Respuestas muy inteligentes a preguntas re chotas || El Mendo

(Vos buscando como un desquiciado con mil cosas en la mano a punto de salir de tu casa) Ay, ¿perdiste la llave del auto? ¿Cómo, dónde?

– Capo, si supiera eso ya estaría siendo asistente de Dios y sin embargo estoy acá tratando de contestarte cada pregunta pelotuda que hacés.

(Vos con un penado modernísimo en la cabeza y feliz de tu nuevo look… aparece tu amiga) ¿Te cortaste el pelo?

– No, se me agrandó la cabeza, de paso aprovecho y hago un casting para Megamint II.

– No, me creció para adentro, se está enganchando con las neuronas las cuales me están dando señales de que sos un pito rancio.

– No, me lo robaron en La Nave Cultural mientras sacaba la entrada para ver “Cual es la mejor forma de contestarle a un subdesarrollado de la vida”

– No, me puse extensiones para adentro, en cada citoplasma me engancharon el extremo del mechón.

– No, metí la cabeza adentro de una licuadora y quedé así.

– No, me lo arremangué, sos un depósito de cromosomas. Calmate un poco.

– No, me lo teñí de invisible.

– No, me cayó ácido hialuronico en la cabeza.

– No, se asustó cuando te vio por eso se escondió. Suele esconderse de personas marginadas socialmente.

– ¡¡¡Siiiii me corté el pelooooooo!!! ¡¿Cómo te diste cuenta capo/capa?! Que poder de deducción. Me asombra. Tendrías que estar trabajando en algún Centro de Inteligencia, ¿qué haces acá hermano?

(Vos hecho re contra concha en el piso sobándote una frutilla tamaño McDonald’s en la rodilla… aparece un transeúnte) ¿Te caíste?

– No, me dieron ganas de una siesta y me atornillé en el pavimento.

– No, estaba saludando a mi autoestima que se desvaneció cuando te vio la cara.

– No, tenía ganas de tener politraumatismos varios en zonas craneales.

– No, estoy buscando petróleo con la cara. Ubicate un toque.

– No, me encanta bajar escaleras con la frente.

– No, el suelo estaba triste porque si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza debe tener algún Síndrome mortal si se basó en vos.

(Vos mirando por la ventana como se cae el mar desde el cielo, relampaguea, truena y te mueve hasta las tazas de la nona… aparece tu vieja) ¿Está lloviendo?

– No, Jesús está meando porque mañana se tiene que hacer unos análisis de orina y como tiene el pito en curva no le emboca al recipiente esterilizado.

– No, San Pedro está baldeando la vereda porque es pobre.

(Otras opciones para este tópico de la garua infernal) Y cuando alguien pregunta:

– ¿Llueve? Y el otro contesta: –“Sí, de arriba para abajo”. -CAPO, SOS LO MÁS. QUIERO VIAJAR AL PASADO Y ALIMENTAR A TU MADRE EMBARAZADA DE VOS CON VIDRIO MOLIDO.

Si no tenés al otro mamotreto que te dice sorprendido:

– ¡NOOOOOO mirá como lluuevee!

– ¿Están cayendo pitos de más 20 centímetros del cielo?

– No.

– ¿Entonces de que goma te sorprendes?

(Vos… llorando descontrolada: te asaltaron… aparece la típica) ¿Quién?

– No sé, estábamos tan apurados que no tuvimos tiempo para presentarnos tampoco me quiso dar el documento.

(Vos, panza redonda de 40 metros donde se alojaría un scrum de rinocerontes… aparece el típico boludo) ¿Estas embarazada?

– No, engordé 40 kilos para adelante, enfermo hermafrodita. A parte el año que viene consigo laburo en mundo marino, reemplazo a la foca del Caspio.

Dejemos de ser tan básicos y preguntar estupideces. Sería genial que cuando me tiño el pelo venga alguien y me diga: ¡Qué lindo o feo que te quedo! y no me pregunten: ¿Te teñiste? – No, le corté el cuero cabelludo a Leeloo del Quinto Elemento porque quería un cambio de look, ¿me queda mal?

Seamos más inteligentes y no caigamos en la ignorancia como los forros mal paridos que hacen preguntas en Yahoo que te dan ganas cortarles los escrotos y clítoris con un alicate: ¿Cómo se sentirá la muerte? ¿Pueden aprender a hablar los gatos? ¿De dónde es Barney?, porque un amigo me dijo que era Noruego, ¿Cuantas pajas hay que hacerse para quedarse ciego?, ¿Por qué el inodoro es ovalado si el culo es redondo?

No nos convirtamos en Osvaldos

Y como dijo una vez la queridísima Irma Jusid:

Haceme caso… cuidate, querete, ¡ojito, ojete! (Pero el orto no lo entregues, que haya algo que a los hombres les cueste, que si no vuelven por amor… Vuelven por este)