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Santo Patrono Santiago, desde Jerusalén a Mendoza

El mito se lo asocia con Santiago el Mayor o Santiago el hijo de Zebedeo, hacia 33 d. C., cuando los apóstoles son enviados a la predicación. Santiago habría cruzado el mar Mediterráneo y desembarcado para predicar el Evangelio en la Hispania (actuales España y Portugal).

La historia nos cuenta que Santiago llegó a ser el jefe supremo en el Templo de Jerusalén y de la iglesia judeocristiana (Josefo) y que murió mártir en el año 62. Condujo a la comunidad durante los difíciles tiempos de la Gran Revolución Judía contra Roma en el año 66. La historia parece firme al sostener que después de la muerte de Jesús, Santiago nunca se fue de Judea. Por eso es que el mito, contradice a los hechos históricos, ya que sería imposible que el Santo Patrono hubiese peregrinado a la Hispania a fin de dar a conocer la Palabra de Dios.

En Los Hechos apócrifos de Santiago, denominados “Historia y Hechos del apóstol Santiago el Mayor” o “Libro cuarto de las historias apostólicas”, se habla de la llamada de Santiago al seguimiento de Jesús y del reparto de tierras para misionar, entre las cuales se nombran, Judea y Samaria. Nunca se refiere a tierras allende a los mares. Posteriormente, y después de muchos avatares, se cuenta de su captura y posterior ejecución.

Dicho esto, solamente me voy a remitir al mito: La vida y los milagros de Santiago apóstol.

Se nutrió de la leyenda dorada de la evangelización de España y Portugal. En ella y adornada con fábulas cristianas, recibe el nombre de Santiago Boanerges… el Hijo del Trueno. Porque cuándo predicaba, la potencia y la profundidad de su voz, despertaba a todos.

El caballero cristiano, montado en su caballo blanco y portando el estandarte de la Cruz, con poderes milagrosos, cuenta el mito, que apareció en la Batalla de Clavijo, hacia el año 844, para guiar a las huestes cristianas al triunfo sobre las tropas moriscas. Es desde aquí que Santiago comienza a aparecer en la iconografía cristiana como el Patrón de España y El Matamoros. Inclusive Don Miguel de Cervantes, en el Quijote, lo pasó a las Américas como el Mataindios. El peregrino predicador de “la Palabra” se había convertido en un guerrero despiadado y milagroso a la vez.

Este ícono medieval, quedaría grabado en el inconsciente colectivo… el Caudillo triunfante que picando espuelas a su corcel blanco y portando la espada y el estandarte con la Cruz, carga contra el enemigo infiel del islam.

Los tiempos cambiaron y el Santo belicoso, dejaba nuevamente lugar al Santo Peregrino. Dicen que el viaje místico que todo cristiano debe llevar a cabo es el de “Los Caminos de Santiago” así cómo los musulmanes peregrinan a La Meca.

Se dice que, los restos mortales del Santo Patrono Santiago, fueron trasladados a Compostela. En el siglo IX, el Obispo de Iria Flavia, llamado Teodomiro, descubre milagrosamente los restos de Santiago el Mayor o el hijo del Trueno. Éste obispo había sido informado por un ermitaño, que se producían extraños fenómenos en el bosque que pertenecía a su diócesis. La “Historia Compostelana” habla de luces extrañas sobre el bosque de Libredón. Lugar dónde posteriormente nacería la ciudad. Al punto es que el Obispo se dirige al lugar indicado y descubre allí una tumba en forma de Templete, que contenía los restos del santo.

Dicho todo esto, es que ahora me voy a referir a la llegada del Santo Patrono Santiago a Mendoza.

El 22 de febrero de 1561, Pedro del Castillo llegó al valle de Huentata, y tomó posesión de la comarca enarbolando el estandarte real, denominándola «Ciudad de Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja». La ubicación inicial de Mendoza se situaba en lo que actualmente se conoce como La Media Luna en el Distrito de Pedro Molina, ubicado en el Departamento de Guaymallén, sobre la margen este del canal conocido actualmente como Cacique Guaymallén.

Por las actas fundacionales se conoce que Don Pedro del Castillo advocó a nuestra Ciudad a San Pedro. Pero, en la segunda fundación de Mendoza, El 28 de marzo de 1562, los escritos de la época ponen a la Ciudad, bajo la protección del Santo Patrono Santiago.

En los años siguientes, las actas consignan que en la víspera de Santiago, el Alferez recibía el estandarte y prestaba el juramento. Y en 1575, el acta del 24 de julio hace explícita mención del Apóstol cuando lo nombra «Patrón de las Españas y a quien esta Ciudad tiene por Patrón y Abogado». En esa misma acta se hace referencia a la ceremonia del paseo del estandarte durante los dos días. A partir de la fecha mencionada, la documentación posterior da testimonio de la reiteración anual de esta ceremonia como festejo establecido definitivamente.

La imagen que veneramos durante más de 400 años fue la del Santiago «Matamoros», que llegó a Mendoza desde España en el año 1600 y muestra al santo sobre un caballo, empuñando una espada y con dos musulmanes a sus pies. Ese ícono fue reemplazado en 2001 por uno que muestra otra faceta del santo, la del Peregrino que predicó en Judea y Samaria y -según sostienen algunos- evangelizó España y organizó su iglesia.

La peregrinación por la Ciudad con la imagen de nuestro Santo Patrono, es tradición, ya que según dicen, si no se realiza la procesión, en Mendoza tiembla.

Por eso les digo manga de malditos herejes, más vale que salgan a la procesión en honor a nuestro patrono… porque si no, el Hijo del Trueno, además de hacer temblar la tierra, los va a dejar bajo las patas de su caballo.

No digan que no les avisé.

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