invitan a una juntada de amigos de nuestros amigos y nosotros ¿que hacemos? Si, nos hacemos los más copados: -Flaca ¿Fumás marihuana?

–         ¡Si obvio!, desde que nací.

Dejemos de mentir, algunas lo único que nos hemos fumado han sido pedos ajenos y propios.

Te hacés la viva, le das una pitada al porro y quedás como Verónica Ojeda después de una viruela mayor.

Otro ejemplo: Flaca, ¿Qué música escuchás?

–         ¡De todo! Desde que nací escucho música.

–         ¿Te pinta Motörhead?

–         ¡Me re pinta! 

Y lo único que atinás a hacer es esto:

Las mujeres lo solemos ver la primera vez que vamos a la depiladora: “Mamu quedate tranquila que esto no duele”. ¡Mamu por favor esto está hirviendo! Prefiero depilarme sola en casa con cinta scotch. No es lo mismo que en las publicidades donde sale la modelo depilándose pero ¡ojo ahí! ¡Ya está depilada de antes la hija de puta!

¿Los pelos y la depilación son también culpa de la manzana y la boluda de Eva? Explicamela, Dios.

Para ahorrar/ganar tiempo, MIENTRAS NOS AUTOENGAÑAMOS: Llegás al trabajo, a la facultad, al colegio o te encontrás con alguien por la calle y te pregunta:

–         ¡Hola! ¡¿Cómo estás?

Contestamos: – BIEN ¿y vos?

De esa manera ahorramos tiempo para no contarles de manera detallada los mil y un quilombos que tenemos en nuestras vidas.

¿Porqué decimos “bien” si nuestro interlocutor se está dando cuenta de que en el bolsillo del pantalón tenemos guardado un precinto para El Sauce, free todo el año?

A veces contestamos “Bien” porque eso es realmente lo que nos gustaría y nos mentimos a nosotros mismos mientras por dentro de nuestra cabeza hay una guerra entre Montescos y Capuletos. Pero el otro no es tonto, se da cuenta y te larga el: – ¿SEGURO QUE ESTÁS BIEN?, y volvemos al círculo con nuestra repetitiva contestación: SI, estoy bien.

¿Y cuando nos largan la respuesta implícitamente?

–         Como estás ¿BIEN?

–         Yyyyyyyy mirá…. Si vos lo decís debo estar bien, proyecto inmaduro de Freud.

Por envidia: No ha faltado oportunidad en que alguna conocida (no amiga) nos ha invitado a comprarse ropa mientras nosotras no teníamos un mango y la muy hija de Satán se compra justo la remera que nosotras queríamos; entra al probador y sale a mostrarte:

–         ¿Me queda bien?

–          Mmmmm

–         Ay, ¿no te gusta?

–         NO ES QUE NO ME GUSTE, pero creo que de otro color te va a quedar mejor.

–         ¿Estás segura?

–         Creo que si, esta te marca un poco el chorizo que te sale de la panza.

Así es como no lleva a cabo su compra, al otro día vamos y la garpamos nosotras.

Para dar una buena impresión en una cita romántica: Conocemos a un chico que nos invita a cenar, se hace el canchero y nos lleva a Sushi Club, no solo somos capaz de decirle que somos amante de esta comida sino que también somos capaces de demostrarle que podemos hacer artes marciales con los palitos. A mi la única vez que me invitaron no comí nada y me puse en pedo. Borracha antes que inexperta por no saber manipular dos pedazos de madera.

Después con el tiempo aprendí: Pasos muy sencillos para comer sushi :

  • •Pedir el sushi
  • •Prender la parrilla
  • •Poner unos choris
  • •Tirar el sushi
  • •Comer choripan

Porque nos dedicamos a la política o a la abogacía: Este chiste no tiene remate. 

Porque nuestras neuronas se vuelven más especializadas en la mentira con la práctica y la repetición: Sobre todo en el ámbito político, cuantas veces escuchamos estas frases:

 «Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo y por supuesto, más adelante en otro planeta si se detecta vida»  (C. Menem)

«Vamos a trabajar las 24 horas del día y de la noche» (H. Iglesias)

«Los cartoneros son ladrones de basura» (Macri) 

«Tengo la plata fuera del País, pero la hice trabajando» (Emir Yoma) 

Y la nueva: “En el comedor de la Casa Rosada se come por $3”.

Llamé recién para reservar mesa, me sacaron cagando, me dijeron que en el Mercado Central atienden a los pelotudos como yo. 

Para hacer que un currículo de trabajo luzca mejor: “Bueno, y contanos, ¿cuál es tu mayor defecto?”
–         Ay, mi mayor defecto es que soy super PERFECCIONISTA.

¡Dejá de mentirrrrrrr ser despreciable! Si Edward Lorenz viviera ya serías su gran modelo en la Teoría del Caos.

O en su defecto agregamos datos que poco y nada le importan a la empresa interesada:

*Se hablar mexicano a la perfección.

*Estoy en el nivel 345 del Candy Crush.

*Sexo: bueno, dale.

*En mi vida completé 3 álbumes de figuritas y estoy orgulloso de eso.

*Máster en automedicación.

*Meneo hasta el piso.

*Tengo la habilidad de que parezca que estoy poniendo atención cuando en realidad estoy pensando que estados poner en facebook cuando llegue a casa.

*A veces duermo 14 horas seguidas (para que sepan que soy de esas personas que luchan por sus sueños) 

Es al pedo, las mentiras por más leves que sean son necesarias, y como dijo Jack Nicholson en A Few Good Men, “la gente suele mentir porque simplemente no sabe qué hacer con la verdad” 

Las cosas como son…

 

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