/Top Five de los peores chamuyos de mi vida

Top Five de los peores chamuyos de mi vida

El arte del cortejo puede ser muy divertido, teniendo resultados por demás placenteros. Encontrar a alguien que lo domine es un espectáculo digno de admirar, en mi caso no lo he disfrutado muchas veces y me ha tocado bancar comentarios de lo más desafortunados, por no decir profundamente pelotudos y bizarros. Por suerte me lo tomo con humor y se los cuento para que se rían conmigo, no de mí como los basuras de mis amigos.

1- Fuera de este plano terrenal

Contexto: voy a arrancar siendo honesta, este es el único que no me paso a mí, pero es tan desopilante que no puedo dejarlo afuera. Los protagonistas son mi amiga Janny y un chico que la cortejaba del que no recuerdo el nombre pero si el apodo que se ganó por esta anécdota. El mismo insistía en salir con ella, cuándo finalmente accede, se da esta conversación en el auto:

A: Y bueno contáme ¿Qué te gustaría ser a vos?

Janny: No sé bien, estoy entre Recursos Humanos y Psicología, me gustan mucho las dos.

A: No, pero no me refiero a eso, te digo más allá de todo esto, en otro plano.

Janny: No te entiendo – con cara de pasto – explícame que queres ser vos, no sé ¿padre?

A: Noooooo, yo su pudiera elegir, sería un ángel.

De más está decir cuál fue el apodo que le quedó ¿no?

2- Signos, tu parte insegura

Contexto: Estábamos en un bar, otra vez con Janny en pleno levante y yo remando el aguante. El amigo soporte que trajo y al que yo debía entretener, porque encima no había gente con la que darse a la fuga, me superaba en unos 20 añitos y 3 patadas en los huevos. Pero como corresponde remamos el Titanic con dos bombillas de plástico en postre Godet.

Señor de las 4 décadas: ¿Crées en los signos?

(Podría dejarlo acá, que ya está para cortarse las venas con una zanahoria, pero no, se pone peor)

Yo: La verdad NO, pero dale…

Sr.: Porque tu signo (babosadas sin sentido) y mi signo (más babosadas) son así.

Yo: Mira vos.

Sr.: Lo complicado es que nuestros signos no congenian, no van juntos.

(Nunca nadie se había cavado la fosa con tanto estilo)

Yo: Ajá, entonces no sé qué hacemos acá hablando – al borde de tentarme.

Sr.: Nooooooooo, pero no no es tan así, o sea…

O sea me fumé 45 minutos de justificaciones y la gratitud de mi amiga, que no tiene precio.

3- Un trabajo lento

Contexto: Boliche pasadas las 3 a.m., me encuentro con mi amiga Juanita (ese nombre usa la la cabrona para el levante imagínense), apostadas en un plano con amplia apreciación al ambiente, las bebidas correspondientes, y con la producción que la noche amerita, se nos acercan dos NN sexo masculino, de apariencia extranjeros porque al resto de los salames los conocíamos todos. Nos saludan amablemente y se disponen a mantener una conversación casual, alegando que ninguna de las damas presentes les daba bola, en corto plazo descubriríamos porque.

Lento: ¿Y vos que hacés?

Yo: Soy maestra jardinera (es mi sueño pero en otra nota les explico el por qué), ¿y vos?

Lento: ¡Qué lindo! Yo paseo tortugas.

Yo: Jajajajajaja, no en serio.

Lento: De verdad, paseo tortugas. Hay gente que vive en departamentos y no las puede sacar a pasear.

Yo: Jajajajaja, si seguro, pero aparte de eso ¿qué haces?

Lento: Eso, les pongo una correa y las llevo a la plaza.

(Me di vuelta y le pregunté al amigo)

Yo: Aaaaaahhh sos camionero pero estas estudiando, está re bien, ¿viste que no era tan difícil?

4- Problemas estomacales

Contexto: El muchacho en cuestión, para decirlo de manera lo más gráfica posible, daba ganas de lavar la ropa. Cuándo mis amigas vieron las fotos en la pileta me sentenciaron “o te lo agarrás vos o te lo cagamos nosotras”, ante tanta violencia y la excepcionalidad del caso, tamaño rico me daba bola, salimos. Estábamos tomando algo cuándo se dió la siguiente conversación.

Chico H: ¿Qué querés tomar?

Yo: Es que no puedo tomar alcohol- léase puedo no quiero.

H: ¿Pero por qué?

Yo: Es que estoy haciendo un tratamiento y tengo miedo que me caiga mal al estómago. (Para dejar en claro que no es de chuchi sino una situación especial, y después volví a mi alcoholismo normal)

H: Pero si ese es al caso yo tampoco debería tomar. Tengo gastritis, si no me cuido estoy destruido y si me cuido también, así que ni me importa. Ya fue, además tengo hemorroides.

Yo: Heeeeeeeee no necesitaba saber taaaaanto – absolutamente pasmada.

H: Pero si tenemos confianza

Yo: NO

Nunca volví a mimar ese culo esculpido de la misma manera.

5- Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Contexto: Se mudan vecinos nuevos, tienen un hijo 4 años más chico que yo, trabajaba en el sur, típico petrolero. Su madre se hace amiga de mi mamá, y yo víctima de las dos hijas de puta.

Madre:-Che- con vos de inocente, obviamente increíble – el hijo de Marta me dijo que quería salir con vos.

Yo: Me estas jodiendo ¿No?

Madre: Noooo, me dijo que hoy te pasaba a buscar a la noche.

Yo: No te creo, a esta altura de la vida debe ser en joda, mira que le va a decir a la madre que te diga a vos que me diga a mí, falta que me escriba una cartita.

Descreí absolutamente de mi madre y arreglé una salida con mi amiga Janny a la medianoche, como buenas cenicientas a la inversa que éramos. Diez en punto cayó el pibe, impresentable de entrecasa lo atendí.

Yo: Eeehh que haces ¿todo bien?

N: ¿Vamos?

Yo: Es que no puedo ir así, no te ofendas pero pensé que mi mamá me había dicho en joda.

N: ¿Entonces?

Yo: Vamos a las 12 a tomar algo al centro, seguro cae mi amiga, habíamos quedado en la semana, disculpa.

La noche se desenvolvía con poca naturalidad, era absolutamente incómoda, sobre todo después de que fui al baño y le dijo a mi amiga que yo “era rara”. La otra se asó, de bancar a terrible mamerto y se fugó apenas pudo, asumiendo erronamente que yo me quería quedar sola con él. Grosso error, apenas dio le dije que nos fueramos.

N: Pero hagamos algo.

Yo: Y bueno, vamos a desayunar ¿te parece? – en realidad quería dormir, lo más lejos posible de él.

N: Pero ¿Qué querés hacer?

Yo: Tomar un café, ¿vos? – si pensaba en coger que se reconciliara con Manuela.

N: Pero no preferís algo con alcohol o no sé.

Yo: En realidad no, pero si querés compramos algo por ahí.

N: Pero ¿qué querés hacer?

Esta situación se prolongó por unos veinte minutos, no sé cómo no le rompí el matafuegos en la cabeza ¡Ah sí! Porque me encajó un beso, que no era el problema en sí, sino que el chico fumaba muchiiiiiiisimo y no se lavaba los dientes desde que nació Mirtha Legrand. Se ganó el premio a la cloaca bucal del siglo.

Tratando de disimular mi cara de espanto, le pedí que fuéramos a desayunar de una vez porque estaba muy cansada. Ya en el café siguió la debacle.

N: ¿Pero la pasaste bien?

Yo: Si todo bien, me reí un montón. Disculpa que no estaba lista temprano, no lo tomé en serio – clases de diplomacia todos los jueves a las 22:00hs.

N: Es que no sé, vos sos tan…no sé cómo encarárte.

Tenía la cabeza gacha, cuando traté de mirarlo a los ojos me di cuenta que estaba lagrimeando, ¡señoras y señores el chabón se me largó a llorar al frente de todo el mundo! Gracias a todos los astros del firmamento no poseo armas, porque me sacrificaba ahí mismo, sobre la mesa enclenque de nerolite. Traté de consolarlo y explicarle que no se habían dado las cosas de la mejor manera, que todo lleva su tiempo y una consecución lo más coherente posible de frases cliché positivas y pedorras que se me ocurrieron.

Pero como los boludos siempre redoblan la apuesta, este de todos los posibles caminos a nuestras casas eligió el que iba para el telo.

Yo: ¿A dónde vas? – dije tranquilamente.

N: Eeehh no, es que…no pienses mal – ya era tarde para eso- quería dar una vuelta más con vos nada más.

Llegamos a mi casa, que quedaba a 20 metros de la suya, nuevamente me intentó encajar un getazo, a riesgo de desperdiciar mi vida en prisión, me despedí atentamente y me fugué automáticamente.

Me gustaría decir que fue la única vez en la vida que se me largó a llorar un flaco en la primera salida, pero no, que son las únicas boludeces que me han dicho, tampoco, que es mi culpa, tal vez, pero sin ninguna duda se van a volver a repetir porque loser se nace y se hace.

ETIQUETAS: