Monte Sion es el nombre de una colina en Jerusalén en las afueras de la Ciudad Vieja. El término Sion se convirtió desde tiempos antiguos en un sinécdoque referida a la ciudad entera de Jerusalén y a la Tierra de Israel.
El pueblo hebreo, a la muerte del rey Salomón, por luchas internas, quedó dividido, al norte los judíos de Israel y al sur los de Judá. Aprovechando esta división tribal, poderosos pueblos de la antigüedad, dieron cuenta de ellos. Primero fueron los Asirios y luego los Babilonios. Posteriormente el rey Ciro conquistó Babilonia y los judíos quedaron bajo la dominación Persa.
Y luego de éstos, Alejandro Magno al conquistar Persia, dominó al pueblo hebreo.
La esclavitud y la pobreza, hicieron que éstos se dispersaran por el vasto imperio del Macedonio. Comunidades judías cómo la de Alejandría, profundamente influenciadas por el helenismo, sería la encargada de traducir los cinco primeros libros de la biblia al griego.
La historia de este pueblo está marcada por las guerras y las dominaciones extranjeras. Después de un breve período de relativa paz, y durante la dominación del imperio Seleucida, hacia mediados del siglo II de nuestra era, se rompió la tolerancia religiosa, no solo se les prohibió a los judíos la práctica de su religión, si no que también después de saquear su templo en Jerusalén, se impuso en él la adoración al Dios Zeus Olímpico.
Después de cruentas luchas, hacia el año 42, Judea recuperaría su independencia política. Mientras tanto, Roma se convertía en el más poderoso de los imperios… hacia mediados del siglo I antes de nuestra era, el poder romano gobernaba a un nuevo pueblo, los judíos. Las facciones se dividían entre los que aspiraban a asimilarse al dominador y los que, mediante continuas revueltas, se oponían a la dominación extranjera. Esto tendría sus consecuencias. Tras dos años de campaña militar, los generales Vespasiano y Tito, redujeron al templo de Jerusalén a cenizas.
En pos de un bienestar, que no encontraban en Judea, los hebreos se dispersaron. A ésta dispersión se la llamó Diáspora. Si bien, eran un pueblo sin patria, esa dispersión reforzó más ese sentimiento de comunidad religiosa. A falta de un territorio, los judíos forjaron una patria espiritual. Si bien los judíos participaban activamente de la vida pública de los lugares en los que vivían, mantenían sus tradiciones muy arraigadas, a tal punto de no mezclarse con las gentes con las que convivían. Así, a pesar de estar alejados unos de otros, los judíos lograron mantener su identidad como una sola nación. Una de las consecuencias de la Diáspora, fue la difusión del monoteísmo. Lo que significa, la herencia cultural del pueblo de Israel al mundo.
Origen del Sionismo
El sionismo es un movimiento político cultural, que propugnó el restablecimiento de la patria judío en Israel. Uno de los fundadores de este movimiento fue Theodor Herzl (1860-1904) Periodista y escritor de nacionalidad Austro/Húngara. Motivado por el profundo antisemitismo que existía en Europa, fue quién comenzó a organizar políticamente a éste movimiento. Descartando sus primeras ideas de asimilación, para finalizar con la idea de tener una patria fuera de Europa. Su nueva visión sionista fue presentada en su totalidad en su libro titulado «El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía», que se publicó en febrero de 1896, donde propuso que la solución al «problema judío» es la creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo. El lugar geográfico para establecer la patria judía, tuvo varias alternativas… desde Uganda, Australia, la isla de Madagascar (*Proyecto Madagascar) y finalmente Palestina. Es aquí donde finalmente sería establecida la nueva patria, dos mil años después de la diáspora.
Según Theodor Herzl:
«Cuando ocupemos el territorio, debemos ofrecer beneficios inmediatos al estado que nos reciba. Debemos expropiar con cuidado la propiedad privada en el estado que se nos ha asignado. Intentaremos desplazar a la población pobre que está a lo largo de la frontera, procurando empleo para ella en los países de tránsito, al tiempo que le negamos el empleo en nuestro país. Los propietarios vendrán a nuestro lado. Tanto el proceso de expropiación como el de la eliminación de la pobreza deben ser llevados a cabo de forma discreta y con prudencia. Permitamos a los propietarios creer que nos están engañando, vendiéndonos las cosas más caras de lo que en realidad valen. Pero nosotros no les vamos a revender nada… Debemos vender solo a judíos, y todo intercambio de bienes raíces debe realizarse solo entre judíos. No es necesario decir que debemos tolerar respetuosamente a la gente de otras religiones y proteger su propiedad, su honor y su libertad con las más severas medidas de coerción. Ésta es otra área en la que debemos mostrar al mundo entero un magnífico ejemplo… Debe haber muchos propietarios inamovibles en áreas individuales (que no vayan a vendernos su propiedad), debemos simplemente dejarles allí y desarrollar nuestro comercio en dirección a otras áreas que nos pertenezcan a nosotros. «
¿Judíos Fascistas? “El Grupo Stern”
En 1925 Vladimir Zeev Jabotinsky, fundó la Unión Mundial de sionistas revisionistas, creando una escisión del movimiento sionista. Lo hizo en desacuerdo con la decisión británica de limitar el hogar judío a la orilla occidental del Jordán y pugnó por crear un lugar a ambas orillas (Palestina y Transjordania) desde 1935, los seguidores más radicalizados asumieron rasgos fascistas. En 1940 habiendo fallecido Jabotinsky. Un pequeño grupo tomó especial protagonismo llamado Lehi (acrónimo de Luchadores por la libertad de Israel. Lohamei herut Israel) que lideraba Abraham –Yair- Stern (1907-1942).
Éste abanderó la lucha por la liberación de Israel que terminase en una retirada completa de los ingleses y el establecimiento de un reino hebreo desde el Éufrates hasta el Nilo. Al considerar a los británicos como enemigo principal en detrimento de los Nazis. Stern se contactó con ellos y les ofreció luchar lado alado, a cambio de apoyar una Palestina judía. Recordemos que entonces:
-Como reflejó el Plan Madagascar, la idea del exterminio hebreo no había sido aún concebida y Stern buscó una alianza táctica con el hitlerismo. Joshep Seller, en su libro The Stern Gang, ha reconstruido con detalle el itinerario del grupo, identificándole como una versión hebrea del “nacional-bolchevismo”, por lo que muestra tanto su atracción por la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas como sus contactos con los nazis. Allí señala que a finales de 1940 un enviado del grupo, Naftali Lubenchick, se entrervistó en Beirut con Otto Werner Von Henting encargado de la política exterior del Reich. Aunque Stern solo obtuvo un silencio por respuesta y menudearon las deserciones en sus filas, su grupo efectuó un virulento terrorismo antibritánico y antiárabe que le costó su propia vida. Su muerte no puso fin a la de su colectivo, que en 1944 asesinó en El Cairo, al ministro británico para Oriente Próximo, lord Moyne. Asimismo en 1947 sus miembros fueron sospechosos de haber asesinado al mediador de las Naciones Unidas en Jerusalén, el conde sueco Folke Bernardotte.
Finalmente en 1948 éstos se integraron en las Fuerzas de Defensa de Israel, con el fin de defender el nuevo estado judío. Uno de sus miembros más destacados fue Yitzhak Shamir, quién posteriormente fue primer ministro israelí.
Desde los años 80, los historiadores israelíes, mantienen en debate el papel del Sionismo, a causa de la desclasificación de documentos secretos de Israel y Gran Bretaña. A diferencia de los historiadores oficiales, que califican de incuestionable sus derechos sobre Palestina, los nuevos mantienen que el sionismo fue en sus orígenes un movimiento colonialista movido por intereses nacionales, pero también estratégicos. No se diferenciaría de los colonialismos europeos del siglo XIX, pues sus métodos coincides, una combinación de explotación y expropiación.
La historia Sionista sostiene que los judíos iban a ser aniquilados en la guerra de 1948, pero el material desclasificado muestra un mundo árabe fragmentado y una comunidad palestina sin capacidad militar.
Los historiadores sionistas acusan a los líderes palestinos de haber alentado el éxodo de su comunidad, para no obstaculizar las operaciones árabes. Los revisionistas alegan que el ejército israelí, salvo excepciones, aterrorizó y expulsó a los palestinos de las poblaciones que ocupó.
Antes del fin de la guerra, la ONU aprobó un plan de paz basado en la repatriación de los palestinos expulsados, la internacionalización de Jerusalén y la partición en dos Estados. Los palestinos lo aceptaron como punto de partida de una conferencia de paz. Pero Ben Gurión se mostró inflexible y la conferencia se cerró sin acuerdos. Según los nuevos historiadores, si no se alcanzó la paz, no fue por la intransigencia palestina, si no por la israelí.
Palestina
Una vez terminada la I Guerra Mundial, los países ganadores se reunieron en el Palacio de Versalles, para repartir su influencia en el nuevo mundo, entre otras tantas cosas.
El tratado de Versalles fue un tratado de paz firmado al final de la Primera Guerra Mundial que oficialmente puso fin al estado de guerra entre Alemania y los Países Aliados. Fue firmado el 28 de junio de 1919 en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles.
De las muchas disposiciones del tratado, una de las más importantes y controvertidas estipulaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra y, bajo los términos de los artículos 231-248,1 deberían desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a los vencedores y pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos. Y entre las cláusulas territoriales del mismo, se establecía que… Reducción del Imperio Otomano al territorio de la actual República de Turquía, ocupando sólo la península de Anatolia y la región de Tracia en torno a Estambul. Los territorios de Siria, Líbano, Irak, y Palestina eran colocados bajo administración francesa y británica, mientras los antiguos territorios otomanos en la península Arábiga eran convertidos en estados independientes.
Otro tratado posteriores que hacen a la cuestión Palestina, es El Tratado de Sèvres fue un tratado de paz proyectado entre el Imperio otomano y las naciones aliadas de la Primera Guerra Mundial (a excepción de Rusia y Estados Unidos), que se firmó en Sèvres (Francia) el 10 de agosto de 1920, y nunca entró en vigor por no ser ratificado por las partes que firmaron el texto acordado. En él se establecía El Mandato británico de Palestina, que fue una administración territorial encomendada por la Sociedad de Naciones al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en Oriente Medio, tras la Primera Guerra Mundial, con el estatus de territorio bajo mandato. El territorio sobre el que se estableció correspondía a la región meridional del Levante mediterráneo, una región que el Imperio otomano perdió como consecuencia de su derrota en la guerra.
La Declaración Balfour fue una manifestación formal del gobierno británico publicada el 2 de noviembre de 1917 en la que el Reino Unido se declaraba favorable a la creación de un hogar nacional judío en Palestina. El formato del documento es una carta firmada por el Secretario de Relaciones Exteriores británico (Foreign Office), Arthur James Balfour y dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Gran Bretaña, para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda. La Declaración, donde el gobierno británico decidió apoyar la creación de un hogar judío en su Mandato, es considerada como la primera declaración de una potencia mundial en favor del derecho del pueblo judío a establecerse en la Tierra de Israel.
La Declaración Balfour fue incorporada en el Tratado de paz de Sèvres entre Turquía y los Aliados. El documento original se conserva en la Biblioteca Británica.
Ya corría el año 1938, y más precisamente en el mes de diciembre, se reunieron los Ministros de Exteriores francés Georges Bonnet y el germano Joachim Von Ribbentrop. La agenda trataba sobre la inmigración judía; en donde se puso de manifiesto que las potencias europeas occidentales, no estaban dispuestas a acoger a una masa de refugiados procedentes del Reich. Hay que destacar que un mes antes de éste acontecimiento, la comunidad judía que vivía en Alemania, se vio compelida por “la noche de los cristales rotos”(1)
En el texto que el Ministro Alemán dejó sobre el encuentro Francia quedó en un pobre papel: M. Bonnet dijo que en primer lugar, no querían recibir más judíos en Francia y me preguntó si no podíamos tomar “algún tipo de medidas” para evitar que vengan y en segundo lugar Francia tenía que enviar 10.000 judíos a otra parte. En realidad estaban pensando en Madagascar para éste propósito. El Ministro Nazi cortó el tema. –Yo le respondí […] que todo lo que nosotros queríamos era librarnos de los judíos. Pero que las dificultades radicaban en el hecho de que ningún país quería recibirlos.
Hacia 1878, la población de Palestina se dividía en 96,2% de Árabes y el 3,2% de judíos. Y llegando al año 1914, más de 65.000 judíos arribaban expatriados a Palestina. Ésta inmigración fue in crescendo, después de la finalización de la 1ª Guerra Mundial y tras la implementación de la declaración Balfour. Es de destacar que la declaración mencionada, se oponía a lo pactado con los árabes durante la guerra, ya que se les había prometido el autogobierno de sus territorios. La Rebelión (La Gran Revuelta Árabe) fue una sublevación iniciada por el jerife de La Meca contra el dominio otomano sobre Palestina con el objeto de crear un estado árabe unificado desde Alepo en Siria hasta Adén en el Yemen. La rebelión duró dos años, de 1916 a 1918, dando lugar a un efímero reino árabe que será sustituido pronto por la división colonial que da lugar al actual mapa de Oriente Medio. (vean la película Lawrence de Arabia).
Al mismo tiempo que Gran Bretaña apoyaba la inmigración judía y sustentaba el asentamiento de los mismos en Palestina, denegaba el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.
Corría el año 1920 y ya comenzaban los conflictos entre los recién llegados y los habitantes del lugar que estaban siendo desplazados por una nueva ola inmigratoria de 110.000 judíos provenientes de Europa. Con el ascenso al poder de Hitler en Alemania, en solo 5 años, 174.000 judíos arribaron a Palestina. Y entre 1937 y 1945, 120.000 judíos más arribarían a suelo Palestino. La vergüenza mundial a raíz del genocidio nazi, daba un nuevo impulso a la creación de un Estado Judío. El pueblo Palestino, sería quién a la larga, pagaría por lo sucedido en los campos de concentración nazis.
En 1947, el gobierno Inglés no podía controlar las revueltas árabes en Palestina, y pasaría el control del país a las Naciones Unidas. Ésta propuso dividir Palestina en dos Estados uno Árabe y otro judío. A los primeros se les asignaba el 43% de la tierra, a pesar del hecho de que componían dos tercios de la población total y dueños de más del 92% de la tierra. El 56% restante, se les otorgaba al tercio restante de la población, en este caso judía y dueños del 8% total del área. El 56% estaba compuesto por las zonas más fértiles de Palestina. Aprovechando la superioridad militar con la que contaban los judíos, éstos comenzaron a ocupar importantes ciudades árabes en Palestina, comenzando así la limpieza étnica. Una de estas campañas fue notoria y se llevó a cabo en Deir Yassin, dónde más de 100 personas entre mujeres y niños incluidos, fueron sistemáticamente asesinados. A raíz de esta matanza, es que los Palestinos comenzaron a abandonar sus posesiones y comenzaron a desplazarse por el país. Más de 300.000 árabes eran desplazados, aún antes de que el ejército israelí pisara suelo palestino.
Algunos ejércitos de países árabes vecinos, intervinieron en el conflicto, después del 15 de mayo de 1948 cuándo Israel, oficializó la creación de su Estado. Muy pocos soldados árabes intervinieron, unos 68.000 contra unos 90.000 israelíes. El ejército judío ocupó gran parte del territorio asignado a los árabes, quedando en su poder el 78% del territorio total de Palestina.
Cisjordania quedó bajo el control de Jordania y la franja de Gaza, bajo el dominio de Egipto. La mayoría de los pueblos palestinos, fueron borrados de la faz de la tierra, convertidos en asentamiento judío o en tierra fértil para la labranza.
Resumiendo un poco, el nacimiento del Israel, proclamado por Ben Gurión el 14 de mayo de 1948, fue una suma de movimientos políticos, alianzas, estrategias, traiciones, pactos respetados y pactos traicionados, dónde las grandes potencias europeas de antaño y las nuevas potencias mundiales del momento, tuvieron su participación en mayor o menor grado.
Había dicho, que desde la Diáspora, los judíos ansiaban volver a Sión o Eretz Israel. Una idea que adquirió cariz religioso cuando los ortodoxos vaticinaron el regreso a la “tierra prometida” que coincidiría con la llegada del Mesías.
Dos fenómenos precipitaron, hasta entonces las vagas aspiraciones de los judíos: el rampante nacionalismo europeo, del que ellos fueron excluidos, y los progromos, o matanzas, sucedidos en la Rusia Zarista, Ucrania y Polonia. Éste fue el comienzo de la primera aliyá, donde miles de judíos migraron a Palestina (1881) la segunda aliyá se produciría en 1904 a consecuencia de un nuevo progromo. Pero esta vez a Palestina, llegaron los primeros sionistas socialistas, que fundaron el movimiento de los Kibutz (explotaciones agrícolas colectivas)
La derrota del imperio Otomano en 1916, los acuerdos Sykes – Picot, la declaración Balfour son las bases de éste nuevo Estado. Siempre en detrimento de los pobladores autóctonos de Palestina.
Los violentos disturbios que se desataron, tuvieron por respuesta israelí, la creación de la Haganá (defensa en hebreo) organización paramilitar que nutriría posteriormente al ejército israelí, así como la aparición del sindicato Histadrut, dirigido por Ben Gurión, pilar del laborismo sionista y la Agencia Judía.
Ya en el década del 30 del siglo pasado, tuvo lugar al quinta aliyá, que llevó 100.000 judíos a Palestina, más la afluencia de otros 250.000, fue la gota que colmó la paciencia de los árabes. En 1936, se levantaron en armas, contra los judíos y los británicos, a quienes hacían responsables de la invasión de su país. La Gran Revuelta Árabe, liderada por Amin Al Husayni, líder del nacionalismo palestino, tuvo su contrapartida judía, la creación de el Irgún, una milicia sionista escindida de la Hganá. Ataques terroristas y asesinatos selectivos de ambas partes, dieron por resultado, el aplastamiento de la rebelión. Los Israelíes, aprovecharon la coyuntura y se apropiaron de nuevos territorios. Se trataba de una violación del mandato de la Sociedad de las Naciones, que en oposición a la declaración Balfour, redactó el polémico “libro Blanco” un texto que favorecía la idea de un estado gobernado por los árabes en la que los judíos gozarían de una entidad autónoma. La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto harían el resto.
Mendolotudit@s míos, he tratado de contextualizar los actuales acontecimientos en la Franja de Gaza, sin poner de manifiesto mi posición personal respecto al tema. Con esto intento llamarles a la reflexión… ¿Quién tiene razón? y ¿Cuál es tu posición?… es cuestión de informarse aún más.
Las cadenas informativas de todos los países, distan de ser imparciales. Las informaciones que recibimos están cargadas de ideologías, hay que tamizar, lo que se ve y lo que se escucha. La verdad está ahí, solo hay que saber encontrarla.
PD: Tal vez, y solo tal vez, alguna vez les cuente cuál fue el mencionado “Plan Madagascar”
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(1) La noche de los cristales rotos “Kristallnacht” ocurrió entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938 en la que fueron destruidos los escaparates de 7000 comercios perteneciente a la comunidad judía y un centenar de ellos, fueron asesinados.
Fuentes:
- Moshe Arens (ministro de defensa israelí)
- Benny Morrys (Universidad de Jaffa)
- Ilam Pappa (Universidad de Jaffa)
- Joshep Seller (Historiador)
- Burleigth (Historiador)
- Hilbert (Historiador)
- Jennings (Historiador)
- www.youtube.com
- History Channel
- Wikipedia
Y de el Plan Andinia ni se habla no?
si no me equivoco, te refería al plan que tenían los judíos en el oeste Argentino… pero eso es más una leyenda urbana que una aseveración histórica.