Años atrás ser un tarjetero, o un relaciones públicas (más conocidos como RRPP) no era tema fácil. Tenías que ser fachero, muy simpático, carismático, entrador, divertido, amiguero, tenías que aparentar tener plata, un auto más o menos bueno, moderno y tuneado. Tener muchos pares de lentes, mucha música. Tenías que estar en todos lados, caerle bien a todo el mundo, moverte todo el día. De Miércoles a Sábados laburabas como negro, de la puerta del colegio a la puerta de la universidad, de ahí a las plazas, los toques, los bares y drugstores de modas. Debías hacer algún deporte en algún club conocido y tirar líneas por todos lados.
También te tenías que aprender de memoria el nombre de los dueños de los boliches, de los patovas, de los barmans, de los de maestranza y de los cuidacoches. Todos te tenían que reconocer por portar cara y por voz, y si se juntaban entre colegas y no estabas al tanto con tu agendita top estabas out del medio. Con las minas tenías que ser un sol. Tenías que ser el mejor amigo de las feas y el galán de las lindas, para colmo si te empernabas a alguna tenías que quedar como estrella porno, sino te difamaban por todo el ejercito de féminas que tenías a tu alrededor.
El verano era lo peor para vos, te perdías todas esas tardes de pile, de fobal y de borracheras de gente normal por salir a repartir tarjetitas como un pelotudo por la playa, tenías que saber hacerte el porteño, estudiarte latiguillos de onda de memoria y hacer como si la noche anterior te hubieses acostado a las 9 de la noche. Te tenías que hacer el amigo de un montónazo de gatos de cuarta y chotos parecidos a vos como para sociabilizar y que no te duerman.
Encima tenías que tener el peinado más canchero, la pilcha más cheta y la tez más bronceada y lisa. Tenías que tener musculitos, perfumes y actitud a full. Con todo esto, no era fácil ser tarjetero o rrpp, para colmo tenías que estudiar una carrera copada y saber hablar como locutor de radio. No cualquiera era tarjetero o rrpp, era una tarea compleja, económicamente ingrata y con un porvenir tan acotado como tu cara de pendejo o tus ganas de estar de gira todas las noches de tu vida.
Ahora las cosas han cambiado, con las redes sociales hasta el emo más antisocial puede ser un tarjetero o rrpp exitoso. Basta escribir una tarjetita con dos o tres boludeces, hacer una listita chota en excel y perderte diez minutos haciendo click para enviar esa invitación a medio planeta. No te ven nunca la cara, no salis de tu casa, no hace falta que seas amigo posta de nadie (porque cualquiera acepta a cualquiera), podes ser feo, mudo y andar en bici o a pata que nadie lo nota. Ahora es fácil, una ardua tarea que ha quedado menospreciada por la internet.
Por eso tarjeteros… eran los de antes.
jjjajj no se olviden de comentar igual que,por más sacrificado que sea,SIEMPRE levantaban chicas 😛
Jo jo jo jo!!! me parece que esa nota va con dedicatoria exclusiva… O no, Jonathan H? ja ja ja jaaaaaaaaaaaaa
vos sos una ídola… como nos seguis grosa!!!!!